¡No olviden dejar su 🌟 y comentario!
JUNIO 2022
─Carguen los electrodos a 200... ¡despejen! ─ dijo Jennie, sosteniendo los electrodos del carro de paradas en el pecho de su paciente. La descarga recorrió la máquina, haciendo que el hombre que había entrado en urgencias, ya en paro cardiorrespiratorio, sufriera espasmos en la camilla.
Miró el monitor en busca de señales de latidos, exhalando un suspiro corto. ─ ¿Algo? ─ preguntó Jennie mientras apartaba los electrodos.
─Nada, ─ dijo Irene, echando un vistazo a los monitores.
─Mierda. Carga a 300, ─ ordenó, levantando los electrodos al tiempo que estos zumbaban. Una vez cargados, volvió a dar descargas al paciente. Dejó escapar un suspiro de alivio cuando los monitores emitieron un pitido y registraron un latido. ─Llévalo a una habitación y mantenlo estable, Bae, ─ añadió Jennie, volviendo a colocar los electrodos en la máquina. ─Llama a Dunn para una consulta de Neuro y avisa a Cardio.
Jennie le ofreció una sonrisa a Irene mientras se quitaba los guantes y salía por detrás de la cortina de privacidad. Caminó hasta la estación de enfermeras, se apoyó en ella y miró a Jisoo con gesto cansado.
─Los turnos dobles son el peor invento de la historia de la medicina, ─ suspiró Jennie.
─Al menos el tuyo está casi terminado, ─ Jisoo sonrió.
Entonces Lisa se abrió paso a través de unas puertas dobles, ajustándose las muletas bajo los brazos y tratando de mantener la escayola sin tocar el suelo mientras se movía.
─No creo querer que las uses conmigo, pero los electrodos fueron un poco calientes, ─ murmuró, sonriéndole a Jennie en cuanto hicieron contacto visual.
Su sonrisa fue instantánea cuando se acercó a Lisa. Dejó que sus ojos recorrieran la delicada escayola y las muletas, fijándose en las ojeras de Lisa y en la luminosidad de su rostro.
─Todo lo que hago te parece atractivo. Eres poco parcial, ─ murmuró Jennie, guardando las manos en los bolsillos de su bata para no buscar a su novia.
─Oye, utilicé mis amplios conocimientos médicos para hacer esa valoración, ─ argumentó Lisa.
Jennie soltó una risita e hizo un gesto con la cabeza en dirección a la sala de guardia.
─ ¿Me sigues? ─ preguntó en voz baja.
─Sí, por favor, ─ respondió Lisa, caminando con las muletas tras Jennie lo más deprisa que pudo.
La doctora sostuvo la puerta abierta para Lisa y luego entró detrás de ella, cerrando la puerta con un chasquido.
Cuando vio que Lisa abandonaba las muletas y se desabrochaba la camisa, Jennie soltó una carcajada.
ESTÁS LEYENDO
Llamada de emergencia | JENLISA
RomanceEn el centro de Alaska, Lisa Manoban, una bombera propensa a los accidentes, y Jennie Kim, una dedicada doctora de urgencias recién llegada a la ciudad, cruzan sus caminos de forma rutinaria. ¿Serán ambas lo suficientemente valientes como para explo...