ᴏɴᴄᴇ ᴜᴘᴏɴ ᴀ ᴅʀᴇᴀᴍ | Suguru Geto

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un corazón inocente

La primera vez que Suguru Geto sintió el amor, fue en un simple sueño que le hizo pensar en si aquella persona existiera, algún día lo amaría y lo haría sentir como en su sueño.

Es verdad que aquella sensación de despertar ilusionado por una persona, es verdaderamente horrible. Porque cuando caes en la realidad de que esa persona con la que sentiste emociones reales, solo era un sueño y posiblemente no existe o simplemente no sabes si existirá en tu vida.

Suguru Geto con tan solo seis años por primera y única vez le dio importancia a uno de sus simples sueños. Pues había escuchado aquellas teorías que los sueños son interpretaciones del futuro de uno mismo, al principio creyó que era una tontería, pero cuando tuvo ese sueño donde sus emociones amorosas empezaron a despertar, dudo por un momento en que las teorías de la gente tal vez no eran tan tontas.

Porque con un simple sueño creyó sentirse enamorado y aun al despertar suponía seguir estándolo. No lo sabía, simplemente porque no había experimentado aún lo que era enamorarse perdidamente de alguna persona, ni mucho menos lo que era sentirse especial por alguien que lo amará de la misma manera. Únicamente había escuchado historias a las cuales no le encontraba sentido por su inocencia.

Incluso pensó en que su sueño era tan solamente su imaginación infantil o... ¿Realmente aquellos ojos existían? Porque desde, ¿cuándo existían unos ojos que parecían ser la luna en una noche sin estrellas? No lo sabía, pero aunque existieran o no existieran, se había vuelto loco por aquellos hermosos ojos que vio en su sueño. Es verdad que una mirada dice más que mil palabras y la mirada que tenía aquellos ojos era de amor, un amor que el pequeño Suguru no sabía en el momento.

Sin embargo, la inocencia del pequeño Suguru despertó su curiosidad. Deseó tanto poder encontrarse por lo menos una vez con esos ojos para saber si la persona que los poseía lo haría volver a sentir aquella extraña sensación que tuvo en su sueño. Por lo que optó buscarlos en cada persona que se le cruzará e incluso tuvo la valentía de preguntarle a su madre si era posible encontrarse con ellos.

-¿Ojos como una noche sin estrellas?-preguntó su madre con cierta confusión, pues su hijo había llegado de la nada a preguntarle si conocía a alguien con tal descripción.

-Bueno, también ¿crees que alguien puede tener así sus ojos?-dijo con inocencia y vergüenza porque tal vez su madre preguntaría a qué se debía tal curiosidad.

-Pues si describes unos ojos así, tal vez podrían ser de color blanco y...

Suguru recordó que si eran blancos, pero además tenían algo más, aunque no ya recordaba con facilidad -Y que tengan un ligero brillo ¿púrpura?-añadió.

-Ah, no creo que eso sea posible o bueno, eso pienso yo, porque nunca he visto que alguien de ojos blancos y con un ligero brillo púrpura-respondió la mujer pensativa- además las personas que llegan a tener esos ojos así supongo que suelen tener una enfermedad.