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CAPÍTULO 2

Rachel.

El avión inicia el aterrizaje y cierro los ojos mientras aprieto los puños tratando de contener la emoción y los nervios.

Tengo puesto el típico uniforme militar. Pantalón pegado de color verde oscuro , suéter pegado del mismo material del pantalón y un chaleco que tiene todas mis medallas ganadas , botas de tacón y una boina negra que se ve increíble en mi cabello suelto.

Sé que no voy a aterriza en un aeropuerto comercial. Según me dijo Alex , llegaré de una vez a la central.

La puerta del jet se abre y cuadro los hombros con el mentón en alto mientras bajo las escaleras , al frente de mi están dos líneas de diez soldados. Alcanzo a escuchar suspiros cuando termino de bajar las escaleras.

Olimpia se acerca a mi y hago el debido saludo.

-Teniente James , su presencia es un honor para la central rusa. El capitán Volkov será su guía y la ayudará a ubicarse.

-Gracias , viceministra.

-Teniente James , es un gusto para mi el que usted se encuentre en las instalaciones de mi central. Tal y como dijo la viceministra , seré su guía. Soy Shura Volkov. -Estrechamos nuestras manos y no puedo evitar morder mi labio al ver semejante Dios del olimpo. Ojos azules eléctricos , cabello rubio oscuro , piel tatuada y una sonrisa que ¡Joder! creo que me mojé.

***

Llevo una semana en la jodida central y siento que estoy en un sueño. Nos estamos preparando para una misión en Moscú y yo seré una bailarina. La "estrella principal" llega hoy , desde que llegué estoy practicando ya que el trabajo se llevará a cabo en cinco días.

Salgo de la cafetería y camino por los pasillos. No tengo "amigas" porque no me interesan , lo único que he recibido por parte de las rusitas son malas miradas cargadas de envidia y es que no las culpo. Todas aquí son planas y la que tiene pechos es porque está operada. Menos yo.

—James , ¿entrenamos? —Llega Shura. He pasado gran parte de mi tiempo aquí con él , es...simpático , me cae bien.

—Bien. —me limito a decir. No soy de muchas palabras.

Empezamos a trotar hasta los campos de entrenamiento y maldigo por lo bajo cuando entre la multitud de soldados veo un par de ojos grises.

—Adelántate , ya te alcanzo. —le digo a mi acompañante y me desvío.

Camino rápidamente por los pasillos y choco contra un pecho duro.

—¿Qué mierda haces aquí? —le reclamo a Christopher.

—Estaré en la misión. —dice mirandome las tetas. Jodido pervertido.

Me cruzo de brazos y su mirada sube hacia mis ojos.

—¿Enserio? No me dijeron que habrían prostitutos. —sonrío con burla.

—Eso quisieras , James. Seré cliente infiltrado.

—Mm. Bien por ti.

—¡Ogro! —escucho una voz chillona y no aguanto la risa cuando reconozco a la chica que le corté el cabello hace doce años.

—¡Te extrañé! —se le pega como sanguijuela y ruedo los ojos.

—En fin. Cuídate , ogro. —me burlo del patético apodo pasando mis dedos por su pecho antes de irme.