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Para su llegada a Marcaderiva su abuelo y Rhaena los esperaban con una calida bienvenida, apesar de que Aegon seguía siendo mirando con inferioridad por su humilde madre que no deja para nadie bien puesto el nombre de sus hijos por lo que, Aegon no hablo mucho y se quedó al lado de su esposa siguiéndola por todos lados aún con la botella de ron bajo su brazo

- debes aprender las bases de los planos de cada barco en el que vayas a estar - señalaba Lucerys los miles de planos en sus oficina - debes conocer en donde estas y la tripulación  con la que estarás, mi abuelo no pertmite gente cualquiera en su barco

- si lo se - sujetaba su cabeza cansado de su resaca - tu sigue hablando de igual manera me aprenderé eso con el viaje de mañana

- eso no es suficiente Rhaena...

- no hables de ella siempre hablar y me comparas con ella - gruñó molesto - si tanto quieres que aprenda como ella te hubieras casado con ella que conmigo

- deja de decir idioteces y estudia - reclamo - eres mi esposo y debes de estar a mi lado en el barco o sin mi, debes ser un tripulante, un capital y un líder para nuestra casa

El siempre se quedaba callado cuando Lucerys lo tomaba en cuenta para el futuro que les resguardada, no hablaban mucho de hijos ni de una familia pero si de los deberes como herederos del torno de Driftwood, por alguna razón Aegon escuchaba a su esposa el tiempo que tuviera que ser mientras que Lucerys hablaba de cada detalle y suceso en su casa como si fuera a suceder otra vez

Una vez su esposo la comparo con el tuerto de Aemond. Decía que el estaba obsesionado con la antigua Valirya siempre deseado un viaje a las antiguas tierras o el de una guerra que montar junto a la vieja dragona que robo, la segunda reina  siempre parecía elogiar a Aemond al igual que Daeron pero Aegon no le prestaba demacrada atención

Su tiempo estaba en las peleas callejeras y beber en bares de dudosa reputación. Eso cambió cuando empezó a acompañar a su esposa a corros viajes a los puertos con su esposa que estaba encargada de administrar las entregas de mercadería y los recibimiento no era tarea fácil pero a Aegon le entretenía más vomitar su estómago

- no volveré a beber

Más de una vez escuchaba decir eso pero nunca era verdad, Aegon bebía por lo menos dos botellas al día era su mínimo aunque con todo lo que vomitaba se podía decir que no había alcohol que durará demaciado dentro del. En un puerto cercano a las tierras Frey un viejo conocido de telas se río de ella

- ¿es su esposo? Esperaba a alguien mejor para usted mi princesa - señalo a un marinero concido por su cercanía y ser posible mano de la serpiente marina - Alyn es un buen marinero que lleva el mar en las venas pero esto...sin duda no es para usted

No sabía cómo reaccionar a las mismas palabras de siempre por lo que simplemente optaba con sonreír y volver a mirar los cofres. Ella igual esperaba un esposo como Alyn conocido ciervo del mar, se decía que podía oler la lluvia a días y que sus manos habían sostenía las velas del barco de la serpiente marina más de una vez, era un servidor a su casa como era debido

En sus viajes más largos Aegon salía de la cama y dormía en los sillon con el balde junto a él, sostenía su estómago y se ponía demaciado amarillo pero jamás se negaba a dejar sola a Lucerys en sus viajes. Ella veía eso como algo bueno pero por la salud de Aegon no era nada bueno

Estaba delgado y cansado apenas dormía, no era el rechoncho que recordaba

- preparen carne de cerdo y vino - ordeno a su Messay - yo me quedaré a su lado, hoy cenaremos en nuestro solar

Tras el viaje a las costas de la isla cercana a Bravos, Aegon enfermo demaciado y por si misma se quedó junto a su esposo por unos días hasta que se recuperará. La comida de mariscos abrigada su cuerpo y lo llenaba pero la fiebre no bajaba asustando a Lucerys por noches enteras llegando a sostener la mano de su esposo y verificar que siguiera respirando

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐲 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨 || 𝐋𝐮𝐜𝐞𝐫𝐲𝐬 𝐱 𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora