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YoonGi

Nuestro plan es uno de sorpresa. Tienen que saber que estamos yendo, pero están esperando un ataque extravagante. Arrasar la puerta frontal. No están esperando que subamos por las ventanas y los asesinemos mientras duermen. Miro hacia Jimin, que está de pie junto a una ventana.

La luz de la luna brilla sobre él y me tomo un momento para admirar su belleza.

Durante un tiempo, sus ojos estuvieron hundidos y sus huesos sobresalían. Sus labios, dedos y piel eran azules. Incluso su cabello se había vuelto azul. Mi rey cruel estaba muriendo a manos de otros. Ahora, es fuerte y su cuerpo se ha llenado, especialmente desde que lleva a nuestro cachorro. Su cabello, una vez blanco hielo con mechones azules, ha cambiado. Oscuros mechones negros están mezclados con los rubios. Al principio, me preocupaba que algo terrible le estuviese sucediendo, pero Namjoon me aseguró que es porque el fuego cursa por sus venas. Nuestro hijo es un creador de fuego.

Me dirijo hacia mi esposo y lo beso lo bastante fuerte para robarle el aliento.
Entrelaza los dedos en mi cabello, dándome una suave imagen de lo que normalmente está reservado para mí cuando estamos solos y tengo sus muslos envueltos alrededor de mi cabeza.

—¿Qué pasa? —susurra.

—Si muero hoy —gruño—. Que sepas que cada segundo contigo fue un gran regalo.

—Quien te mate tendrá que conocer mi ira. —Curva sus labios llenos en una sonrisa—. Morir por decapitación parece demasiado fácil. Quizás esta vez los congelaré de dentro hacia fuera.

Mordisqueo su labio carnoso.

—Me pone duro cuando me dices cómo llevarás a cabo tu venganza por mi muerte, Castigador.

—Siempre fuiste retorcido —bromea, luego su expresión se ensombrece—. ¿Y qué hay de mí? ¿Qué harás a quien mate a tu omega y tu hijo no nato?

El calor me invade, mis ojos ardiendo en los suyos.

—Quemaré todo el maldito mundo hasta los cimientos. Si no puedes existir en mi mundo, entonces a nadie se le permite hacerlo.

Mi rey cruel sonríe.

—Nuestro amor es destructivo.

—Solo para aquellos que intentan interponerse.

Estoy a punto de lanzar al viento la responsabilidad y tomar a mi rey ahora mismo, pero Jin me sisea que debemos hacer nuestro movimiento ahora. Alzo a Jimin y lo empujo por la ventana, antes de seguirlo silenciosamente.

La base del castillo está vacía. La habitación está en silencio salvo por un incinerador en la esquina que brilla en rojo desde el cuadro abierto. Solo será cuestión de tiempo hasta que el hombre del incinerador regrese.

Cuando me giro, veinte hombres, incluidos Jin y Hoseok, se han deslizado en la habitación con nosotros. Hoseok camina hacia mí y señala una pila de escombros. Sigo la mirada hacia los huesos. Muy pequeños. ¿De un zorro, tal vez? Una mirada a los labios apretados de Hoseok y lo sé.

Niños.

Jimin se tensa. La calma antes de la tormenta.

Su rabia lo consume hasta el punto de que la nieve comienza a caer intensamente en la habitación. Le toco el hombro en un gesto calmante.

Cálmate hasta que acabemos con cada
uno de ellos, mi rey.

No podemos dejarles saber que estamos aquí, y que pierda su frialdad — literalmente—, es la peor idea de todas.

Me dirijo a la escalera y todos me siguen. Más hombres hacen fila detrás de nosotros. Subimos las escaleras que finalmente llevan a la gran habitación donde todavía arde un fuego. El hedor a carne cocinada hace que se me revuelva el estómago. Varios hombres gordos están roncando fuertemente, desmayados sobre la mesa. Hoseok y Jin hacen un trabajo rápido apuñalándolos en la base del cráneo. Rápido, violento, silencioso.

Cold King 《Yoonmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora