~•Consuelo•~

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Pasado:

Un joven cazador se encontraba regresando a su hogar después de una dura misión, el pilar del agua.

Un hombre de pocas palabras y fría actitud con todos aquellos que lo rodeaban, actitud que le ocasionaba muchos problemas con sus compañeros; ya sean pilares o cazadores de bajo rango.

Ese día en particular fue a la finca de una de sus compañeras, la pilar de las Flores.

¿La razón?, no se sentía muy bien debido a algunos golpes que recibió de los demonios a los que se enfrento en su última misión.

Y si bien él no quería molestar a su compañera, tampoco quería que esos malestares se convirtieran en algo aún más molesto e irritante.

...

"Tock" ,"Tock" ,"Tock".

Tres golpes en la puerta principal llamaron la atención de la joven pilar quien se encontraba acompañada de su pequeña hermana, a quien estaba entrenando en ese momento.

- Puedes descansar Shinobu, mañana continuaremos con el entrenamiento.- habló con dulzura la chica dirigiéndose a la puerta; ¿o tal vez debería llamarse portón?.-

- Entendido hermana, iré a ver si Kanao y Aoi ya terminaron de acomodar los víveres en el almacén.- respondió con bastante animo la menor y corriendo hacia el lugar antes mencionado.-

Kanae abrió la puerta y se encontró con su compañero, eso la tomo por sorpresa.

- Oh, Tomioka-san que agradable visita jeje, ¿pasa algo?

- Nada importante Kocho, solo vine para saber si me podrías dar algo para el dolor de cabeza y golpes.- hablo el joven sin ningún tipo expresión en el rostro.-

- Entiendo, pasa entonces se que debe haber algo que pueda resetarte.

Giyu obedeció a su compañera y la siguió hasta su oficina, no sin antes ser notado por la joven hermana de la pilar quien solo se quedó observándolo desde la distancia.

- ¿El es un pilar?.- se preguntó la menor.-, pensé que los pilares eran más..., animados.

Shinobu aprecia algo confundida, pero decidió ignorar eso y siguió ayudando a sus "hermanitas" con los víveres.

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Poco después:

Giyu salió de la finca ya con una pomada y hierbas que le ayudarían a contrarrestar sus malestares, le agradeció a su compañera y se fue.

Kanae por su parte cerro la puerta y volvió a dónde estaban sus hermanas, aunque al llegar no las encontraba, al parecer terminaron y se fueron a comer.

Ella se dirigió a la cosina y las encontró, las tres chicas se alegraron de verla y preguntaron por el bienestar del joven pilar.

Kanae explicó que no era nada realmente grave, aunque también se le hizo algo raro que una de sus hermanas no hablara.

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