—¿Cómo sigue Ava? ¿Le darán pronto el alta?
Katherina y Petrus se encontraban en la sala de estar de la mansión, ella había preparado algunas palomitas de maíz y algunos aperitivos para degustar mientras veían una película, era la primera vez en mucho tiempo que ellos compartían tiempo juntos, la última vez que se encontraron en un momento así fue hace años.
Debía aprovechar el hecho de que su hermano se encontraba en recuperación, solo de esa manera logró que él estuviera en casa, reposando, y estando, aunque sea un poco, más cerca de ella.
—Está bien, el doctor dijo que posiblemente en un día o dos ya pueda regresar a la mansión, no fue tan grave, se va a recuperar pronto.
—Dices que no fue grave como si no hubieran podido haber muerto esa noche, mírate, aún llevas esa venda en la cabeza, fue un milagro que tu cráneo no se fracturara, pero aún así parece que no te afecta en lo absoluto.
—No me afecta, al menos no demasiado, de todas formas es la segunda vez que atravieso algo así.
—¿A qué te refieres?
—Un accidente, no es la primera vez que me sucede.
—¿Te refieres a la noche en que casi mueres por esa sobredosis?
—No, me refiero a la noche que casi muero por caer por ese puente, tú estabas muy pequeña como para poder recordarlo.
La expresión de Katherina cambió abruptamente, no sabía qué decir al respecto, no supo cómo reaccionar ante sus palabras. Katherina era muy pequeña cuando el accidente ocurrió, tenía tan solo diez años, pero supo toda la historia detrás del accidente cuando creció, tenía dieciséis años cuando escuchó una conversación entre Vincent y Keanu, mencionaron el aparatoso accidente automovilístico en el que estuvieron implicados Petrus y una chica llamada Samara.
En esa conversación Vincent insistió en que debían hacer algo para hacerle recordar esos eventos, que no era justo que le ocultaran esa verdad, Petrus debe saber lo que pasó, deben ayudarlo a recordar, si ustedes no lo hacen yo encontraré la forma de hacerlo y lo obligaré a recordar, le dijo Vincent aquel día, pero Keanu se negó, pactaron junto a James no decir nada al respecto, habían acordado eso ya que supieron lo que Petrus fue capaz de hacer con tal de estar cerca de Samara, supieron de su obsesión por ella, pero nunca interfirieron, conocían bien a Petrus como para desafiarlo en ese aspecto.
El día de la boda no fue la primera vez que él actuó de forma agreste contra Keanu, lo había hecho antes por culpa de una chica que ambos conocieron mientras trabajaban como ingenieros de sonido para esa banda poco conocida. Petrus cambió luego de ese accidente, adoptando una nueva personalidad. Haberle ayudado a recordar a Samara en aquella época hubiera implicado que Petrus se cegara de nuevo por sus enfermas emociones.
Sin embargo, aunque hayan querido ocultarlo, Petrus terminó por recordar todo tras el reciente accidente.
Katherina no dijo nada, no quería que él supiera que sabía sobre eso. Petrus continuó hablando.
—Todo encaja ahora. —dijo— Quise llevar a Ava a un lugar que siempre consideré especial, ¿recuerdas la colina del árbol azul? Te llevé hace mucho tiempo, cuando mi padre había muerto, ese lugar significó mucho para mí desde entonces, por fin había encontrado paz. —él se acomodó en el sofá y subió sus pies a la mesa que se situaba en el centro— Vi ese lugar en mis sueños lúcidos, no entendía por qué, hasta esa noche que lo recordé todo, había olvidado que ese lugar era el epicentro de mis recuerdos, especialmente el día del accidente.
—Petrus... No estoy comprendiendo.
—No es necesario que comprendas, Katherina. Dijiste que querías que te contara lo que sentía y lo que me inquietaba, es lo que estoy haciendo justo ahora. Solo escucha, no es necesario que digas nada. —llevó su cabeza hacia atrás, observando el techo, luego cerró sus ojos, ignorando por completo la película que se estaba reproduciendo de fondo— No tuve ninguna pizca de esperanza por esos sueños lúcidos, pero lo logré estando solo en mi habitación, hace semanas. Al principio todo fue normal, bueno, aparentemente normal.
—¿Lograste tener sueños lúcidos y no me dijiste nada? Petrus, creí que estábamos juntos en esto.
—Solo escucha, Katherina. Fue algo que debía hacer solo, tu presencia no me dejaba conseguirlo. —estas palabras incomodaron a Katherina, la forma en la que Petrus dijo eso sonó tan crudo que, ella solo se quedó en silencio, le habría dicho algo, pero no tuvo el valor— Soñé con ella, la vi en todos mis sueños, pero luego se volvieron pesadillas, una tras otra, hasta la noche del accidente, ¿sabías que es posible soñar despierto? Yo me di cuenta de eso el día de la sesión de fotos con Ava, ahí volví a verla, no estaba dormido, estaba despierto. Pero los sueños lúcidos son engañosos, son maquiavélicos, te engañan, juegan contigo y te obligan a ceder ante tus más profundos deseos y recuerdos.
—¿Pesadillas? Se supone que tu puedes manejar tus propios sueños, no comprendo... Frederick estipula que...
—Frederick escribió sobre sus propios sueños, yo te estoy hablando de los míos, no confundas la realidad de otro con la mía, eso es idealismo. —se mantuvo en silencio por segundos, luego prosiguió— Creí que verla me brindaría momentos agradables, pero desde el principio todo se distorsionó y no pude controlarlo como quise. Fue un arma de doble filo, Katherina, un arma con la que me herí severamente.
—¿Por qué hablas así ahora? Te escuchas diferente...
—¿Recordar te puede hacer cambiar? No estoy seguro, pero desde hace mucho tiempo no me siento como el mismo Petrus de hace meses, me siento distinto, menos perdido, como si estuviera cerca de lograr algo que he querido desde siempre, como si estuviera a punto de encontrar mi tesoro perdido.
Katherina desconoció a su hermano, era él en carne y hueso, pero su forma de expresarse era tan ambigua que no logró comprender lo que decía o a qué se refería con encontrar lo que siempre ha querido y llegar a su tesoro perdido, creyó que estaba delirando, que quizás se había vuelto a tomar esas pastillas, así que, arriesgándose, le preguntó.
—Hermano, ¿has consumido algo hoy...? Es que no sueles ser así, al menos conmigo, no entiendo lo que dices, es como un código que debo descifrar para entender.
—Te dije que no era necesario que entendieras, solo basta con que me escuches, necesitaba hablar de esto con alguien, no podía ser con otra persona, sino que contigo, mereces saber lo que pienso y lo que siento, aunque no puedas comprenderlo. —él dirigió su mirada a su hermana y sonrió, mientras su mano acariciaba su cabeza— Estoy bien, Katherina, tan limpio como lo estuve hace tanto tiempo, no sé cuánto vaya a durar, pero mientras dure, disfruta de ver y escuchar a tu verdadero hermano, el que no está bajo los efectos de nada, a tu hermano lúcido.
Una parte de ella se alegraba de saber que él no había consumido nada las últimas semanas, pero también se mostraba inquieta por sus palabras. Petrus alejó su mano de su cabeza y tomó entre sus manos el plato lleno de palomitas de maíz, para luego llevar algunas a su boca y comerlas.
—Bien, veamos la película, pasemos un buen rato juntos, ¿sí?
—Está bien...
Sus palabras expresaron el cúmulo de inquietud y preocupación que ella comenzaba a sentir por su hermano, dijo que estaba bien, pero no pronunció aquello con la animosidad que ella lo hubiera hecho, ese "está bien" llevaba consigo una pizca de sospecha. Aún así, decidió dejar pasar lo que dijo Petrus concentrándose en pasar una buena mañana a su lado.
* *
[22 de julio, 1995, 5:30 pm. Steve me ha enviado mensajes con frecuencia, solicitando verme en su consultorio, no ha mencionado nada acerca de Ava, supongo que la conversación que tuvimos hace dos días le hizo entender que no estaba interesado en convertirme en un intermediario entre él y su hija, no es algo que me importe, además, no tengo ninguna intención de decirle esto a Ava, no es que quiera negarle su derecho a ser padre después de veinticinco años, pero realmente no me importa ver esa relación consolidarse o ser el principal ayudante para ver reunidos a un padre y a su hija. Debo ocuparme de mis propios problemas, los cuales ya son demasiados.
Dagmar aceptó ayudarme, insistirle no fue fácil, pero pude convencerla, le aseguré que evitaría que se viera implicada en esto directamente, la verdad es que, todo se revelará tarde o temprano, y aunque ella posiblemente no resulte perjudicada, Vincent no correrá con la misma suerte. Como la vez anterior me reuniré con ella en un lugar privado.]
Petrus iba de camino a reunirse con Dagmar, le había solicitado realizar la reunión en un lugar completamente privado, por un momento pensó que sería buena idea invitarla a la mansión, pero decidió no hacerlo al considerar que más de algún paparazzi la podría capturar entrando al domicilio, además, no tenía intenciones de involucrarla en un espacio que es tan personal para él. Optó por algo más discreto, su yate privado, creyó que sería el lugar idóneo para tener esa reunión, podrían alejarse de la ciudad y hablar con calma. Acordaron reunirse en la marina seca de Riverside Park, donde él suele mantener su yate.
La radio del auto emitió una canción, pero Petrus cambió la emisora en la cual se transmitía una entrevista, casualmente, una entrevista de Vincent hablando sobre sus nuevos proyectos y su reciente colaboración con Radical RIOT, expresaba que era un honor para él trabajar con ellos, en especial con Petrus Stoddard, quien, según sus palabras, ha sido su mejor amigo a pesar de las diferencias artísticas, Petrus no pudo evitar reír al escuchar su comentario. Estaba tan concentrado en lo que decía Vincent que ignoró por completo el mensaje de texto que había llegado a su teléfono, al cabo de unos minutos se percató de ello, era Dagmar, diciéndole que ya estaba en la marina esperando por él.
Al llegar a la caseta de la marina el guardia le pidió su tarjeta, una tarjeta exclusiva para los miembros del lugar que solían dejar ahí sus yates y barcos, usualmente los miembros eran algunos famosos o empresarios millonarios.
—Américo, que bueno verte. —el guardia no era americano, tenía rasgos latinos, pero Petrus no estaba enterado de su nacionalidad, y poco le importaba.
—Señor Stoddard, qué alegría verlo, no había venido desde... Vaya, ya perdí la cuenta.
—Casi dos años, pero mientras la cuota mensual de mi membresía esté pagada, puedo venir cuando yo quiera.
—Eso es cierto. —Américo colocó la tarjeta de Petrus sobre el lector, indicándole que la entrada estaba permitida, luego de eso le regresó la tarjeta— Su yate se encuentra en el lugar de siempre, en ocasiones su hermana viene a usarlo, por cierto, la última vez vino con un hombre mayor a ella. —Petrus alzó una de sus cejas al escuchar esto— Si no estoy equivocado fue con el señor Keanu, al menos se me hizo bastante parecido.
—¿Hace cuánto fue eso?
—Poco más de dos meses.
Petrus recordó aquel día en el estudio, cuando Keanu estaba desesperado por irse ya que debía reunirse con una "amiga", no estaba seguro, pero tenía grandes sospechas de que esa amiga fuese Katherina.
—Ya veo, Américo, ¿dejaste entrar a la señorita Dagmar Sullivan? Llamé esta mañana para que pudieran darle el acceso a la marina, ya está aquí, ¿cierto?
—Sí señor, dejó aparcado su automóvil en el hangar. Lo está esperando ahí.
—Gracias. Nos vemos luego.
El guardia presionó el botón para dejarlo pasar, la pluma se alzó y Petrus pudo ingresar a la marina sin problemas. Luego de dirigirse al hangar para aparcar su auto se dispuso a ver por todas partes, tratando de encontrar a Dagmar. Al centrar su vista a uno de los costados la vio apoyada en su auto negro, vistiendo completamente casual, nada parecido al vestido que usó la vez que se reunieron, tampoco era como ese esplendoroso atuendo que lució en la boda de James. Llevaba puesto un vestido estampado y un sombrero de playa. Ella sonrió con efusividad al verlo y se acercó a él para saludarlo, no fue un apretón de mano el que se dieron, sino un abrazo y un beso en la mejilla, como si fueran buenos amigos.
—Te ves muy bien usando esas bermudas y esa camisa de flores, un atuendo muy tropical. —comentó ella.
—Digo lo mismo de ti, ¿a qué se debe ese estilo?
—Dijimos que debíamos ser discretos, la ropa juega un papel importante en esto, al menos de mi parte, debo procurar no ser reconocida, no soy tan famosa como tú, pero, cualquiera podría sacarnos una foto y no quiero que mi marido, ni que el resto de las personas sepan quién soy. Luciendo así creerán que soy uno de tus tantos amoríos, ¿no hay problema con eso?
Dagmar se mostró preocupada por ser expuesta, pero para ella ser noticia en alguna revista de farándula siendo vista junto a Petrus era motivo de hazaña, un logro personal, por lo que, su preocupación solo era una simple fachada. Por el momento no le haría saber que estar en esa situación con él le resultaba excitante.
—Para nada, es mejor guardar las apariencias, que hablen de mí no importa, todos saben que en mi vida han existido muchos amores pasajeros, pero debo proteger tu integridad y tu identidad.
—Y agradezco eso.
—Bien, vamos, allá dentro podremos hablar con más calma.
Salieron del hangar y se dirigieron a su yate, aquel que estaba anclado en un lugar exclusivo, una cadena sostenida por dos pilares obstaculizó el paso, al colocar la tarjeta en el lector pudo retirarla de inmediato, al hacerlo ambos entraron. Era un yate pequeño, aunque tenía su propia cocina, su comedor, y una pequeña sala de estar. Dagmar tomó asiento en una de las sillas del comedor mientras dejaba el portafolio que llevaba en manos sobre este y su grabadora.
—¿Vino? ¿Whisky? ¿Jugo de naranja? —Petrus preguntó, capturando la atención de Dagmar— ¿Qué se te ofrece?
—Agua, por favor.
Petrus sirvió un vaso de agua, mientras que él se sirvió un vaso de whisky. Al hacerlo se dirigió a la mesa eligiendo la silla de al lado de Dagmar, dejó su bebida sobre la mesa, y comenzó a beber de su whisky.
—Me alegra verte bien. —mencionó, mientras tomaba su vaso de agua— No fui a visitarte al hospital ya que mencionamos mantener nuestra relación y todo esto en confidencialidad, pero te envié una carta por medio de tu representante.
—La recibí. —él sonrió — Creo que nadie se había expresado sobre mí de esa forma, fue un lindo detalle. Gracias.
—También vi las noticias, que bueno que no hubo demanda de por medio y llegaron a un acuerdo.
—No sé si hubiera estado en condiciones para soportar otra demanda.
—Lo sé. Por cierto... La chica, Ava, los rumores que dicen sobre ella, ¿son reales?
—¿Qué rumores?
—Sobre que es tu pareja actual.
—Los medios siempre tienen que exponer mi vida. —él rio y le brindó otro sorbo a su whisky— Es cierto, es una larga historia. Sin embargo, no estamos aquí para hablar de mis intimidades, ¿cierto?
—Cierto... —bebió de su vaso de agua y al terminarlo lo dejó sobre la mesa— Tengo buenas noticias, conseguí hablar con el periodista que te demandó, las fotografías que me enviaste fueron útiles para mi investigación.
—¿Y?
—Se mostró reacio a hablar del tema, tuve que usar algunas técnicas para obtener información, no le mencioné nada acerca de las fotografías, tampoco le mencioné acerca del supuesto soborno por parte de Vincent, pero, la culpa cayó por su propio peso, Petrus, a pesar de que le diste una cuantiosa suma de dinero, él se ve completamente devastado, accedió a una entrevista, pero me suplicó que no grabara nada, tuve que hacerlo con mucha cautela, pero logré grabar parte de la conversación.
—¿Y el abogado?
—No supe nada de él, al parecer se fue del país, no quiso decirme porqué razones, pero intuyo que él sospechaba que algo podría pasar si se revelaba la verdad tras la demanda y la relación con Vincent. No estoy segura, pero el periodista lo mencionó en su declaración y eso lo involucra directamente. Antes de mostrarte las pruebas, necesito confiar en que esto se mantendrá así, por favor.
—Te dije que no planeo hacer nada con las pruebas, tampoco llevarlas a juicio. —mintió, ya que era precisamente lo que haría— Adelante, quiero escuchar lo que él dijo.
—Bien.
Dagmar retrocedió la cinta de la grabadora y presionó el botón de reproducir.
[—Había desestimado la demanda porque sabía que mis preguntas no fueron las más adecuadas en la entrevista, quería provocarlo, no esperé el golpe, eso es verdad, pero sé que me lo merecía, su representante dialogó conmigo y me explicó que Petrus no se encontraba en sus mejores momentos, debo decir que esa no me parece una justificación válida, pero yo tampoco actué de la mejor manera.
—¿Qué lo incentivó a retomar la demanda en contra del señor Petrus Stoddard?
—El dinero por supuesto, sin embargo, la culpa me está consumiendo, de no haber sido por esa suma de dinero que me ofreció Vincent, no habría retomado la demanda y todo se hubiera arreglado de acuerdo a un convenido, incluso, pude haberle pedido al representante de Petrus dinero a cambio de mi silencio, pero no lo hice.
—¿El señor Vincent Routh? ¿Está involucrado en esto?
—Él insistió en que se retomara el caso, me invitó a su domicilio para hablar al respecto. Es muy bueno disuadiendo, sus argumentos me parecieron tan convincentes que terminó por convencerme de retomar la demanda y hacerle la vida miserable, aunque fuera por un momento, a Petrus, me ofreció medio millón de dólares insinuando que podría ganar más que eso si lo demandaba y lo llevaba a juicio. Y fue precisamente lo que hice.
—¿Su abogado defensor estaba enterado de esto?
—Por supuesto que sí, él también fue comprado por el señor Vincent, a él le entregó un cheque, desconozco la cifra, pero tuvo que ser mayor de lo que a mi me dio, estoy seguro de eso. Mi abogado se fue del país luego de ganar el caso, me recomendó hacerlo también, pero me opuse.
—¿Por qué razón se opuso?
—¿Por moral? Si esto llega a saberse saldré perjudicado y sé que lo merezco.
—Si ha decidido hablar de esto sin tapujos, ¿considera que se sabrá de alguna manera?
—Posiblemente, y cuando pase estaré dispuesto a testificar.]
La grabación terminó luego de que el periodista dijera esas palabras, Dagmar miraba a Petrus, notando una sutil sonrisa en su rostro, lo que no le otorgó un buen augurio, sin embargo, ella confió en sus palabras, creyendo que no trascendería a lo legal.
—Ahora todo cobra sentido. —mencionó él.
—Petrus, por favor, no utilices esto para ir más allá, conoces cuáles fueron mis condiciones para ayudarte y he cumplido, espero que tú también cumplas tu parte.
—Lo haré, no te preocupes por eso. —hurgó en el bolsillo de sus bermudas y sacó su billetera, dentro de esta tenía una pequeña chequera, la sacó colocándola sobre la mesa. El pequeño bolígrafo que siempre llevaba con él reposaba en el bolsillo de su camisa, al tomarlo comenzó a escribir sobre el cheque— No lo mencioné, pero quiero agradecerte de otra forma, no fue un favor el que te pedí, tampoco pretendía que lo hicieras gratuitamente, así que...
—No. —dijo ella, su mano se colocó sobre la suya, impidiéndole seguir escribiendo— No lo hagas, no quiero dinero, he podido ver la verdadera faceta de Vincent y no me parece justo lo que hace, por eso te ayudo. Además, dijiste que podría ser más allá de lo profesional, ¿recuerdas?
—Lo recuerdo bien, pero no pretendo tomar ventaja de tus aptitudes periodísticas así, tan deliberadamente. —aunque era lo que hacía.
—Quise ayudarte, aun sabiendo que mi ética y mi profesión están en juego, analicé los pros y contras, y no pude negarme, en realidad... Estuve dispuesta a ayudarte desde el primer momento en que me lo pediste, pero no quise tomarlo a la ligera.
—Entiendo, no te culpo, no fue una propuesta tan alentadora para tu carrera profesional, estoy consciente de eso, pero eras a la única que podía recurrir, no hubo otra periodista en mi lista, puedes apostarlo, fuiste mi primera opción.
Petrus sabía que Dagmar tenía un peculiar interés por él, lo había dejado en claro desde aquel día en la breve entrevista después de la conferencia. Él usaba eso a su favor.
—Y eso me hace sentir halagada e importante, no puedo negarlo, ser la primera opción de Petrus Stoddard para ayudarlo a investigar a su rival es en cierta medida excitante, incluso, podría ser interesante para mi currículum, pero será mejor dejarlo en privado.
—Así es, voy a proteger tu nombre y tu identidad, tenlo por seguro. —ahora fue él quien tomó su mano y la apretó solo un poco, procurando mantener el contacto visual— Pero al menos déjame compensarte de alguna forma. Lo que sea.
Ella sin controlarlo mordisqueó su labio inferior, la forma en la que él la comenzaba a mirar produjo un efecto irresistible en ella que no dejaría pasar.
[22 de julio, 1995, 10:00 pm. Ya he llegado a la mansión, pensé visitar a Ava, pero decidí venir directamente aquí para reorganizar mis pensamientos y tener un momento a solas en mi habitación. Dagmar me entregó las pruebas, confiando en que no escalaría a mayores, debía pensar eso al menos por un tiempo, cuando ella sepa lo que realmente quiero hacer estoy seguro que no lo tomará nada bien.
Me vi obligado a hacer lo que hice con tal de mantener su alianza, no quiero que se vuelva en mi contra antes de que todo explote. Le hice otra solicitud, necesito saber el verdadero paradero de Samara, le mencioné que era una vieja amiga a la que no he visto en años, tuve que decirle eso para no revelarle la verdad detrás de mi búsqueda, y es que no tiene porqué saberlo. Para asegurarme de tener su ayuda tuve que mostrarme interesado en ella, realmente me parece atractiva, fue así desde el primer momento en que la vi, pero ahora fue algo más intenso.
Nos acostamos. La verdad es que yo quise estar con ella desde que observé ese escote tan pronunciado, mientras que ella confesó haber fantaseado con ese momento desde que supo de mi existencia. Cuando estuvimos juntos ella se olvidó de su marido y de que yo tengo pareja, no fue algo romántico, al menos no para mí, para ella no estoy seguro, yo lo consideré el cierre de nuestro convenio y una forma de mantenerla de mi lado, aunque sea durante un tiempo.
Jamás imaginé que me convertiría en una especie de amante, especialmente en el amante de una simple periodista, mientras que ella tuvo la dicha de estar conmigo, como algunas de esas fans con las que estuve después de cada concierto y de cada firma. Haberlo hecho fue igual a revivir viejos tiempos.
Ella mencionó que descubrir donde se encontraba Samara le llevaría poco tiempo, quizás un día o dos, tendré que esperar por su respuesta, en tanto lo consiga iré a dónde esté, deseo verla una vez más y estar cerca de ella, pero, también debo ver a Ava, iré al hospital en la mañana, debo asegurarme de que esté bien.]
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CABELLOS NEGROS - Libro 1 ©
Mystery / ThrillerEsas pastillas podrían acabar con el vacío que ha sentido por los últimos años. Su cerebro está perdido, quiere algo diferente, venganza, odiar, ejecutar... Está cansado, triste, vacío, tal como un cadáver vivo que necesita soñar. No conoce el amor...