•● Defensora ●•

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Abril suspiró nerviosa para seguidamente tocar el timbre de la casa de Samantha.

Se escucharon unos pasos del otro lado y la rubia apareció con una
media sonrisa invitándola a pasar.

Samantha condujo a la castaña a la sala donde estaban los amigos de la
primera mirando la televisión. Hacían bastante ruido ya que estaba
discutiendo por quién era el mejor equipo de fútbol.

Algo que ambas tenían en común era que a ninguna le gustaba el fútbol, les parecía sumamente aburrido y preferfan ver un documental sobre mapaches antes que eso.

- Oh miren, si es Aricita - dijo Rocio con una expresión burlona.

- ¿Acaso vas a tirar los vasos? ¿Debería sacarlos de tu alcance? Ya sabes como los niños pequeños - fue Spreen esa vez.

- Ya basta, dejenla yo la invité y si no les gusta pueden irse nadie los obliga a quedarse.

Abril estaba asombrada y sonrojada ante la actitud de la mayor. Una
pequeña sonrisa se asomó en su rostro.

Nadie más dijo nada así que Samantha los guio hacia la terraza donde mirarían el eclipse.

Era muy amplia, con varios sillones de cuero blanco y una chimenea en el centro con un estilo moderno. No hace falta decir que la familia de
Samantha era adinerada.

Tomaron asientos y usaron algunos telescopios los cuales eran de la rubia también para observar mejor.

Samantha se encontraba observando el eclipse con una expresión de estar
maravillada.

- ¿Es muy linda verdad? - preguntó la rubia mirando hacia el cielo.

- Si... - respondió Abril pero con su mirada en Samantha.

La ojimiel miró a Abril y sonrió.

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Unas horas más tarde decidieron que era la hora de irse. Los amigos de Samantha respetaron lo que ella dijo y no molestaron más a la castaña.

Abril esperó a que todos se fueran para así hablar con la rubia a solas.

- Fue una linda noche, gracias por esto Samy - dijo Abril tímida mirando hacia sus pies.

- Sí, lo fue.

Samantha se sorprendía de sí misma por estar entablando una conversación con Abril, ya que nunca pensó en hacer algo más que pensar que chica ridícula. Aunque ahora se arrepentía de pensar todo eso de ella ya que cuando pasas aunque sea una hora con ella te darás cuenta de que es una buena chica.

Llegaron a la puerta y Abril no sabía cómo debía despedirse así que
decidió arriesgarse. Se paró sobre sus puntas de pie ya que Samantha era un poco más alta que ella y le dejó un beso en su mejilla.

La rubia sonrojada sonrió.

- Adiós Abril.

La castaña se alejó sacudiendo su mano. Pero el dulce momento no duró mucho porque la castaña tropezó con una piedra en en césped cayendo para luego levantarse muy sonrojada.

- ¡Estoy bien! - exclamó sonriendo torpemente.

Samantha río viéndola desde la entrada de su casa y la vio alejándose con una sonrisa.

Nerd (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora