IV. La boda

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—Esperen, que falta algo más —el conductor sonrió— Falta una boda más —dijo mientras la puerta de la casa se abría, dándole paso a Agostina.

Los participantes, que seguían en el SUM, se miraron sin entender. Ellos no sabían lo que sucedería a continuación.

—¿Qué boda, Santi? —Emmanuel preguntó emocionado.

—El público eligió una boda más por redes sociales. Una mujer de este GH... —hizo una pausa, sonriente— y una mujer del GH anterior.

—¿Eh? —los hombres dijeron al unísono.

—Pero para, Santi. ¿Dos mujeres de diferentes GHs? —Darío preguntó, obteniendo un asentimiento— ¿Pero son pareja de verdad?

—Según ellas son amigas —el conductor hizo una mueca, divertido.

—¡Para! —Bautista dijo de repente y miró al resto— Boludo, sí. ¡La poli lo logró! —exclamó riéndose.

—¿Cómo, Bauti? —Del Moro se interesó por la respuesta del uruguayo.

—¡Tienen que ser ellas! ¿Del GH anterior? ¡Romi! Por eso está el tridente acá —señaló a Dani y Juli— ¿Y con quién? ¡Con la poli que la tiroteó 24/7! —el hombre se mostró orgulloso de su conclusión.

—¡Me muero! —Emmanuel gritó shockeado.

—Lo obvias —Catalina comentó por lo bajo.

—Bauti, debo decirte que estás en lo correcto —el conductor habló tras una corta pausa— Agos y Romi se casan —los presentes aplaudieron felices— Primero entrará Agos, que ya se encuentra en la casa. Y después Romi. Ellas aún no se vieron, ¡están preciosas!

Los presentes se pararon a los costados de la alfombra roja. Emmanuel se encontraba en el centro para oficiar la boda. Dani y Juli se ubicaron al lado izquierdo del cordobés para esperar por su amiga y Nacho del lado derecho para esperar a Agostina.

Santiago dejó a los chicos en el SUM y apareció en la pantalla del living, donde Agostina esperaba impacientemente parada frente al sillón.

—¡Agos!

—Dios, Santi. ¡Cuanta espera! —él rio.

—¿Estás nerviosa?

—Ahora sí.

—¿Antes no lo estabas?

—No, que se yo. Pero ahora estando acá... quiero que salga todo bien, por Romi.

—Y por vos, disfrutalo —el conductor le sonrió— Agos, antes de entrar al SUM, ¿nos regalas un desfile por la pasarela?

Ella asintió y salió al patio. Desfiló por la pasarela, su corazón latía con rapidez. Del otro lado de la puerta se encontraba Romina, lista para entrar a la casa. Quería verla, seguro estaba preciosa.

Agostina volvió al living y miró al conductor.

—Bien, Agos. Ahora vas a entrar, te vas a encontrar con los demás y Romi entrará en unos minutos. ¿Estás lista?

—Sí, Santi —respondió mordiéndose el labio.

—Vamos, Agos.

Él se despidió y la mujer comenzó a caminar en dirección al SUM. Antes se vio en el espejo del antebaño y suspiró.

Abrió las puertas del SUM y fue recibida por los aplausos de sus compañeros. Paralelamente, y sin ella saberlo, Romina ingresaba a la casa.

Agostina caminó con nervios hacia el altar. Fue recibida por Bauti y Nico, quienes la abrazaron con emoción. Al separarse de ellos, abrazó con cordialidad a Darío y finalmente miró a Emmanuel, con quien había tenido más de un conflicto adentro de la casa. Él le sonrió y ella le devolvió el gesto, sin pensarlo demasiado lo abrazó.

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