Capítulo 4

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─Eres una idiota, ─ Rosé refunfuñó, bajando la mirada hacia Lisa mientras observaba cómo realizaba prensas de pecho

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─Eres una idiota, ─ Rosé refunfuñó, bajando la mirada hacia Lisa mientras observaba cómo realizaba prensas de pecho.

─Sentirme confundida ante señales contradictorias no me convierte en idiota. Además, estuve hospitalizada por hipotermia leve, así que quién sabe si lo que oí fue un sueño o realidad, ─ Lisa gruñó.

─Durmió junto a tu cama. Junto a tu cama, ─ replicó Rosé. ─Sueños inducidos por la hipotermia o no, eso significa algo.

─El mes pasado dijo que no quería verme fuera del hospital, ─ Lisa suspiró, volviendo a colocar la barra en el soporte y deslizándose fuera de este.

─Y anoche te cuidó y durmió a tu lado y se enfadó muchísimo cuando se despertó sola. Según Jisoo, ─ respondió Rosé, arqueando una ceja en dirección a su amiga y poniendo sus manos en las caderas.

─Vaya mierda, ─ resopló Lisa, presionando sus párpados con los talones de las manos. ─ ¿Cómo puedo compensarlo?

Rosé consultó su reloj, viendo que ya eran más de las cuatro de la tarde. ─Salen dentro de unas horas, a las siete. Podrías intentar hablar con ella.

─Y solo traje sudaderas para después del trabajo. Fantástico, ─ Lisa suspiró, mirándose la camiseta sudada.

Rosé esbozó una sonrisa y pasó un brazo por encima de los hombros de su amiga. ─Vale la pena tenerme como mejor amiga. Tengo un armario entero en mi taquilla.

─ ¿Oooh qué me dices de esos vaqueros oscuros? ─ preguntó Lisa, cambiando de sitio con Rosé para poder ver los conjuntos.

─ Nop, me los voy a poner yo.

─ Vaya amiga que eres, ─ se burló Lisa.

─Puedes quedarte con los negros rotos que te robé la semana pasada. Están lavados, doblados y en el fondo de mi taquilla, ─ resopló Rosé, haciendo flexiones de pecho rápidamente.

─ ¿Me robas la ropa y la guardas en tu taquilla? ─ preguntó Lisa, levantando una ceja hacia Rosé.

Hizo su última repetición y luego dejó la barra. ─De nada, maldita sea.

─Entonces... ¿qué le digo? ─ preguntó Lisa, jugueteando con el dobladillo de su camiseta.

 ¿qué le digo? ─ preguntó Lisa, jugueteando con el dobladillo de su camiseta

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Llamada de emergencia | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora