Baby boy

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-Narra Violeta-
Hoy es el día. No me lo puedo creer, estoy muy nerviosa pero más emocionada, la verdad. En unas horas vamos a conocer a nuestro hijo, por fin. Llevo esperando este día demasiado tiempo, quién me lo diría...
Nos hemos levantado pronto para llegar al hospital a las 10:00, dos horas antes, ya que la intervención será a las 12:00. Si todo va bien durará 1 hora, aproximadamente. Kiki está muy tranquila, parece mentira que vaya a ser ella quien lo tenga. Es increíble, con lo movida que es ella, lo bien que está llevando esto. Yo, en cambio, parece que me estoy jugando la vida, en serio. No soy capaz de calmarme y no quiero poner nerviosa o preocupar a Chiara. Creo que cuando entremos en el quirófano me voy a desmayar.
Cuando llegamos al hospital, nos llevan a una sala donde se encuentra el cirujano que se va a encargar de la cesárea. Nos sentamos y nos comienza a explicar en qué va a consistir la intervención:

-¿Están nerviosas?
-Más que nerviosa, impaciente. (Dice Kiki).
-Yo sí estoy atacada. No sé qué hacer para tranquilizarme. (Le digo).
-Bueno, tiene que estar relajada porque es una intervención muy común, apenas sin complicaciones. Va a salir bien. (Nos sonríe).
-Lo intentaré.
-Voy a explicarles en qué consiste exactamente y cómo vamos a proceder. ¿Les parece?
-Perfecto. (Asiente Chiara).
-Una cesárea consiste en una incisión abdominal previa, en la parte baja del abdomen, seguida de una incisión uterina. Haremos los siguientes pasos; haremos la incisión abdominal, abriremos el útero y el saco amniótico, y tras esa abertura sacaremos al bebé. Los enfermeros limpiará los líquidos de la nariz y la boca del bebé y cortamos el cordón umbilical. En ese momento, verificamos si la respiración del bebé es la normal y que otros signos vitales estén estables. Mientras al bebé se le llevan para realizarle la pruebas necesarias, cosemos las incisiones hechas y ya está.
Cuando todo esté bien, la subimos a la habitación con su hijo. Durante la intervención usted estará despierta, sólo le ponemos una anestesia del abdomen para abajo.
-Todo entendido, doctor. Muchas gracias. (Dice Chiara). ¿Voy a poder coger al bebé antes de que se lo lleven y terminen con la cirugía?
-Sí, lo podrá coger un minuto. (Sonríe).
-Genial. (Llegan unas enfermeras).
-Mire, Chiara. Han venido a por usted, se va con ellas para que la cambien y la preparen, antes de entrar a quirófano. Violeta irá antes de que entre, no se preocupe. (Le dice y ella se va).
-¿Cómo que antes de que entre? ¿No voy a estar, durante la intervención, dentro con ella? (Pregunto alarmada).
-No, ¿no se lo comunicaron antes?
-No. Me dijeron que era decisión suya. (Le señalo).
-Es un acuerdo de la Comunidad Autónoma, no permitimos que entre nadie junto a la mujer a la que se le realiza la cesárea. Es una intervención quirúrgica y no pueden entrar acompañantes, no deja de ser una operación. Debe de saberlo. (Me explica, dejándome aturdida).
-No, pero yo tengo que entrar, por favor. No voy a molestar en nada.
-Lo siento, pero no puede. Es así siempre. Cuando terminemos de coser a su novia, la dejaremos entrar de inmediato.
-Entiéndame. Sólo quiero estar ahí sosteniendo su mano y viendo nacer a mi hijo. Se lo pido por favor. Si espero fuera durante la intervención, me van a tener que atender a mí porque me va a dar un ataque. (Le ruego).
-No debo hacer excepciones. No es correcto.
-¿Usted querría ver el nacimiento de su hijo? Estoy segura de que sí, ¿verdad?
-(Asiente).
-Pues déjeme entrar, por favor.
-Está bien, la única excepción que hago en mi vida laboral. Pero si, en algún momento, sucede algo fuera de lo previsto, ya me entiende, se tiene que salir inmediatamente. Y en eso no voy a ceder. (Me dice, esto último, con el semblante serio).
-Vale, me parece bien.

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Cuando he terminado de hablar con el cirujano, éste me ha acompañado a la habitación de Chiara y estoy aquí con ella, hablando. Quedan 30 minutos, más o menos, para que entremos en el quirófano y empiece la intervención.

-Me alegro de que te hayan dejado entrar conmigo.
-He sido una pesada. Estaba a punto de decirle que le daba el dinero que quisiera, con tal de dejarme entrar. Por suerte, no ha hecho falta.
-Tengo un poco de miedo, honey. (Me mira).
-¿Por la cesárea? Amor, ya has escuchado al doctor: va a ir todo bien. No tienes que tener miedo. (Le acaricio la mejilla y le doy un suave beso).
-No, no es por eso. En ese sentido estoy tranquila.
-¿Entonces? (Le pregunto).
-¿Crees que voy a ser buena madre? Me veo un poco inmadura.
-Amor, claro que sí. No digas eso porque no es verdad. Sé que esto no ha sido planeado, ni mucho menos, pero hemos sabido afrontarlo y ahora es lo que más deseamos. Vamos a cometer errores, como todo el mundo y nadie está preparado para tener un hijo, pero juntas vamos a aprender cada día.
-Gracias por estar desde el principio conmigo, a mi lado. Ha sido muy bonito contigo. Puede que sólo llevemos 8 meses juntas pero que quieras compartir esto conmigo, significa tanto tanto que no me imagino a otra mujer con la que recorrer todo esta viaje.

Hace 50 minutos que ha empezado la cesárea. Está siendo la hora más larga de mi vida; no paro de asomarme haber como va. El cirujano está hasta las narices de mí, pero no puedo evitarlo. No paro de preguntarle a Chiara si está bien. También, estamos dadas de la mano, para intentar tranquilizarla. Aunque me está tranquilizando más ella a mí que yo a ella, la verdad.
En cuanto me quiero dar cuenta escucho el llanto de Ander: nuestro hijo. Y enseguida Chiara le tiene entre sus brazos. Ninguna de las dos podemos evitar de soltar las lágrimas que salen de nuestros ojos. Me abrazo a ellos y acaricio por primera vez a mi hijo.

-Hola, Ander, mi vida. (Digo acariciando su rostro).
-My baby boy. I love you. (Dice Chiara dándole un besito).
-Nos lo tenemos que llevar ya. (Dice la enfermera, para después llevárselo).

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-Hola, aquí os traigo a vuestro pequeño, Ander.(Dice la enfermera pasando la cuna a la habitación).
Está todo perfecto. En 48 horas, cuando os demos el alta, le haremos la prueba del talón.
-Muchas gracias. (Dice Chiara, antes de que se vaya la enfermera, cogiendo a Ander).
-Es precioso. Soy la mujer más afortunada del mundo por teneros en mi vida. (Beso a Kiki y a Ander).
-Te amo. ¿Quieres cogerlo?
-Claro. (Me lo da con cuidado)
-Nada me hace más feliz que, que vosotros seais mi familia.
-Pase lo que pase, os voy a cuidar y querer con todo mi alma. (Digo mirando a Kiki para, luego darle un pequeño y delicado beso a Ander).

Más allá de una colaboraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora