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Somos una casualidad llena de intención.

Aquel pelinegro caminaba con dirección hacia el nuevo café, ¿Razones? Estudiar y observar al cajero que siempre le atendía.

No es que se haya enculado con él, pero le ocasiona curiosidad el castaño, sus ojos eran de un color hermoso, su rostro era de un Dios y ni hablar de su voz. Definitivamente no estaba enamorado de él.

Sonó la campanita que se encontraba en la entrada de la cafetería, anunciando que un nuevo cliente había llegado. El pelinegro alzó un poco la vista para encontrarse con el chico con el cual soñaba los últimos días.

-- " Buen día, bienvenido al Kitty's Coffee. ¿Desea algo? " -- El de orbes negros se sentía en las nubes al escuchar tal educada voz, pero como dije, no estaba interesado amorosamente, solo le causaba curiosidad.


-- " Un café con leche, y si se puede, tu número. " -- Guiñó un ojo. El cajero solo lo miró con extrañeza.

-- " Le podemos dar su café, pero me temo que no puedo ofrecerle mi número. ¿Desea algo más? " -- El pelinegro miró con derrota al castaño.

-- " ¿Me darías tu nombre, por lo menos? " -- Observó con esperanza los ojos ajenos.

-- " Soy Roier, un gusto. Enseguida traeré su pedido. " -- Sintió su corazón explotar de felicidad, al menos sabía algo del chico.


-- " Alex Quackity, pero me puedes llamar el amor de tu vida. " -- Roier lo miró con extrañeza, los clientes se ponían raros por la tarde.

Eran una casualidad con mucha intención.

 ¿𝕻𝔬𝖗 𝔮𝖚𝔢́ 𝖒𝔢 𝖒𝔦𝖗𝔞𝖘 𝔱𝖆𝔫𝖙𝔬? ˢᵖⁱᵈᵉʳᵈᵘᶜᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora