Ofensiva a Sadera

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06 de Junio de 2064
Colina de Alnus
Base de la Federación, sala de mando

La sala de mando era un hervidero de actividad, con una diversa cantidad de personal tratando de mantener la delgada línea entre la estabilidad y el caos en toda esta operación. En medio de todo esta agitación, estaba el General Borrero quien miraba las pantallas de la vigilancia aérea, acompañado del aire acondicionado y una buena taza de café colombiano, actualmente estaba viendo como un vehículo Mike-88 trataba de sacar un camión de suministro que se había quedado atascado en el fango.

Desde donde estaba él solo pudo negar con la cabeza de una manera casi imperceptible, tan solo habían pasado 2 horas y ya tenían un maldito problema en la ruta.

Desde que apareció la Puerta y antes de entrar a la misma, Borrero sabía que esto sería una mierda. No solo por el hecho de que lo habían reasignado desde su puesto en San Diego y lo habían trasladado a este nuevo mundo, también estaba el hecho de que lo habían hecho sin antelación y solo dandole informacion a medias una vez llegó a Caracas, lo cual no ayudó mucho. Maldito secretismo de estado. Antes que pudiera percatarse, estaba al mando de una nueva base, cuatro divisiones, y con solo una semana para planear una operación a gran escala para capturar una ciudad en medio de la nada, para después capturar una Capital.

Por suerte para él la Teniente Coronel Reyes junto a los demás oficiales, había demostrado estar a la altura de la situación desde la semana de preparación.

Una demostración de ello fue como ella supo lidiar con el chubasco que se había desatado el día anterior al despliegue, dejando los caminos enlodados, y con la humedad es posible que los hombres padecieran de hipotermia hasta llegar a Italica. Por como se escuchaba a la Coronela Reyes a través del comunicador parecía que el problema estaría por solucionarse, uno de los tantos futuros problemas.

06 de Junio de 2064 
Imperio Saderano

Carreteras principal hacia Italica

4 horas de siesta por día para alistar los preparativos de la operación, excepto el último día donde estuvieron despiertos para partir en cualquier momento. Lo que junto al día 1 de esta operación daría 35 horas sin dormir antes de la operación.

Lo que empieza mal irá mal. Así es como el Sargento Celso Duarte describiría el primer día de la operación: Águila Falsa.

Sentado en el asiento de pasajero delantero de su Tiuna mientras veía el amanecer desde su lado de la ventana se sumergió en sus pensamientos. Habían salido a las 06:00 am, y suponía que debían estar ya a mitad de camino de Itálica a las 10 am. Eran las 11 AM y apenas habían logrado avanzar unos 50 kilómetros de los 300 kilómetros que debían recorrer desde la base. Lo único bueno es que estaban en una zona llana en lugar de tener que subir una zona montañosa.

Ahora la 214° Compañía estaba matando el tiempo mientras esperaban a que los remolcadores se encargaran de otro conductor retrasado que volcó su camión de suministro en mitad de la carretera, aparentemente porque el camino lodoso provocó que la rueda delantera se hundieran en el fango y en un intento por sacarlo termino volcando. O al menos eso era lo que se informaba en la radio, probablemente el conductor intentó hacerse el rápido y furioso, y para evitar chocar con el vehículo de enfrente terminó por volcar. Sea como fuese, solo había una forma en llamar a aquel conductor: Un puto retrasado.

Walter, el conductor del vehículo multipropósito Tiuna de la unidad conocida como Mohan 2-1, uno de los pelotones de la 214° Compañía. No habiendo dormido durante 35 horas y habiéndose acabado su termo lleno de café, Walter hizo lo mejor que sabía hacer. Hablar.

- Oigan, miren. - Llamó la atención de sus compañeros para luego señalar al frente al camión de suministro que tenía palabras pegadas en la parte trasera. - No se saben otra los hijos de puta. Se los digo, antes de que saliéramos de la base, juro que vi las mismas frases en muchos otros vehículos. - Comenzó a decir en voz alta las frases que recordaba uno por uno.

Gate: La Federación de Repúblicas Americanas Lucho ahíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora