Tal vez era el momento de escapar, al menos eso pensaba Alexandra, es cierto que no sabía dónde estaba, a dónde ir. Cómo encontrarse en el mundo del que había sido arrebatada. Pero la sola idea de tener que regresar a ese lugar y soportar que esas personas la trataran como su familia, le revolvía el estómago. No eran su familia, nunca lo serían.
Podía irse, era su oportunidad, ninguno de ellos estaba en ese enorme castillo que llamaban empresa. Eran más de las 9 de la noche, estaba lloviendo con fuerza. En la entrada del edificio Demir Models, ella se debatía entre correr o no. La sola idea de pensar como sus hijos la extrañaban, la llevo a correr sin importarle nada, ni la lluvia, ni la noche, ni el peligro o lo desconocido.
No contaba con que aún era inexperta a la hora de vivir en ese mundo, así fue como atravesó la calle descuidadamente, intentando esquivar a los autos cuyos dueños furiosos la maldecian.
— Dile a mí padre que llegaré en unos 30 minutos, no debe preocuparse llegaré a tiempo para cerrar los negocios que habíamos planeado, eso es todo Gulem, nos vemos— decía Massimo mientras conducía.
Alguien había sacado de su auto su audífono manos libres, así que tenía que bajar la vista para atender su teléfono. Necesitaba llegar rápidamente a la pequeña fiesta que se realizaría en la mansión Demir, algunos políticos y empresarios muy reconocidos asistirían y el no podía faltar. Ya que Yagiz su hermano había estado desaparecido casi todo el día.
Un llamada entraba en su teléfono, el sonido lo desconcentró mientras intentaba que toda esa lluvia no fuera inconveniente. Solo unos segundos bastaron para que su auto impactará con algo. Freno rápidamente. Asustado, bajo.
Los autos detrás lo insultaban para que se diera prisa por bloquear el camino. Entonces la vio, con su ropa y cabello siendo empapados por la lluvia fría. Aquel color rojo que lo había deslumbrado horas antes sin una explicación lógica. Rápido se acercó a ella, estaba viva, pero no despertaba. Un golpe fuerte en la cabeza, había perdido la conciencia.
No podía seguir bloqueando el camino, no podía dejarla tirada en medio de la calle. Sin otra opción la cargo en sus brazos y subió a su auto. Condujo rápidamente hacia el hospital más cercano y cuando estuvo a punto de dejarla allí, pensó en que aquella niña lucia realmente desprotegida. Trabajaba en su empresa, pero nunca había oído hablar de ella, estaba herida por su culpa, sabía que tardarían en atenderla. ¿Y si alguien no le daba prioridad por no tener dinero? ¿Y si alguien la lastimaba mientras no podía defenderse?
Verla tan frágil aumento su culpa, no la bajo de su auto. Sino que llamo a un médico de confianza, para que fuera a su mansión para atenderla.
Al llegar ya estaban todos los preparativos de la fiesta, la mansión relucía, con decoraciones costosas, exquisitos platos. Mujeres elegantes y bellas, hombres bien vestidos y bien parecidos. Cada uno iba a lo suyo, las mujeres como esposas o hijas iban a divertirse entre ellas, presumiendo sus joyas y vestidos, los hombres iban a cerrar negocios.
Se aseguro de entrar por la puerta de servicio con ella en brazos para que nadie pudiera verla. A excepción de los empleados que estaban demasiado concentrados en servir los platos, seguir cocinando, llevar los mejores vinos al gran salón. Habrían seguido así, de no ser porque el señor Massimo Demir habia entrado por la puerta de servicio con una desconocida mujer en sus brazos.
-Nazenin- llamo a una de las jóvenes sirvientas.
-Si señor- respondio rapido.
-Esta señorita se quedara en mi habitación hasta que llegue el doctor a atenderla, yo debo estar con los invitados y mi padre. No puedo vigilarla, asi que haslo tu. No te separes de su lado ni siquiera cuando el doctor este con ella. ¿Entendido?-pregunto seriamente.
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Secreto de almas.
Fiksi RemajaEnemigos en el imperio, Hurrem y Mustafa cambiarán su destino cuando ambos están a punto de morir el mismo día a la misma hora. Una luna roja los transporta al mundo moderno, donde conservarán sus recuerdos pasados pero poco a poco desarrollarán nue...