UNO

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Primera parte: Encuentro

¿Cuánto tiempo llevaba haciendo eso? No estaba realmente seguro, para él era normal, buscar una nueva presa o encontrar los restos de una. Prepararla, cocinarla y comerla, pero la parte que podría generar que cualquiera se preocupara era que no hablaba específicamente de un animal no domesticado, hablaba del animal más molesto sobre la faz de la tierra: el humano.

Aquel día había una apuesta de "comida" eran realmente comunes en los barrios más peligrosos del país, pero claro solo para aquellos que consumen ese tipo de alimento. Aquel día el lugar estaba particularmente saturado, tal vez debido a que la masa de policías y vigilantes aumentaba con cada día. Realmente no lo sabía porque había una línea que nunca había cruzado: la comida viva no era de su agrado. Específicamente tener que quitarle la vida y después consumirla, era de los que preferían comprar en el mercado negro aquellos cuerpos que nunca eran reclamados o que en su caso eran robados. También mantenía una norma estricta respecto a los tipos: nada de niños ni mujeres embarazadas, que por loco que sonaba, era común y había gente con todo tipo de gustos por ahí.

Aquel día "algo" lo motivó a acudir a una subasta, algo que era realmente común entre más te adentrabas en aquel mundo, sin embargo, eso no quitaba el hecho de que era algo ilegal, por lo mismo tenía que estar a las sombras de quien fuera; ése era el motivo por el que, no solo él, sino que la mayoría de los asistentes portaba ropa oscura, evitando reveladores sobre la mínima cantidad de piel, otros como el, portaban incluso mascaras para cubrir parte de sus rostros. Era la primera vez que iba a algo como aquello y su incomodidad era obvia incluso para los asistentes, pero estaba todo bien iba con un objetivo en mente, a pesar de todo había una sección específica para gente con él, aquellos que no podían matar (por imposible que llegase a sonar siendo éste tipo de mundo).

Ese era su plan, esperar para aquella parte de la subasta, era todo lo que haría aquel día y claro observar al resto de gente que acudía y era sorprendente lo normal que resultaba. De no ser por lo oscuro del lugar, la hora, el teatro abandonado donde estaban y la zona tan peligrosa cualquiera podría pensar que se trataba de algún tipo de club.

Pero no era así, las edades eran variadas desde gente que le doblaba la edad hasta chicos de tal vez menos de 17, no estaba particularmente interesado en porque estaban ahí, pero una parte de él se sentía en confort, la paz que sentía al saber que no era el único enfermo le agradaba demasiado.

Las pocas luces que había en las entradas y pasillos se apagaron, lo que dio paso a que solo los asientos estuvieran iluminados, agradeció haber apartado un lugar en los palcos más acercados al escenario, no era particularmente un excéntrico, pero al ser su primera vez asistiendo a un lugar como este creía que lo mejor era lucirse. En aquel palco solo se encontraban él y otra persona más, era una mujer de mediana edad, tal vez cercana a los cuarenta y algo; ella lucía realmente contenta y cada que podía miraba el reloj en su muñeca.

- Luce emocionada, madame - La mujer a su lado, que acababa de notar su presencia, lucía un elegante vestido que la hacía lucir elegante ¿Era esa su manera de marcar su estatus? a diferencia suya no llevaba ninguna máscara o algo que tapara de alguna manera sus facciones, lo cual sumaba un punto a quella idea.

- Claro ¿Acaso no lo sabe querido? Este es el evento más importante de los últimos años. Habrá una cantidad impresionante de entretenimientos y de platillos, aunque eso último es solo para nosotros, dado que estamos aquí.

- ¿Oh, es así? Parece que tomé una buena decisión. En realidad, es la primera vez que asisto algo como esto

- Pues vaya que te has perdido de mucho querido. Parece que la calidad de ventas esta noche es mayor a lo normal - Después con un despliegue elegante estiró su brazo a lo largo de todo el teatro, haciendo que la gabardina que portaba se moviera con ella - Toda esta gente, desde pobres hasta ricos, está aquí por la amplia posibilidad que el metteur en scène tiene para nosotros hoy.

Cannibal - IvanTill (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora