Ropita

1.2K 50 2
                                    

-Narra Chiara-
Al despertarme, me doy cuenta de que estoy sola en la habitación. He pasado una noche horrible, he despertado a Vio un montón de veces, cada vez que me levantaba a vomitar, porque ya he tenido los primeros vómitos, se levantaba conmigo al baño a sujetarme el pelo, yo como una imbécil no paraba de llorar y ella me preguntaba que por qué lloraba y yo sólo le podía decir que ¡no lo sabía! Soy tonta, no sé cómo le voy a mirar hoy a la cara ¡Qué vergüenza!
Me asusto al escuchar la puerta, pero me doy cuenta de que es Violeta y me relajo. En cuanto me ve, se acerca corriendo.

-¿Cómo estás? (Acerca sus manos a mis mejillas). 
-Bien.
-No me mientas, Kiki. ¿Bien, de verdad?
-Mejor que ayer, sí.
-Noche mala. ¿Por qué llorabas tanto? Ni siquiera sabía qué era lo que te dolía exactamente.
-Amm... bueno.
-¿Desayunamos primero y luego hablamos? Si quieres, claro.
-Sí, porfa.
-He traído churros, pero ahora pensándolo, no sé si es lo mejor.
-Me apetecen mucho. No me duele el estómago, sólo estoy cansada.
-Vale. ¡Desayunamos, entonces!
-¿A qué hora te has ido a comprarlos? (Le pregunto cuando empezamos a desayunar).
-Hace poco, hace algo más de media hora. No te he despertado, ¿verdad? No quería hacer nada de ruido, porque te habías conseguido dormir.
-No, tranquila. Me he despertado después de que te fueras.
¿Tenemos hoy sesión en el estudio? Sí, ¿verdad?
-Sí, pero la he anulado en cuanto me he levantado.
-¿What? ¿Por qué? (Pregunto sorprendida).
-Porque no estás bien para ir al estudio hoy y ponernos a componer. Apenas has dormido, Kiki y para ponernos a componer, quiero estar segura de que estás bien y hoy no lo estás.
-Pero Vio.
-No hay peros, Kiki. Nos quedamos en casa y, si vemos que te vas encontrando mejor, llamamos a Pablo para ir al estudio mañana.
-Como quieras. (Me levanto y enjuago la taza).
-Va, Kiki (se levanta y me abraza por detrás). No te enfades conmigo, sólo quiero que trabajemos en las mejores condiciones y lo más importante: que estés perfecta y te encuentres al 100% para dar lo mejor. (Me mira de lado).
-No me enfado contigo, eso es imposible. Eres muy buena (la miro y sonrío).
-Genial. (Se separa) ¿Te presto algo de ropa cómoda, nos vamos al sofá y hablamos?
-Okey.

Vio me presta un chándal, aunque antes me ducho, porque realmente lo necesitaba. Básicamente, para poder pensar qué narices voy a decirle cuando me pregunte y poder relajarme.

Y pensando y pensando, creo que Violeta despierta algo raro en mí. Me siento demasiado cómoda con ella y la conozco desde hace 1 semana, estoy en su casa y me muevo por ella como si fuera la mía... De todas formas, tengo que dejarme de tonterías, porque eso es lo que son, y pensar en mí, mi carrera y el embarazo; any more.
Cuando termino, me pongo el chándal y voy al sofá con Violeta. Y, no me preguntéis por qué pero en cuanto me senté en el sofá, me acurruqué con ella. Fuck, debe pensar que soy una niñita que necesita de atención.

-Bueno, ya que estamos más tranquilas. ¿Me puedes explicar por qué estabas así ayer? ¿Por qué lloraste tanto? ¿Te dolía mucho el estómago? Bueno, mejor dicho, ¿qué te dolía? (Me pregunta mientras me acaricia la parte baja de la espalda).
-Lo de llorar fue por un cúmulo de cosas; echo mucho de menos a mi familia, necesito verlos y todavía, con lo de nuestra colaboración, no puedo ir hasta Menorca de visita.
-Bueno, a eso le podemos poner solución. Al fin y al cabo, podemos componer en cualquier sitio.
¿Qué te dolía? Vomitaste muchas veces.
-Fuck. Te desperté un montón. Lo siento, en serio. (Levanto la cabeza y la miro). Me dolía el estómago.
-¿Pero fue algo de lo que comimos? Y no tienes que pedirme perdón por eso, Kiki.
-Soy intolerante a las gambas. Así que, quizás algún canapé llevaba trocitos de gamba y no me di cuenta al comerlo.
-Joder, soy imbécil. En la invitación ponía que enviásemos si teníamos alergias o intolerancias y yo ni te pregunté. Es culpa mía.
-Don't worry, Violet. Son cosas que pasan, no es tú culpa, porque yo pude decírtelo y tampoco me acordé.
-Ya, pero si te hubiera preguntado no hubieras pasado esta noche de mierda. Perdóname. (Besa mi mejilla).

Ahora me siento fatal por mentir a Violeta ¡Fuck! ¿Alérgica a las gambas? Qué original soy, god. Patética, simplemente patética. Ella se porta tan bien conmigo y yo voy y le digo esa mierda, no se lo merece. Encima que me deja estar en su casa, me ha cuidado toda la noche, se preocupa tanto por mi y por que esté bien y etc, porque Vio hace de todo para que yo esté bien.
Estamos abrazadas en el sofá, viendo una película, de éstas romanticónas tontas, cuando veo que me está llamando Ruslana. Me levanto, le digo a Vio que es importante, pero que vuelvo enseguida y me encierro en la habitación de invitados.

-Hola, Rusli. Dime.
-¡Te he dejado miles de mensajes desde ayer! Estaba preocupada por ti y por si le había pasado algo a mi sobrino o sobrina...
-No digas eso, por favor. Ni siquiera lo tengo asimilado, como para que te pongas a bromear.
-Perdona, pero yo quería quedar para ir a comprar ropita. ¿Qué te parece?
-¡¿ROPITA?! Tú estás demente. ¡No vamos a ir a comprar ropita! No estoy preparada (susurro esto último) Creo que como vea un bebé ahora mismo, me dará un ataque de ansiedad y si vamos a comprar cualquier cosa relacionada con eso, también me dará uno. 
-Bueno, vale. Te entiendo, perdona.
-Qué estás haciendo? ¿Cómo estuvo lo de Maybelline?
-Estoy en casa de Violeta. Estamos viendo una película.
-¡¿Con Violeta?! Ya sabía yo que os ibais a comer la boca más pronto que tarde.
-¡¿Pero qué dices, Ruslana?! Me estás mareando. No hemos hecho NADA de eso.
Estoy con ella, porque ayer en el evento de Maybelline me empecé a encontrar mal, estaba pálida y tenía ganas de vomitar. Vio lo notó y me convenció para irnos a su casa, he dormido aquí, he pasado una noche muy mala, vomitando todo el rato.
-Joder, vaya mierda, amor. ¿Ya estás mejor?
-Sí, mejor. Violeta me ha estado cuidando, así que sí.
-Bueno, mañana quedamos, ¿vale? Y me cuentas todo con más detalle, que no quiero interrumpir vuestro momento: mimos, peli y manta.  (Dice riéndose).
-A veces, no te soporto.
-Va, futura mami no te enfades.
-¡Ruslana! No digas eso, me mareo sólo de escucharlo. No estoy preparada.
-Nos vemos mañana, amor. (Cuelga, finalizando la llamada).
-Fuck (salgo de la habitación).

-¿Todo bien? Estabas gritando un poco. (Me pregunta Vio en cuanto me vuelvo a tumbar con ella).
-Sí, sí. Mi amiga que no para de decir tonterías.
-¿Y decir ropita es una tontería? Sonabas enfadada.
-... (Me quedo bloqueada y me pongo roja).
-Ropita, Kiki.
-Amm... no, es que pretendía que fuéramos a comprar ropa en 10 minutos y pues eso. Decíamos ropita, porque ella es muy pequeña y usa poca talla. (Digo lo primero que se pasa por la cabeza).
-Ya. (Dice poco convencida, mirándome con curiosidad).

Sé que no se ha creído nada de lo que le he dicho, pero parece que no va a preguntarme más y yo lo agradezco, de verdad. En cambio, nos tumbamos completamente. Vio pasa su mano, posándola en mi abdomen y acerca su cara a mi cuello y deja un pequeño beso ahí.

Más allá de una colaboraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora