El trote de los caballos eran lo único que sonaban en la carroza, la joven de hermoso rostro lucía impasible, mientras que su hermano enfrente de ella estaba ansioso, Delilah había estado así desde que se había enterado de la muerte de Adelaide, su madre.
Londres, en exacto Mayfair esperaba por los hijos bastardos de Lord Featherington, la joven pelirroja en el carruaje no era nada menos que la menor de las Featherington, la única que este año solo vería el debut de sus hermanas y como su padre elogiaba sin duda su apariencia tan fresca y delicada.
Dejando de lado el carruaje en la Mansión Featherington, la lady de la casa estaba vuelta loca con la visita de sus sobrinos, que curiosamente también eran sus hijastros.
—Ese color es desagradable, coloquen un papel en pastel, mi querida Delilah ama el color lavanda —toco la gema del precioso collar que tenía en su cuello, uno que Delilah y Adelaide habían mandado por su cumpleaños.
Había extrañado a aquella niña que se parecía más a su hermana y a ella en su juventud, la joven era sin duda tan bella como ambas lo eran en sus buenos años, un suspiro salió de sus labios, vendría su sobrina y el futuro lord Featherington.
—Mamá ¿Es verdad que vendrán Philips y Delilah?— el murmullo emocionado de sus hijas la hizo salir de su ensoñación mientras las observaba.
—Si, lo harán, y ustedes deben alistarse para recibirlos— ordenó la mujer mientras bajaba y pagaba a los hombres por los servicios en la decoración. —Ahora todo está listo para que sus hermanos regresen a londres.
El carruaje cada vez se acercaba más a la ruidosa ciudad, donde los chismes eran sobretodo ruidosos después de la carta que Penélope les envío diciendo que una tal Wisteldown había publicado de ellos en su panfleto de la semana, haciendo alucion de "bastardos" "ilegitimos" "productos del pecado de un lord más de la sociedad."
Al llegar a la casa Featherington, la mirada de la joven se detuvo en la casa de enfrente, era hermosa, sin duda una casa muy acogedora y digna de los barrios altos de la sociedad, su hermano bajo y extendió su mano para que ella la tomara, cosa que hizo, bajando la capucha de su capa dejando a la vista un cabello rojizo y una piel tan pálida como la leche llena de pecas, y aquellos ojos azules, los Bridgerton que salían para dar un paseo familiar se detuvieron a mirar a la bella joven que era recibida por un caluroso grito de Lady Featherington.—¡Delilah, Philips!— el abrazo de la mujer a sus dos hijastros, tardando más con la joven hicieron a más de uno sorprenderse, sobretodo a la servidumbre que reverenciaba al futuro lord.
—¡Hermano! —las señoritas Featherington corrieron a ver los regalos que el único varón presentaba.
Sin duda alguna los Featherington estarían en boca de la sociedad, aún así, sin lugar Portia estaría a la defensiva de sus dos más grandes tesoros, pues eran el recuerdo de aquella hermana que tanto amo y sobretodo aquellos hijos que la vida le había regalado.
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Delilah || Bridgerton
FanfictionFeatherington, era una familia muy controversial en el Londres de la época, las mujeres eran presentadas en sociedad, pero aquella familia gozaba de tres hijas encantadoras a decir verdad y de dos bastardos del lord Featherington reconocidos. En su...