Peticiones

5 0 0
                                    


-bajen sus armas- ordenó el rey mientras se ponía de pie con mi sandalia en la mano, caminó hacía mi y me tomó del hombro

-no, suéltame - intentaba zafarme de su agarre pero el me jalaba y empujaba, me llevó hasta su habitación, lo sabía porque parecía demasiado cómoda y era más lujosa que el resto, me arrojó a la cama luego cerró la puerta por dentro, estaba muy asustada, si antes se había contenido estaba claro que ya no lo haría, no después de arrojarle en zapato a la cara mientras hacía de anfitrión en su cena

-todo este alboroto porque te pedí venir a cenar ?

-acaso cené? - mi corazón decían que fuera prudente y me arrodillara suplicando perdón pero de mi boca solo salían palabras insolentes

-entonces por que haces tanto escandalo ?

-me tienes encerrada aquí, qué no vez que lo único que quiero es a mis padres ?

-no estás encerrada, en cuanto sepamos quién provocó el incendio podrás irte, personalmente escoltaré tu caravana hasta Sidón

-no necesito tu protección, mi hermano y yo podemos irnos esta misma noche

-tu enemigo está ahí afuera acechándote y quieres entregarte en bandeja de plata ?

-el único enemigo que tengo eres tú - quedó mudo por un minuto advirtiendo si hablaba enserio

-quédate aquí esta noche- salió de la habitación y se fue dejándome nuevamente encerrada y con hambre, luego de una hora me quedé dormida, el hambre era casi demasiado, volví a tocar la puerta con esperanza de que alguien me abriera pero no fue así, luego olí humo, humo de nuevo que entraba por debajo de la puerta pero estaba demasiado débil para ponerme de pie o demasiado débil para pedir ayuda.

Lo siguiente que recuerdo es unos familiares brazos levantándome. Por unos dos días estuve recibiendo comida de algún extraño en mi habitación, apenas si podía tragar pero no abría mucho los ojos, un día después desperté con más energía y al ver que la habitación no tenía puerta me alarmé un poco, me cubrí con una capa mientras caminaba sigilosamente, era de madrugada por lo que ni los sirvientes estaban despiertos, caminé buscando la habitación de mi hermano la encontré y me acosté junto a el, por la mañana un rey muy molesto estaba sentado junto a la cama

-rey - susurré para evitar despertar a mi hermano

-salgamos - dijo poniéndose de pie y saliendo de la habitación, lo seguí con algo de temor hasta llegar a la cocina- ordene algo de comer por favor 

- qué ? 

-ayer me aseguré de que se le diera de comer, se encontraba muy débil cuándo el fuego casi llega a su habitación me aseguro de que se mantenga sana 

-jmm- sonreí sarcásticamente por su comentario

-le parece gracioso? 

-a usted ? me encanta que me maten de hambre, me encierren y me ignoren

-admito que no debí encerrarla, pero lo de la comida estoy seguro de que pudo pedirla

-de veras? fui a cortar una manzana con mi hermano y uno de sus guardias me encerró en una habitación por ello 

-qué? 

-no me cree? 

-cuál de ellos ? 

-no se su nombre, me cargó como costal y luego me encerró 

-lo reconocería si lo ve ? 

-si - tomó una manzana y me la dio, luego puso su mano en mi espalda y me encaminó hacia un patio

Amor oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora