Dos actores reconocidos mundialmente, Juanjo y Martin, se ven obligados a actuar en la misma película, ¿El problema? Que se enamoraron en una playa cuando eran jóvenes y no habían vuelto a coincidir nunca desde que uno le rompió el corazón al otro y...
Juanjo ha alquilado una moto y nos está llevando hacia algún lugar que desconozco, ya que se ha empeñado en que sea sorpresa. Aparcamos en una especie de descampado a las afueras de la isla y Juanjo tira de mí emocionado.
—¡Cuidado do!—Lo advierto yo ya que casi se tropieza por ir a esa velocidad.
—Menos mal que te tengo para cuidarme —Bromea girándose hacia mí y besándome la punta de la nariz—¡Vamos!
Corremos y finalmente llegamos al inicio de una especie de pasarela enorme de madera por la que se puede caminar y llegar a otra mini isla, donde se pueden ver unas especies de ruinas.
—¡Sorpresa!—Chilla Juanjo emocionado mientras yo lo observo todo aún más emocionado.
Me ha traído a ver el atardecer a unas ruinas griegas en medio del mar.
Lo agarro del cuello y lo pego a mí para besarlo intensamente y transmitirle todo mi agradecimiento, él corresponde enseguida y me agarra de la cadera para elevarme mientras nos besamos y damos vueltas. Besarlo es simplemente mágico, estoy enamoradísimo de él.
Comenzamos a correr de la mano por la pasarela mientras gritamos emocionados como dos jóvenes idiotas, eso sí, idiotas de amor. Llegamos a la mini isla, subimos hasta las ruinas y nada más llegar me quedo alucinado por la belleza del sito.
Una especie de marco griego enorme en ruinas nos recibe ante el precioso cielo anaranjado debido al atardecer.
—Esto es el templo de Apolo—Me informa alegre—Bueno, o lo que querían que fuera el templo de Apolo, se cree que comenzó a ser construido alrededor del siglo VI a.C. en honor de Apolo, pero nunca se acabó debido a la guerra entre Naxos y Samos—Me explica y me quedo fascinado.
—Ares, ¿Eres tú?—Bromeo ya que no sabía que a Juanjo realmente le gustará la mitología.
—Me ha consumido el personaje—Bromea el también mientras nos acercamos aun más.
Saco la cámara y hago una de las mejores fotos que he hecho nunca mientras Juanjo me abraza por detrás y me besa el cuello disfrutando de la leve brisa que corre y de las vistas.
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—Te quiero muchísimo—Le susurro y él me besa la mejilla en respuesta a ello.
—Yo más cariño—Me dice mientras me abraza más fuerte y me fundo en sus brazos debido al apodo y su calor en mi piel.
Vemos un rompeolas y decidimos sentarnos a admirar el atardecer ahí mientras Juanjo saca unas sudaderas que ha traído para el frio y nos las ponemos. Yo saco el móvil y conecto los auriculares para reproducir una canción preciosa que quiero que escuche.
"Te regalo"
Comienzan a sonar las primeras notas y ni Juanjo ni yo despegamos la mirada del otro mientras nos dedicamos cada palabra de la canción. Juanjo comienza a acariciarme la mano y yo le sonrío mientras le transmito todo el amor posible con la mirada hasta que acaba acercándose y besándome dulcemente, como si fuera una caricia.
