Una mañana bastante soleada, Jungwon se encontraba apurado para ir al colegio, últimamente ha estado llegando tarde.
Mientras se colocaba los calentadores de piernas y sus zapatos, recordó que debía utilizar su bálsamo de labios antes de salir.
Ahí entró en crisis.
Comenzó a tirar ropa en todas las esquinas de su habitación, buscar en los gabinetes y lanzando todo para ver si aparecía su bálsamo, hasta que escuchó muchas notificaciones sonando, decidiendo agarrar su celular y ver que era.
Suspiró, colocando su mano en su frente. Las notificaciones eran mensajes de sus amigos.
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Volvió a suspirar, tiró el celular a su cama para buscar su bálsamo, un tanto estresado. No recordaba donde haberlo puesto, ayer llegó a su dormitorio y directamente se tiró a su cama.
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Jungwon casi rendido, buscó por toda su mochila y finalmente encontró su bálsamo de fresas, un fuerte peso salió de su pecho y corrió hacia el espejo del baño, para colocarse el bálsamo con cuidado. Se podía decir que ya se sentía más bonito, junto al leve rubor rosa que decidió colocarse en sus bonitas mejillas.
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-¿TÚ LLEGANDO TEMPRANO?? - Interrogó Riki casi gritando, abrazando con fuerzas al menor
-Así es- rió levemente -¿Dónde está Soobin hyung?- miró al mayor con confusión
-La profe de química lo llamó para que la ayude con unos libros- soltó una carcajada, luego sacando una pequeña cajita de leche de fresas y unas galletas, sabía que el menor iba llegar son desayunar como de costumbre. -Toma, cómete esto- le entregó las galletas y la leche de fresa
-Me imagino que está harto ya- rió con ternura. -Hyuuung, no debiste- Sonrió tímido demostrando sus hoyuelos, abriendo el paquete de galletas. -Gracias- Abrazó a su mejor amigo, parándose en puntillas. El japonés sonreía, su pequeño mejor amigo era una bola de algodón hecha de azúcar y dulzura.
-Y al final, pude encontrar mi bálsamo- murmuró, tomando un mordisco de las deliciosas galletas y un sorbo de la leche de fresas.
-Eso veo- Rió. -Juré que llegarías dos horas tardes, como ayer- dijo acariciando la mejilla del menor
-¡ESE NO ES EL PUNTO! -bromeó en voz alta, accidentalmente llamando la atención de los estudiantes que estaban al rededor, sintiendo vergüenza. -Que vergüenza- se tapó la cara con sus pequeñas manos, no dejando ver sus mejillas sonrojadas debido a la vergüenza que sintió.
-Ay nene, si te pagan por sentir vergüenza por todo, serías más rico que Elon Musk- bromeó soltando una carcajada, recibiendo un zape del más bajo. -Lo siento won, eres muy tierno cuando haces eso, o cualquier cosa- volvió a reír.
El menor puchereó. -Bueno, cambiando de tema- Riki lo observó, esperando que Jungwon siga hablando. -Mañana me quedaré hasta la tarde aquí para seguir practicando los pasos de la coreografía ya que hoy me tendré que ir temprano y no podré hacer la práctica hoy. - Infló levemente sus mejillas.
-¿Y por qué hoy no puedes?- Interrogó confundido, sin quitar su mirada del más pequeño.
-Hoy tengo que llevar a Maeumi para recortarlo, ya está peludo y deja su bola de pelos en todos los sofás- Rió levemente. -Pero sí, ¿Mañana estarás disponible? No quiero estar solo, dependo de tí- Volvió a bromear, mirando al mayor con un bonito destello en sus ojos de felinos.
-Hace tiempo no oía nada de Maeumi, extraño verlo- respondió con una sonrisa -Aún tengo que verificar, Wonie. Ya que mañana Soobin y yo tenemos que terminar aquella maqueta de química, ¿recuerdas?- El menor asintió. -Y ya ves que a mí y a tí nos separaron de maestros química- Lamentó.
-Bueno... Está bien- formó un bulto con sus pequeños pero pomposos labios.
-Pero tranquilo Won, el viernes podemos seguir- Sonrió, acariciando con delicadeza el cabello castaño de su mejor amigo, haciéndolo sonreír también.
-Bien- rió. -Bueno, pero te enterast... - El timbró sonó, interrumpiendo a Jungwon. -este timbre jamás me va dejar en paz- rodeó sus ojos, haciendo reír a Riki.
-Me cuentas en el recreo, vámonos a la clase- tomó la mano del castaño, dirigiéndose al salón correspondiente.
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