Capítulo 1: El inicio

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Detenerte y mirar a tu alrededor.

Eso es algo que nunca me había detenido a hacer. La vida para mi era despreocupada, tranquila, feliz. Pero ¿Qué sucede cuando un golpe de realidad sacude todo tu ser? Te transforma, quita las vendas de tus ojos y te obliga a mirar todo aquello que no hiciste por años.

Los pasillos de la universidad solían ser tranquilos, los estudiantes llevaban una vida apresurada, siempre corriendo de un lugar a otro, pero un día todo cambio. Las vidas ajetreadas pasaban ahora en cámara lenta, los tranquilos pasillos ahora estaban siempre ensangrentados por peleas violentas y el mal ahora nos asechaba a todos uno por uno.

El diablo vestía de negro y su debilidad era el rojo.

Constantemente, los nudillos de Kaiser estaban manchados de rojo carmesí y parecía disfrutarlo como si nada mas pudiera causarle esa satisfacción.

Ese chico fue transferido hace un año hacia nuestra universidad y desde entonces todo había sido un caos. Peleas sin sentido, estudiantes dándose de baja constantemente, suicidios, entre otras cosas más.

La venda de mis ojos cayó cuando estuve en la lista de ese ser que no tenía escrúpulos.

Todos se daban cuenta menos yo y pareciera que los altos mandos del lugar sabían lo que sucedía, pero no hacían nada al respecto ¿Por miedo? No lo sé, pero cada día que pasaba era peor que el anterior.

Aunque me he apresurado un poco a los hechos, es importante volver al día en que todo inició. Un año atrás exactamente.

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—¡Lana, ríndete! —escucho el eco de una voz familiar. —¡Lana, ríndete o quedaras inconsciente!

Debía haber otra salida, no podía rendirme ahora, no enfrente de la cantidad de personas importantes que nos rodeaban.

Mi vista se comenzó a nublar, el agarre de su brazo alrededor de mi cuello y sus piernas rodeando mi cintura por la parte posterior, no sabia de qué manera liberarme.

<<Vamos Lana, concéntrate>> pensé en ese preciso momento.

Logré conectar al azar un golpe en su rostro y por lo duro que sentí en mi nudillo, supuse que fue en su nariz. El agarre alrededor de mi cuello se suaviza y logre liberarme con destreza, para proceder a hacer un intercambio en llave, donde ahora mis piernas estaban alrededor de su cuello y uno de sus brazos extendido hasta el nivel de mi hombro, para evitar la movilización a toda costa.

Mi contrincante luchó por liberarse hasta que se rindió.

La multitud comenzó a gritar eufórica y mi entrenadora subió de inmediato al cuadrilátero, en el momento en que deje libre a mi rival.

—¡Dios, Lana! —se acerca a mi y me frota la frente y el rostro con una toalla humedecida. —Lo que hiciste fue riesgoso, pero encontraste una manera de liberarte, ¡fue asombroso!

Los halagos de parte de mi entrenadora me reconfortaban demasiado, mas que nada, desde que comencé a entrenar este deporte me propuse ser de las mejores y llegar a las grandes ligas.

Algunos patrocinadores me dejaron sus tarjetas, no sin antes felicitarme por la excelente pelea de la noche.

Esta fue mi primera pelea en las ligas menores, ya que mi entrenadora se había propuesto pulirme lo mas que pudiera para debutar, y para ello primero debía empezar por las peleas amateur.

Mi contrincante se acercó a mi para felicitarme.

—Me has dejado totalmente sorprendida. —dice mientras acomoda su cabello en una alta coleta. —Mi nombre es Jade Smith, fue un placer haber peleado esta noche contigo.

La debilidad del diablo es el rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora