🥀Capítulo 3

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—¡¡¿QUÉ ESTAMOS DÓNDE?!! —grito exaltado por lo que me dijo el zorro—. ¿Estás seguro?

Me aterró con lo que me comenta el peli-naranaja y casi sollozo de dolor.

—Estamos en la frontera de la Nación del Sol, llegarías más rápido a la Nación del Fuego que a la capital del Sol Creciente —Yeonjun explica de nuevo mientras come con las manos su presa de pato.

¿Tanto así viaje por el río? Esto debe de ser una broma.

—¿Cuánto me tardaría en llegar a la Capital del Sol? —pregunto desesperado, pero el zorro se tarda en responderme por estar más concentrado comiendo—. Oye...

Los ojos amarillos del chico me enfocan y después voltea su rostro hacia el gran maizal a nuestra derecha.

Porque sí, Yeonjun me saco a comer en una mesa afuera de la casa, él me explico porque come ahí, pero no me interesa.

—Atraviesas el maizal, después llegas hacia los árboles que son una especie de bosque pequeño, encontrarás un camino y lo seguirás, debes ir en dirección contraría a la corriente del agua.

»Caminaras... Como por un día y medio, verás un puente para cruzar por el río, al estar del otro lado, sigue ese sendero, saldrás a un camino grande y ancho, te vas por ahí y en 4 días a pie, puedes llegar al primer pueblo de...

—¡¡¿SON 5 DÍAS PARA LLEGAR A LA CAPITAL?!! —grito levantándome de la mesa y el alfa me mira con asombro.

—No, 5 días a paso normal, y no llegas aún a la capital, debes de pasar por un primer pueblo que...

—El pueblo de Nevus... Sí —gruño recordando que yo estuve un día en ese sitio descansando del viaje desde el castillo.

Okey, dormir durante el viaje a la Nación del Fuego, no es lo mejor que pude haber hecho.

Tomo mi cabello entre mis manos y me lo peino hacia atrás... Claramente, llegar por mí mismo al castillo, es una locura.

Y más si estoy herido.

—Creo que te diste cuenta que viajar por ahí es un mal plan, así que, no diré nada más, solo come —el alfa ríe sin verme y yo me vuelvo a sentar.

Tomo un poco de agua para pasar el malestar que me causó toda esta información y... Bueno, ya que, a esperar que los guardias vengan por mí.

Espero que no me den por muerto tan rápido, ya no quiero que me hagan un gran funeral, más les vale venir por mí.

—¿En qué tanto piensas, Beomgyu? —escucho que me preguntan y yo suspiro.

—Queria volver a la capital, pero no creo hacerlo en este estado —miro mi pierna lastimada y... Resulta que sí me caí bañándome, pero eso no se lo diré al alfa.

—Tampoco es recomendable que un omega zorro ande por estos lares solo —comenta y yo prestó atención—. Aquí no es que viva gente específicamente buena.

El peli-naranja ríe al final y yo me asusto.

¿Qué clase de loco me salvó de mi muerte pacífica?

—No me asustes, por favor —le pido, mientras me dispongo a comer.

—No te asustó, te advierto —aclara—. ¿Piensas que si otro alfa te hubiera encontrado te salvaría? Eres su comida o te usan para tener sexo,  no debes andar solo.

Tiemblo por lo que me dice el zorro y le doy la razón.

No sé si los pumas que me atacaron sabían que era uno de los príncipes de la nación, pero muy seguramente me hubieran usado a su antojo, y después... No quiero imaginarme eso.

El Príncipe y el Zorro • Yeongyu [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora