Todo empezó hace como dos años. En ese momento no era muy popular, ¿sabes? Quería pasar desapercibido," dije mirando a la luna.
"Todo iba bien, no me metía con nadie y nadie se metía conmigo. Tenía un único amigo, Tomás. Era alguien como yo... reservado, pero era un buen chico."
"De vez en cuando íbamos a patinar, típicas salidas de amigos. Pero un día, todo se fue en declive..." Murmuré la última parte, parándome de la banca, siendo visto por Riley.
"Él empezó a venir con moretones, a veces incluso con sangre en la nariz. Me decía que eran simples caídas, nada importante..."
"Pero un día todo cambió. Tomás me pidió que lo acompañara a un lugar. Confiando en sus palabras, lo seguí," hablé lentamente, llegando a lo que parecía un pequeño estanque.
"Todavía recuerdo sus palabras..."
'Lo siento... eres tú o yo....'
"Lo escuché decir. En ese momento estaba confundido, pero toda la confusión pasó a dolor cuando sentí un fuerte golpe en mi cabeza. Cinco chicos me habían rodeado."
Pude ver de reojo cómo Riley se llevaba la mano a la boca, pareciendo darse cuenta de lo que pasó.
"Por tu expresión, puedo adivinar que ya sabes el resto," dije con una sonrisa triste.
"Esa noche no la podré olvidar. Recuerdo perfectamente el dolor de sus golpes y patadas, las risas que llenaban ese lugar..."
"Pero ningún golpe dolió más que ver a Tomás irse sin mirar ni un segundo hacia atrás..." Con un suspiro, me senté cerca del estanque. Tras unos segundos, sentí a Riley sentarse junto a mí.
"Los días pasaron y todo fue de mal en peor. Los golpes que antes eran afuera de la escuela se convirtieron en golpes en cualquier momento, en cualquier lugar..."
"Y siguió. Ocho meses. Aguanté ocho meses de abuso constante. Ana estaba en un estado muy mal y no quería preocuparla," hablé mirándola.
Riley abrió la boca un segundo para decir algo, pero se calló. Tras unos segundos de parecer pensar algo, habló.
"¿Y tus compañeros no hicieron algo?" Pude escucharla hablar en un hilo de voz.
"Pff, ellos no hicieron nada. Algunos reían, otros ni siquiera les importaba, pero la mirada que más me dolía... era la mirada de lástima... me ardía como ninguna otra..."
"¿Y cómo escapaste?" Habló Riley.
"No lo hice. No escapé... Un día, mientras la maestra estaba en una reunión, esos chicos vinieron y me acorralaron. Me golpearon, ya sabes, lo típico... Pero no pude soportarlo más. Mi sangre hirvió. Después de eso, lo único que recuerdo fueron los gritos de los demás."
"Estaba parado enfrente del grupo, una silla en mis manos cubierta de sangre..."
Riley esta vez no pudo evitar volver a poner sus manos en su boca.
"No recuerdo cuándo agarré la silla, no recuerdo cuánto tiempo pasó, pero recuerdo la sensación de golpearlo con la silla. Sentí la carne desgarrarse y los huesos romperse..."
"Y lo que alguna vez fueron miradas de lástima o indiferencia se transformaron en miradas de miedo..." Hablé mientras me hacía bolita en mis piernas.
"Recuerdo perfectamente esas miradas. Sentí que me estaban juzgando, pero ¿no era yo la víctima? ¡Yo solo me defendí...! O al menos eso traté de decir..."
"Nadie me creyó. Todos me tacharon de loco o bestia... ¿Y al chico que golpeé con la silla...?"
"No volvió a levantarse otra vez... quedó en estado de coma... Y aunque me siento feliz de haber salido de ahí, simplemente no puedo evitar recordar las miradas, esas asquerosas miradas, como si vieran a un animal..."
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Te ...?? (Riley x Lector) Inside Out
RomanceTe acabas de mudar a San Francisco. Eres un adolescente estúpido, pero de alguna manera sobrevives lo suficiente como para gustarle a una chica con serios problemas emocionales.