Varían y los siete reinos

¡!Sorpresa¿?

Era una mañana tranquila en el palacio, claro omitiendo el echo de que la princesa estaba un poquito angustiada debido a que tenía el tiempo contado según ella

En otro lugar en ese mismo reino estaba un alquimista dormido en su laboratorio, hasta que un tenue rayo de luz le alumbró sus ojos asiendo que soltara un pequeño quejido empezando a despertar lentamente y preguntándose -qué hora es?-

Al estar un poco más consciente se levantó de su silla y dirigió su vista a un reloj que decía 8:36 al ver la se apuró lo más que pudo y salió corriendo para no llegar más tarde al palacio, cuando empezó a correr sintió un peso extra en su hombro izquierdo, al voltear a ver se topó con la sorpresa de que su mapache lo acompañaba

Le sonrió y siguió corriendo lo más rápido que pudo
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Mientras una princesa ya más calmada terminaba de acomodar uno que otro detalle insignificante lo cual nadie notó a excepción de su pareja

-oye tranquila ya acomodaste todo como unas seis veces , se que estás preocupada pero todo va a salir bien-dijo la pareja de la princesa con un tono calmado

-lose pero quiero que todo esté perfecto, después de todo solo cumples 18 una vez- dijo con un tono de alegría y mostrando una sonrisa

-tie-no pudo ni terminar de hablar por que cierta persona le tapó la boca

-shhhh creo que escuche a alguien corriendo-

Y no se equivocaba, no tan lejos de ese salón cierto alquimista corría para reportarse a su deber pero su mapache no se lo ponía fácil

-rudger tranquilo, si no te calmas no te daré galletas-con esto dicho el mapache se calmó, no iba a sacrificar su comida y mucho menos esas galletas

Ya todos estaban preparados para que se abriera la puerta así que mandarina a pascal el camaleón de la princesa a que le dijera al mapache que ya trajera a el alquimista, lo cual hizo pero no de la manera esperada

El mapache después de enterarse se bajo de los hombros del alquimista para empezar a correr asu lado para segundos después rebasarlo, tras ver esto el alquimista aumentó la velocidad pero a decir verdad la actividad física no era lo suyo

-rudger espera!!-dijo casi gritando pero fue ignorado

El mapache ya avía llegado a la puerta del salón solo esperaba a que lo alcanzara pera entrar y empezar a comer la comida del festejo, pero sin previo aviso el alquimista lanzó una de sus esferas pegostiesas al mapache la cual logró esquivar entrando al salón

El alquimista echó la sal o como el lo llamaba cloruro de sodio para deshacer lo que había lanzado.

Luego de ese pequeño inconveniente se dirigió al salón para toparse con ...

-felicidades varían- gritaron todos al unísono

-uh... gracias?-dijo algo confundido

-no puede ser! Acaso... te olvidaste de tu cumpleaños?- pregunto la princesa muy sorprendida

-era hoy?!- preguntó sorprendido y confundido

Y así transcurrió el día un poco raro para el alquimista, después de todo no estaba acostumbrado a estar con tanta gente así que en la primera oportunidad se fue a su laboratorio para seguir con sus asuntos pero con lo que no contaba era que cierta princesa lo abrí seguido