𝐉𝐀𝐃𝐄𝐍 𝐖𝐀𝐋𝐓𝐎𝐍.

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Era una noche tranquila en el pequeño pueblo

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Era una noche tranquila en el pequeño pueblo. El viento soplaba suavemente, haciendo crujir las hojas caídas en el suelo. Tú y tu mejor amigo, Brady Noon, estaban en casa viendo una película de terror cuando el teléfono sonó, interrumpiendo la paz y las risas que en la casa se oía.

—¿Deberíamos contestar?—preguntó Brady, frunciendo el ceño mientras en su interior sentía que algo pasaria, este miro el número desconocido en la pantalla. Los últimas semanas se habían presentado varios casos de chicos muertos y heridos por haber contestado una serie de preguntas a un hombre con máscara, se hacía llamar, ghosface.

—Probablemente sea una broma,—respondiste, sintiendo una leve inquietud. Sin embargo, decidiste contestar.

—¿Hola?—dijiste, tratando de ignorar el presentimiento en tu estómago y la respiración agitada del otro lado de la llamada, provocandote un escalofrío.

—¿Te gustan las películas de terror?—preguntó una voz distorsionada al otro lado de la línea.

—¿Quién eres?—preguntaste, tu voz temblaba ligeramente.

—No te preocupes por eso,—continuó la voz. —Solo quiero jugar un juego. ¿Te gustan los juegos, verdad?

Antes de que pudieras responder, una ráfaga de viento hizo que las luces de la casa parpadearan y luego se apagaran por completo. El corazón te latía con fuerza mientras mirabas a Brady, quien ya estaba de pie, se notaba el miedo en sus ojos al igual que los tuyos, la respiración del otro lado de la llamads seguía ahí.

—Toc toc.—siguio el desconocido, apagaste rápidamente tu celular cortando la llamada y sentiste como Brady te tomaba de la mano fuertemente.

—Vamos al sótano,— sugirió Brady, agarrando una linterna y dirigiéndote hacia las escaleras.

Bajaron juntos, el ambiente se volvía cada vez más opresivo con cada paso. Cuando alcanzaron el sótano y comenzaron a revisar los interruptores, escucharon el chirrido de la puerta trasera abriéndose.—¡Vamos!—susurraste, y ambos corrieron hacia el jardín, pero el asesino enmascarado, Ghostface, ya estaba allí, bloqueando la salida.

Brady y tú retrocedieron hacia el cobertizo del jardín, tratando de mantener la calma mientras buscaban algo con qué defenderse. Encontraron un par de cuchillos de jardinería y se prepararon para el enfrentamiento que sabían que inevitablemente llegaría.

Con un estruendo, Ghostface irrumpió en el cobertizo. Brady se lanzó hacia él con el cuchillo en mano, pero el enmascarado era ágil y lo esquivó fácilmente. Con un movimiento rápido, desarmó a Brady y lo acorraló contra la pared.

—¡No! ¡Déjalo!—gritaste, avanzando para ayudar a Brady, pero Ghostface te empujó de vuelta con fuerza, dejándote en el suelo y vulnerable.

Antes de que pudiera atacar a Brady, algo cambió en Ghostface. Con un movimiento repentino y desesperado, se quitó la máscara y reveló el rostro de Jaden Walton, tu novio desde hace dos años, estabas confundida y a la vez sorprendida, para tí el era un chico que no se atrevería ni a matar una mosca.

—Jaden... ¿qué estás haciendo?—preguntaste, tus palabras apenas audibles por la conmoción.

Jaden te miró con ojos llenos de culpa y desesperación. —Lo siento, pero no podía soportarlo más. Siempre supe que Brady estaba demasiado cerca de ti.

Brady, confundido y herido, miró a Jaden con una mezcla de sorpresa y traición. —Jaden, ¿por qué? Pensé que éramos amigos.

—¡No lo éramos! Nunca fui tu amigo. Siempre supe lo que querías de ella,—gritó Jaden, la furia llenando su voz.

Tú te levantaste, enfrentando a Jaden con determinación y miedo en igual medida. —¿Cómo pudiste llegar tan lejos, Jaden? ¿Cómo pudiste hacerle esto a Brady?

Jaden se acercó a ti, con lágrimas en los ojos, sabias lo que hacía, manipulacion.—Lo hice por nosotros... por nuestro futuro juntos.

—No puedo creer que seas capaz de algo así,— dijiste, retrocediendo, tu sonrisa se ensanchó divertidamente, el plan había salido perfectamente.—Eres un maldito psicópata.

Jaden sonrió mientras veías como sus ojos se iluminaban.—Asi me amas.

No hiciste más que juntar tus labios con los de él, mientras ponía sus manos llenas de sangre de tu mejor amigo y el de él sobre tu cintura. Lo amabas y eso, era tu karma.

Las sirenas de la policía resonaron en la distancia, acercándose rápidamente. Jaden te miró una última vez, la satisfacción era muy clara en sus ojos. —¿Nos vamos, reina?

—Por supuesto.






















One shots. WaltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora