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Kondo, se veía cansado pero aún desafiante, decidió compartir lo que había descubierto durante su investigación nocturna.
- Investigue toda la noche sobre los sueños subconscientes que tuvimos al meditar, sobre la quimera, los tigres y el elefante. Llegué a la conclusión de que el culpable podría ser el Baku, un yokai generalmente descrito como una quimera con la cabeza de un elefante, el cuerpo de un león, la cola de una vaca y las piernas de un tigre...
Sasaki levantó una ceja. - Pero se supone que el Baku es un ser bueno y que come los malos sueños. ¿Qué está haciendo propagando pesadillas? Preguntó, intentando entender la situación.
Nadie en la habitación tenía una respuesta clara. El silencio se hizo palpable, solo roto por el suspiro de frustración de Okita.
Nostradamus, sin perder su compostura, intervino. - Necesito saber más detalles sobre sus sueños ¡Podrían contener pistas importantes gente! Su tono fue más serio que de costumbre.
Okita, todavía irritado, cruzó los brazos y lo miró con desconfianza. - En mi sueño, tuve una espada. Estaba en un laberinto de plantas carnívoras, pero al menos tenía mi arma... Dijo, recordando el sueño vívidamente.
Él asintió, pareciendo estar profundamente metido en sus pensamientos. - Eso es significativo. El que debe ir por el Baku debe ser tú, al parecer, tú estado de alerta es el mayor y el único que tenía una herramienta descente para luchar en su sueño Concluyó mirando al chico con aires de orgullo por su hipótesis.
El niño demonio frunció el ceño, claramente no confiando en él profeta todavía. - No confío en ti todavía, Todo esto es tu culpa y ni siquiera actúas como si en verdad lo fuera. Dijo, su cabeza descansaba de lado como si analizara al hombre y su postura tan calmada.
Kondo, Sasaki y Susanoo intercambiaron miradas y luego asintieron, mostrando su apoyo al muchacho.
- Tu no te preocupes, Sabes que Nosotros te cuidaremos si las cosas se ponen muy feas Dijo Kondo, tratando de calmar a su amigo de toda la vida.
Sasaki añadió con una sonrisa amistosa en su rostro. - ¡Exacto! No estás solo en esto. Vamos a enfrentar esto juntos. Dijo, intentando transmitir un poco confianza y buena suerte.
Susanoo también intervino. - Tsukoyomi nos dará más información, pero mientras tanto, estamos aquí para apoyarnos entre todos. Así que no dejaremos que enfrentes esto solo y menos en sueños. Dijo, con una implacable firmeza en su voz, no sabía nada del tema pero no se negaría a esta experiencia.
El ambiente en la habitación se volvió tenso pero también más decidido. Aunque la confianza en el rubio seguía siendo mínima, la urgencia de la situación los obligaba a seguir sus indicaciones.
Okita, a pesar de sus reservas, sabía que no tenía otra opción más que confiar en sus amigos y en la posibilidad de enfrentar al Baku.
