EPÍLOGO I

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Epílogo I: Finale I

Decisiones difíciles

Las olas del mar chocaban con las paredes del navío y gracias a la luz resplandeciente del amanecer, el agua bajo éste lucía cristalina y hermosa. Por la época la brisa era fresca pero, a pesar de aquello, era extremadamente reconfortante, el pelo de Till se agitaba de un lado a otro, por la fuerza del viento, y la calma que había en el lugar lo hacía perfecto para salir a respirar y dejar de pensar.

El trayecto había iniciado la noche anterior, cuando junto con Ivan abordaron el crucero. El cual, cabe recalcar, era enorme; la inmensidad de este hizo que Till dudara durante un par de minutos si ese era realmente su destino. Claramente era uno exclusivo o realmente caro, incluso tenía una piscina, un pequeño teatro y una zona de bar; la parte más sorprendente era lo que consistiría el trayecto, los primeros dos días sería un viaje exclusivo en el mar, al tercer día se detendrían brevemente en una Isla y tendrían que regresar al crucero antes de las 11 de la noche, el resto de la noche y la mañana del cuarto día serían el viaje de regreso; a toda velocidad y acortando zonas para hacer menos trayecto.

Actualmente era el primer día del viaje y no sabía realmente que hacer, los eventos más importantes empezarían dentro de varias horas, así que por el momento lo único que podía hacer era esperar. La noche anterior cayó rendido en la cama de la habitación donde Ivan y él se habían hospedado, todo su cuerpo se había relajado luego de los muchos sucesos al final del año. Pero, por algún motivo, Till sentía que por fin podía relajarse adecuadamente y quería aprovechar la estadía al máximo. Apenas despertó pensó en distraerse un poco, tratando de no mover a Ivan, quien dormía tranquilamente a su lado, se levantó; su relación seguía siendo extraña, incluso después de aquel beso y, aunque no habían vuelto a hacerlo desde entonces, aquello de alguna manera los volvió mucho más cercanos. Till todavía se sentía abrumado y avergonzado cuando pensaba en aquello, así que le pido a Ivan que "fuera más tranquilo" por lo mismo, aunque no se besaban o algo por el estilo, si hablaban cómodamente y podían compartir actividades, como la comida y el dormitorio.

Till se encontraba en ese momento en la cubierta, mirando al mar, cuando se cansó de la vista giró a donde se encontraba lo que parecía un pequeño grupo de personas, que al igual que el, habían decido levantarse más temprano que el resto. Algunos de ellos estaban también apoyados contra las barandillas admirando las vistas, otros estaban parados más al centro de la cubierta platicando y riendo sobre cosas que solo ellos sabían y algunos niños empezaban a sumergirse en el agua de la piscina.

Por los pasillos que llevaban a las habitaciones, Ivan miraba fijamente a Till, se había despertado poco después que él, pero le había parecido una divertida idea seguirle y ver que hacía; pero para su sorpresa, estaba tan tranquilo que le costaba creer que fuera el mismo chico de hace varias semanas, el que parecía que en cualquier momento trataría de huir, el que lucía tan vacío y perdido que le daba miedo que, cuando menos lo notará, dejase de existir. Era un Till diferente a sus ojos, podría decir egoístamente, que lucía mucho más feliz; con miedo en sus hombros y piernas pesadas por el porvenir, Ivan se acercó a su lado, agradeciendo que él no hubiera notado su presencia, tomó uno de sus cabellos que se agitaban con gracia por el viento y le sonrió tan sinceramente como pudo cuando se giró, exaltado, por el repentino toque.

- Tienes que dejar de asustarme cada cinco minutos - Contrario a lo que temió, Till no lo obligo a alejarse o mostró desagrado por su persona, en silencio los dos miraron a las personas que estaban en la cubierta disfrutando de la tranquilidad de la mañana

- ¿Quieres sumergirte en el agua un rato? - Le dijo Ivan. Till pareció meditar un rato, para después asentir ligeramente - Me alegra porque traje esto...

Cannibal - IvanTill (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora