Capitulo 5: Las consecuencias de confiar

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Jade:

En el momento que todas las miradas recayeron sobre mí, todo mi mundo empezó desmoronarse. Las miradas de Layla y Lana lo decían todo. Cada mirada en esa aula me estaba juzgando, incluyendo ellas.

Quizá era mas la incredulidad de parte de ellas, pero no pude evitar sentir la sensación de ser mirada por las acciones de Kaiser.

Mi estomago no pudo resistir más y salí corriendo al baño. En el camino, estudiantes que vagaban por los pasillos me observaban de la misma manera que habían hecho en el salón de clases.

Mi estomago se estrujó con tanta intensidad, pero logré llegar a mi destino y cuando estuve dentro de un cubículo, mi estomago se vació y dolió. La ansiedad me invadió de una manera que hacía meses no sucedía.

Tenía razón cuando mencioné que Kaiser tramaba algo, esto apenas es el inicio para esa pobre chica. Él había iniciado antes de lo que acostumbraba a hacer y eso era un problema para mí, mas a sabiendas que aquí somos nuevos y no somos bienvenidos.

Me siento sobre el retrete después de limpiar mi rostro. Las lagrimas salen por si solas e intento hacerme bolita en mi lugar.

Menuda mierda.

Estoy cansada de esto, una vez mas el ciclo se repite y jamás se detendrá hasta el día en que muera. Al menos así lo percibo, siento que Kaiser jamás se va a detener, nadie jamás lo ha cautivado lo suficiente para apaciguar las llamas del infierno que él mismo ha creado.

Escucho la puerta del baño abrirse con brusquedad, al igual que el cubículo de a lado y las arcadas de la chica que había entrado. Después de un rato solo logro percibir un llanto interminable.

—¿Estás bien? —pregunto y lo único que recibo es silencio. —¿Necesitas algo? —insisto.

—Mi vida esta arruinada. —es la única respuesta que obtengo.

Salgo de mi cubículo y lavo mi rostro y boca. Me observo en el espejo con detenimiento y me doy cuenta de lo terrible que me veo. Me acerco al cubículo de la chica y toco. Ella abre y la observo cabizbaja sentada sobre el retrete.

La victima de Kaiser.

—Tu hermano es un monstruo. —el odio con el que salen esas palabras de su interior me eriza la piel.

Mi hermano, efectivamente, se había convertido en un monstruo después de todo lo que sucedió en el pasado, y aunque eso no era justificación a sus acciones, entendía la ira con la que actuaba. Yo también estaba llena de ira, resentimiento, rencor, de tantas emociones que envenenaban mi alma, pero no podía permitirme ser igual que mi hermano, este mundo no soportaría dos monstruos de la misma sangre, con sed de venganza.

—Yo lo lamento tanto. —no sabía que más decir.

—Tenía un futuro brillante, pero ahora mi reputación y mi vida se han arruinado a causa de tu hermano. —un sollozo se escapa de lo mas profundo de su ser. —Ahora seré la deshonra de mi familia.

Mi corazón se estruja al escuchar a la chica frente a mí. Una más en la lista de Kaiser, una más que piensa que esto es el fin, cuando solo es el inicio de una pesadilla de la que no podrá escapar, al menos que...

La puerta se abre a mis espaldas sacándome de golpe de mis pensamientos.

—Jade...—la voz de Layla me hace girar. —¿Qué carajo ha sido eso? ¿Tu hermano se volvió loco?

—Yo... Yo no sé... Que decir...—mi respuesta es corta y sincera.

—Sabemos que no es tu culpa, pero, eso fue llegar demasiado lejos. —esta vez es Lana quien habla.

La debilidad del diablo es el rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora