Tercera parte: Hambrientos
Se sentía exhausto, como si un tren lo hubiera aplastado por completo y todos sus huesos se hubieran obligado a si mimos a unirse desde pequeñas piezas, su cabeza no dejaba de palpitar y sin importar qué tomara el dolor no dejaba de destrozar su sien. Solo había dormido unas pocas horas y la noche había sido más pesada de lo normal ¿La razón? sencillo, preparar un cuerpo no es cualquier cosa. Requiere mucho tiempo cortando arterias, venas, sacando órganos y limpiándolos, partiendo todo en pequeños pedazos de nada. Le gustaba creer que entre más rápido fuera aquel proceso, el cuerpo del fallecido menos se endurecería y ese era un motivo por el cual apenas obtenía algo lo partía y guardaba.
El otro era por sí mismo, cada que veía un cuerpo en ese estado su cabeza trabaja a toda velocidad a imágenes del pasado que no deseaba recordar. Pero que, como siempre, se presentaban cuando menos lo pedía, como en sus sueños. Estos eran el principal lugar donde aquellas viejas memorias volvían.
Un cuarto compartido con unos diez niños, gritos y lloriqueos, golpes y amenazas. Días enteros en los que no podían ni probar un poco de agua, muchos de esos niños murieron demasiado pronto, otros alargaron su misera de vida por días. Esa era la vida de cualquier Northcliff, desde el momento en el que los primeros gritos y llantos inundaban tu garganta tenías que luchar por tu vida.
El resultado era la gente como él, descendientes directos de los Northcliff que tarde o temprano tendrían que tomar su lugar en aquella familia, los hijos no directos eran segregados y muchos de ellos morían antes de poder cumplir los quince años. Una tradición estúpida que se había mantenido de alguna manera por generaciones, por eso, cuando el subió a la sima de la familia a la corta edad de 17, supo que lo primero que haría sería evitar a toda costa ese destino para ella, para su hermana.
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El baño le había servido para refrescar su mente, habían pasado demasiadas cosas últimamente y el estrés acumulado se lo estaba pagando realmente caro, no es que fuera particularmente viejo, pero ya no era un adolescente y las consecuencias de una vida como la suya se reflejarían en cualquier segundo.
Pero ahora mismo no tenía por qué preocuparse, ahora había algo nuevo para darle un poco de aire a su miserable vida, el chico peligris que lo esperaba escalones abajo, Till. No podía negarse lo que sentía cuando lo miraba y cuando lo escuchaba, no era algo normal "parecería que te enamoraste de mí a primera vista" recordó aquellas palabras dichas la noche anterior, tal vez era cierto, tal vez había sentido una gran atracción por él, una que resultaba tan difícil de explicar que le quemaba la garganta, que sus orejas hervían, que sentía mareado y débil, como si de solo verlo pudiera sentir una lluvia de estrellas recorriendo todo su cuerpo. ¿Era así como se sentía amar? Porque, si era así, parecía mas una enfermedad que algo hermoso y fantástico.
Cuando las escaleras llegaron a su fin no vio a Till por ningún lado, sus pies se congelaron debajo suyo y sudor frio empezó a recorrer su espalda, la puerta de la cocina estaba abierta. Sintió como la sangre abandonaba su cuerpo. Camino con pasos largos y rápidos hacía ahí, la escena no era la mejor, sangre por el piso y unas cuantas paredes, todo el material que no podía comerse estaba sobre la barra cubierto de moscas que buscaban quedarse con cualquier trozo, el olor era nauseabundo y los utensilios seguían sucios; la noche anterior había terminado exhausto, tanto que ni siquiera se había preocupado por limpiar y se retiró a su habitación tan pronto como había guardado todo dentro del congelador, pero su error más grande era haber creído que Till podría resistir su propia curiosidad.
Pero no quería que viera, no quería que recordara quién era, qué era. La idea de que Till pudiera sentir asco por él, miedo o repudio le causaba un sentimiento indescriptible en su pecho, temor tal vez e incluso vergüenza. Los ojos de Till estaban fijos en la cocina, inspeccionaba todo con una simple mirada, sin decir ninguna palabra.
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Cannibal - IvanTill (CORRIGIENDO)
FanfictionLa ciudad se vuelve otra al caer la noche, toda clase de personas con toda clase de deseos decide salir y mostrar su peor cara a la ciudad. Ivan no es diferente a ellos, como el caníbal que es, el también necesita salir a mostrar su propia cara. En...