Capitulo 3

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Todo lo que se conocía atrás como la gran ciudad del Reino del trébol es un caos de desastre que abundaba en su mayoría resultando civiles muertos que por suerte fueron pocos a los esperados. Después del combate contra Zaiko los caballeros mágicos con mejor estado comenzaron a ayudar a las personas heridas o atascadas causadas por la amenaza llevándola al hospital para que los magos sanadores restantes prosigan con su trabajo.
Mientras tanto, en una sala bastante grande, nuestros protagonistas descansaban y procesaban porque no entendían lo que dijo Ángel sobre su existencia en relación con Asta.

Asta: ¿A qué te refieres con que yo sea la razón por la que tu sigues con vida? --el pelicenizo preguntaba con incertidumbre al igual que todos los presentes--.

Ángel: Bueno, es algo complicado que decirte, pero para resumirte –apareciendo un par de alas en su espalda llena de plumas de un color igual al de su traje, blanco--.

Sukehiro: Pero ¿qué-?

Mereoleona: ¿-Mierda?

Julius: ¡WOW! ¡ASOMBROSO! —exclamaba admirado mientras veía las alas a detalle que mostraba Ángel—.

Noelle: ¿No eres humano? ¿Qué eres? --ante eso el espíritu animal del agua aparece en el cuello de su usuaria--.

Leviatán: ¿Un ángel? Pensé que ya todos ustedes se habían extinguido --comentó extrañando a todos por lo dicho--.

Noelle: ¿Eres un ángel?  y ¿Cómo que está “extinguido”?

Ángel: Pues esa es mi raza, soy la contraparte de los demonios. Nosotros los ángeles nacemos y permaneceremos por la cantidad existente de los Starias mientras que los demonios por los humanos, así permaneciendo un ciclo junto a un eterno equilibrio de luz y oscuridad.

Julius: Pero en ese caso Lucífero ¿no debería ya haber muerto? —pregunto dándole la razón por esa duda que surgía—.

Ángel: Es diferente porque los reyes demonio nacen de las emociones negativas de las personas, por lo que son inmortales hasta cierto punto --aclaró dejando sorprendido a los presentes hasta que cierta peli naranja escuchó--.

Mereoleona: ¿Dijiste reyes? ¿Hay más de ellos?

Nacht: Solo existen dos en el inframundo --comentó apareciendo directamente de sus sombras sorprendiendo a más de uno de su presencia--.

Sukehiro: Ah cabrón, no nos espantes así.

Nacht: Como sea, con suerte no se enfrentaron a la reina Arachula --comentó dejando en silencio a todos los presentes el cual el pelinegro entendió-- Ahora que hicieron par de idiotas.

Ángel: Eso ahorita es lo de menos, lo que quiero decir es que tú eres un Staria, y por lo tanto si tu mueres yo moriré contigo --señaló al pelicenizo el no dejaba de estar sorprendido--.

Asta: Y cómo sabré si lo que me estás diciendo es real --comentó no muy seguro de aquella afirmación--.

Ángel: Los Staria son conocidos por ser una raza increíblemente poderosa pero muy pacífica a su vez se caracterizan por ser muy amables con las demás razas que en su momento existían como los enanos y los elfos a excepción de los demonios. Por alguna razón décadas después comenzó una guerra en la cual sus enemigos aprovecharon para darles fin llegando a cumplir su cometido de una vez y para siempre.

Asta: ¿Si es una raza extinta como sabes que soy parte de ella?

Ángel: Los Starias son muy identificables por tres razones:
1. Emanan una energía que provoca la creación de los ángeles, yo sé quién lo posee, además de tener una resistencia de temer.
2. Son prodigiosos en su energía vital, como ustedes llaman ki.
3. Poseen una voluntad inquebrantable.

Sukehiro: Bueno, eso encaja perfectamente en el mocoso (Así que por esa razón pudo aprender demasiado rápido con el ki durante aquel día, además de su energía ilimitada que parece tener por lo gritón y exigente que es consigo mismo).

Mereoleona: Bueno, ahora que sabemos los esencial tenemos que ir a entrenar para enfrentar a ese desgraciado y por ello, yo me largo de aquí.

Asta: Si... yo necesito un poco de espacio, ¿puedo? --preguntó llevándose la afirmación de Ángel y salió de la habitación--.

Nacht: Ahora que es hora de que me lo expliquen ¿¡Que carajos hicieron todos ustedes?!
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Asta caminaba en los pasillos del hospital mentalizando acerca de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor buscando una respuesta a ello, pero cada vez que intentaba no lo encontraba y esto para Liebe era sumamente raro por la actitud que estaba tomando su hermano/compañero. Al salir finalmente del lugar observó a su superior Finral intentando conquistar a algunas chicas sin éxito alguno donde camino hacia él con un objetivo en mente.

Asta: Finral, ¿me podrías enviar a Hage?, por favor –ante lo dicho por el pelicenizo aquel peli marrón simplemente se quedó en silencio al verlo y observar los ojos apagados el cual este a su petición acepto creando así un portal--.

Finral: Ten cuidado –dijo viendo como el ahora Staria entraba al portal--.

Asta: Es verdad.... es verdad lo que dijo--incrédulo ante lo que veía siendo su aldea devastada por completo casas destruidas, cultivos quemados y gente sin vida en el suelo—No me digas que ellos también.

El pelicenizo con miedo comenzó a correr directa a la iglesia que al parecer no sufrió ningún daño aparente pero aun así permanecía el miedo de perderlo, perderlo todo lo que una vez quiso proteger. Mientras caminaba cientos de imágenes de todos las personas dentro de la aldea siendo asesinadas sin poder hacer algo, con una impotencia y negación dentro de su mente siendo testigo de la enorme cantidad de sangre derramada en el lugar hasta llegar a la iglesia, su casa, su hogar.

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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