Capítulo 5

2.9K 286 34
                                    

¡No olviden dejar su 🌟 y comentario!

Para cuando llegó marzo, Jennie seguía sintiendo esa sensación irreal dentro de su pecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Para cuando llegó marzo, Jennie seguía sintiendo esa sensación irreal dentro de su pecho.

Si ya pensaba que Lisa era buena después de una noche y una cita, era aún mejor después de un mes de citas y noches y los días intermedios.

Jennie estaba segura de que nunca se había reído tanto, ni sonreído tanto, ni ardido tanto. Siempre se quedaba con ganas de más. Más tiempo. Más besos. Más sabores y caricias. Simplemente más.

También estaba segura de que la sala de guardia nunca había visto tanta acción.

De algún modo, cada vez que Lisa se detenía para almorzar o pasaba por allí al final de su turno o tenía que venir para una pequeña revisión, siempre encontraban el camino a la sala de guardia.

Cuando estaban allí, con las caricias tiernas y la rápida eficacia que les proporcionaba el conocimiento mutuo de sus cuerpos, era como si el mundo exterior se desvaneciera y sólo existieran ellas dos.

Ojalá pudieran estar allí ahora mismo.

Jennie suspiró y movió la cabeza de un lado a otro, sintiendo el cansancio en lo más profundo de sus músculos mientras estaba sentada junto a una pila de papeles en la estación de enfermeras.

No había visto a Lisa en cuatro días. Había trabajado dos turnos dobles porque Jisoo estaba enferma y se quedaba con Rosé, lo que significaba que esta última también estaba enferma. Eso hizo que Lisa hiciera turnos extra también.

No sólo echaba de menos el tacto de Lisa y la forma en que la hacía sentir querida, echaba de menos todo de Lisa. Su sonrisa bobalicona y sus chistes cuestionablemente malos y sus comentarios coquetos que aún la dejaban sin aliento.

Echaba de menos a Lisa y una vez más se encontró deseando algo pequeño. Una pequeña herida. Un minúsculo chichón. Algo que hiciera que Lisa cruzara las puertas de urgencias y la ayudara a dejar de dolerle el pecho.

 Algo que hiciera que Lisa cruzara las puertas de urgencias y la ayudara a dejar de dolerle el pecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lisa estaba muerta de cansancio. Había hecho dos turnos nocturnos seguidos y acababa de terminar un turno matutino, habiendo dormido profundamente sólo unas pocas horas en los últimos dos días.

Llamada de emergencia | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora