1. Las chicas nuevas.

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↣  𝑡𝑤𝑜 𝑠𝑜𝑢𝑙𝑠 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑓𝑖𝑛𝑑 𝑒𝑎𝑐ℎ 𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟 𝑏𝑦 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒 𝑎𝑐𝑐𝑖𝑑𝑒𝑛𝑡.


CADA PEQUEÑO PUEBLO TIENE SU MAGIA. Algunos tienen los mejores bosques, las mejores vistas, son los más antiguos o algunos simplemente son buenos para formar una familia.

A diferencia de Beacon Hills, que no era atrayente en ninguna de esas categorías. Años atrás tuvo de los más extraños eventos sin resolver, ahora los únicos delitos que mantienen a la comisaría ocupada son los robos.

Tal vez Beacon Hills no sea atrayente de turistas, pero sí de otras cosas. Y esa noche, mientras los padres llegaban a sus hogares después de un largo día en el trabajo, y los hijos se preparaban para el nuevo inicio de clases; en las profundidades del bosque ocurría lo que daría historia a nuevos eventos.

— Sheriff, lamento molestarlo a altas horas de la noche, pero se nos acaba de informar que una joven fue hallada en medio del bosque.—informó uno de los oficiales que tenía la guardia.

— ¿Está bien? ¿Ya llamaron a sus familiares?

— Ese es el problema sheriff.

— ¿Problema? Entiendo, mañana pasaré al hospital para tomar su declaración...

— No la hemos encontrado, bueno... al menos no completa.

— ¿No completa? ¿A qué te refieres con "no completa"?—preguntó el Sheriff.

— Unas personas la encontraron en el bosque pero... sólo la mitad del cuerpo.

— Ésta será una larga noche.

— A todas las unidades, se les informa que un cuerpo se ha encontrado en medio del bosque. Se les requiere de inmediato ahí.

— Este año será diferente

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— Este año será diferente.

El chico se encontraba frente a su pequeño espejo repitiéndose ese pequeño mantra desde hace veinte minutos, mientras torpemente tejía la red de su palo de Lacrosse, el cual nunca ha usado para jugar.

Pero como había dicho, ese año definitivamente sería diferente y el pobre no sabía cuánto.

Con una última admiración a su playera donde McCall 11 estaba grabado en la espalda, se dispuso a dar por terminado su día y entregarse a los brazos de Morfeo.

Pero a penas su cabeza se acomodaba en su vieja almohada, un golpe seco se escuchó en su patio.

— Debe ser el viento.—pensó el chico, no queriendo moverse.

Otro golpe se escuchó en la entrada. Asustado, tomó su viejo bate de béisbol de cuando "jugaba" de niño –y digo jugaba porque al igual que en lacrosse, Scott se quedaba sentado en la banca– así que su madre le dio un uso para casos como éste.

𝔞𝔯𝔤𝔢𝔫𝔱 ➢ 𝑆𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 𝑆𝑡𝑖𝑙𝑖𝑛𝑠𝑘𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora