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Roier no era una persona capaz de amar mucho a alguien, todas las parejas que tuvo, lo dejaron por ese problema. Y se prometió no volver a querer a alguien nunca más.

Pero el pelinegro al parecer quería romper esa promesa, algo que Roier no iba a permitir.

No iba a dejar que alguien tan tonto como como él lo pudiera enamorar.

No iba a dejar que alguien tan tonto como como él lo pudiera enamorar

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Volvió a sonar la campana de la cafetería, la cual anunció la llegada de otro cliente y como no, ese cliente era Alex.

Roier suspiró al ver la silueta de una persona con estatura baja y ojos negros al igual que su pelo. ¿Va a tener que volver a lidiar con él como la otra vez?


—— Buen día, bienvenido al Kitty's Coffee, ¿Se le ofrece algo? —— Mencionó esbozando una sonrisa, tal vez el pelinegro le caiga mal, pero no iba a dejar que eso haga que su jefa le llame la atención.


—— Me gustaría ser tu derivada para quedarme tangente a tus curvas. —— Alex apoyó su brazo en la mesa, para acto seguido observarlo con los mismos ojos de enamorado.


—— ¿Va a seguir con sus piropos? Le pido por favor que si no va a comprar algo, se retire de la tienda. —— El pelinegro se asustó al escuchar esas palabras, ¿No le gustó su piropo?


—— Entiendo, volveré después con algo mejor para que te guste. Adiós. —— Rió al ver cómo salía corriendo el más pequeño, no lo va a dejar volver a entrar a la cafetería sin duda.


—— “ Ese chico es un dolor de huevos. ” —— Le comentó Roier a su compañero, Juan.


—— “ ¿Alex? Nah. Él es muy amable y se preocupa por los demás, que tú tengas un corazón de piedra no es su problema. ” —— Mencionó el castaño, ofendido por como describió Roier al pelinegro.


—— “ Se la pasa diciéndome piropos, y muchas personas nos miran mal por eso. Dime tú si eso te parece amable. ” —— Contestó molesto, ese chico era la razón de las muchas regañadas que la dueña le daba.


—— “ Esa es su forma de ser, no te sientas especial. ” —— Decía su compañero mientras terminaba de limpiar una mesa.


—— “ ¿Se puede saber el por qué están hablando si se supone que ya deberíamos de estar cerrando? ” —— Habló una tercera voz, Mayichi. La dueña del local estaba confundida, si eran las seis de la tarde, ¿Por qué el local seguía abierto?


—— “ ¡Disculpe, jefesita! Nada más nos queda limpiar una mesa y ya cerramos el local. ” —— Habló el de lentes, avergonzado, era la tercera vez en el día que le regañaba.


—— “ Vale, buen trabajo hoy. ¡Nos vemos mañana! ” —— Se despidió la mujer.

—— “ Pinche vieja, como la odio. ” ——
Habló Juan al ver cómo su jefa salía del local.

—— ‘‘ Yo también, ¿Pero sabes que amo? Cuando cierras y yo me puedo ir temprano, adiós. ” —— Se despidió Roier con una sonrisa, viendo la cara de enojo del más pequeño.

El castaño caminaba por ajetreadas calles de su ciudad, pues las personas recién salían del trabajo. Roier se sentía feliz de poder salir del trabajo, hoy le pagaron y eso significaba más fiestas.

A lo largo de su camino, sintió pasos rápidos detrás de él, asustado, giró su cuerpo en dirección de los pasos.

Al voltearse, divisó la cara de alguien “ Lamentablemente ” conocido.

—— “ ¡Espera, no me hagas nada! ” —— Gritaba un pelinegro, acorralado contra la pared de un callejón y con las manos de Roier en su cuello

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—— “ ¡Espera, no me hagas nada! ” —— Gritaba un pelinegro, acorralado contra la pared de un callejón y con las manos de Roier en su cuello.


—— “ ¿Qué es lo que te pasa conmigo, niño? Estás chingue y chingue cuando estoy en el trabajo, ¿Y ahora me sigues? ” —— Soltó el agarre que tenía con Alex.


—— “ Primero; no te estaba siguiendo, te estaba hablando desde hace rato y usted no me escuchaba. Segundo; te quería pedir que me acompañaras a un lugar. ” ——

—— “ Estás loco si crees que iré contigo a quién sabe dónde. ” ——

Tal vez Alex no estaba tan loco, al final fueron a comprar pan para los patos del estanque que había en el parque central

Resultó que tenían cosas en común; les gustaba la misma banda, tenías mascotas, vivían uno cerca del otro, les gustaban los animales...

—— “ Me caes bien, la verdad. ¿Te caigo bien? ” —— Habló el amante de los patos, alimentando a uno de estos.

—— “ La verdad, no. ” —— Respondió en seco, era mentira, pero solo lo hacía para ver la cara de Quackity confundido.

 ¿𝕻𝔬𝖗 𝔮𝖚𝔢́ 𝖒𝔢 𝖒𝔦𝖗𝔞𝖘 𝔱𝖆𝔫𝖙𝔬? ˢᵖⁱᵈᵉʳᵈᵘᶜᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora