Perdido en Gotham

Capítulo 10: Puntos en común

Resumen:

La Liga de la Justicia se entera del nuevo justiciero de Gotham. Superman y J'onn tienen propuestas interesantes para Batman. Mientras tanto, los dos metas de la familia Bat salen a correr...

Más temprano esa mañana....

Bruce se tomó un momento para ver a cada uno de sus hijos antes de salir de la casa. A las tres de la madrugada, como era costumbre, todos habían regresado de patrullar. A pesar de haber estado fuera hasta ese momento, Batman solo se había permitido cuatro horas antes de levantarse. Tenía una reunión a la que asistir a las ocho de la mañana.

Él y Alfred eran los únicos despiertos, sin contar a Nightwing. Dick no había ido a patrullar la noche anterior, se había quedado en caso de que Peter necesitara algo (y porque necesitaba salir a las seis para dar su clase de gimnasia del sábado por la mañana). Él ya se había ido.

Se detuvo junto a las puertas de cada una de las habitaciones de sus hijos al pasar, escuchando cualquier cosa fuera de lo común. Sabía que no había necesidad de hacer esto. De hecho, lo hacía muy raramente. Pero escuchar la historia de Peter la noche anterior... le había despertado recuerdos desagradables. Viejos y malos sentimientos...

En lugar de detenerse en la puerta de la habitación de Peter, Bruce dio un paso más y abrió la puerta en silencio. Peter solo se había molestado en quitarse las botas, los guantes, los lanzatelarañas y la máscara antes de desmayarse sobre la cama. Una manta que reconoció de la habitación de Dick había sido colocada sobre el adolescente, y una pila de ropa (junto con una mochila escolar marrón desgastada) habían sido colocadas en la habitación.

Cerró la puerta lo más silenciosamente que pudo y luego continuó hasta la Cueva de los Murciélagos.

Sabía todo sobre los chistes que se contaban sobre su "problema de acaparamiento de huérfanos". Sus compañeros miembros de la Liga los hicieron, sus hijos los hicieron, Jim los hizo (aunque eso estaba dirigido principalmente a Bruce Wayne), incluso Alfred los había hecho en el pasado. A veces Bruce Wayne se reía de ellos. Batman siempre los ignoró.

Pero tuvo que admitir que era verdad. Una vez, cuando él y Harley Quinn estaban juntos de vigilancia, ella se había entretenido intentando psicoanalizarlo. Sus deducciones habían sido en su mayoría erróneas, pero había acertado completamente en una suposición. Ella había estimado que él adoptaba niños perdidos porque quería darles la infancia que había perdido.

No sabía si fue por eso que lo hizo, pero tenía sentido. Dick, Jason, Tim, Cassandra, Stephanie, Duke, Damian y ahora Peter... todos ellos habían sido despojados injustamente de su infancia. No le importaba cuántos chistes se contaran a su costa. No le importaba si eso lo hacía parecer blando. Si eso significaba que ningún otro niño experimentaría lo que él había experimentado, entonces Bruce adoptaría cien niños.

Por eso era tan importante que celebrara esta reunión hoy...

En el momento en que estuvo en la Cueva de los Murciélagos, se puso en contacto con la Watchtower.

Fue teletransportado a bordo del satélite plateado gigante un segundo después de haber guardado su comunicador.

Un hombre vestido todo de verde lo saludó. Su traje no se parecía a nada hecho o visto en la Tierra, y un anillo alienígena descansaba en su dedo.

"Linterna." Batman asintió.

"Llegas justo a tiempo, Batman." Green Lantern lo llevó a la mesa de reuniones. Aparte de Bruce y Hal, sólo otros dos miembros de la Liga estaban allí.

Un hombre alto y musculoso con cabello negro y penetrantes ojos azules les sonrió a los dos mientras se acercaban. Estaba vestido con un traje azul ceñido que, como el uniforme de Batman, mostraba su físico musculoso. Su pecho llevaba un gran emblema en forma de S. Completando el look había una capa roja brillante, que le caía por la espalda y terminaba justo por encima de los tobillos.