Quinto Mes || 🌷

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Febrero, 1986.
Los Ángeles, California

El frío de enero había comenzado a ceder, dando paso a un febrero más cálido, aunque no tanto como ambos deseaban. Después de la noche en el muelle, Husk y Anthony habían regresado a la casa del rubio. Las cosas no eran perfectas, pero al menos estaban juntos nuevamente.

Husk estaba arreglando sus problemas con la bebida, comenzaba a cuidar más de sí mismo con neo objetivo de cuidar al de ojos bicolor. Había una rutina tranquila pero que dejaba cierta sensación agridulce en sus días: Husk preparaba las comidas, limpiaba la casa, y Anthony, a pesar de su debilidad, intentaba mantenerse positivo y ayudar con todo lo que podía. Valentino visitaba con frecuencia, y aunque Husk no confiaba en él, hacía un esfuerzo por mantener la paz.

Una tarde ambos estaban arreglando aquel jarrón con tulipanes, de repente el moreno habló:

- ¿Por qué los tulipanes rosados? Hay miles de flores, miles de colores, ¿por qué esos? -

Anthony sonrió débilmente, mirando las flores con ternura.

- Los tulipanes rosados siempre me han recordado a mi madre. Cuando era pequeño, ella solía llenar nuestra casa con estos tulipanes cada primavera. Era su forma de traer un poco de alegría y color a nuestras vidas. Cuando ella murió mi padre me echó de la casa, por lo que cuando tuve mi propio hogar decidí mantener esa tradición. Es mi manera de sentirme conectado a ella, de recordar los momentos felices... -

Husk sintió una punzada de tristeza y compasión por Anthony. Ahora comprendía la importancia de esos tulipanes, y juró para sí mismo que nunca dejaría de mantener esa tradición, siempre mantendría las flores en aquella casa.

- Son hermosos, Anthony. Tal y como tu lo eres. - dijo suavemente. - Yo estoy seguro de que ella estaría muy orgullosa de ver el hombre que eres actualmente. -

- ¿Un trabajador sexual? Ja, no creo. -

- Un luchador, eso eres. -

Anthony sonrió con más sinceridad, y por un momento, el dolor y la enfermedad parecieron desaparecer de su rostro. La conexión entre ambos se fortalecía con cada día que pasaba, Husk comenzaba a sentir algo más profundo que una amistad hacia el rubio. Sin embargo, no podía confesar esos sentimientos. No ahora, no mientras el rubio luchaba por su vida y tenía a Valentino, su actual novio, a su lado.

Pronto el día de San Valentín llegó, Los Ángeles se llenó de corazones rojos, flores y personas celebrando junto a sus enamorados. Husk había preparado una cena sorpresa para Anthony, queriendo hacer algo para levantarle el ánimo y demostrarle el gran cariño sentía hacia él. Sin embargo, al llegar a la casa, encontró a Valentino ya allí, con un ramo de tulipanes rosados y una sonrisa confiada, le había ganado otra vez.

- Husky, ¡¿puedes creerlo?! Valentino trajo mis flores favoritas, es un encanto - dijo Anthony, sus ojos brillando de emoción.

- Qué considerado - respondió Husk, forzando una sonrisa mientras ocultaba la gran punzada de celos.

Husk observó desde la distancia, con una mezcla de tristeza y aceptación mientras ambos salían. Sabía que Valentino tenía un lugar en la vida de Anthony, y aunque no confiaba en él, no podía negar que el rubio parecía feliz. Eso era lo importante, su felicidad.

Su esfuerzo había sido en vano, las lágrimas rodaban por su rostro pero nada de eso importaba si su amigo era feliz.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Anthony regresó y se acercó hacia él.

- Husk, ¿puedo hablar contigo? - preguntó Anthony, su voz apenas un susurro.

El más bajo asintió, moviéndose hacia un sofá para luego hacerle espacio en donde estaba sentado. Angel se sentó a su lado, sus ojos aún brillando pero con un toque de seriedad.

- ¿Qué sucede? - preguntó Husk, intentando mantener su voz calmada.

Anthony tomó una profunda respiración antes de hablar.

- Quería agradecerte por todo lo que has hecho por mí, Husk. Sé que no ha sido fácil para ti, pero has estado aquí, a mi lado, cuando más lo he necesitado. -

- No tienes que agradecerme nada, Anthony. - respondió Husk. - Eres mi amigo y haría cualquier cosa por ti. -

- Lo sé, y es por eso que quiero ser honesto contigo. - dijo Anthony, bajando la mirada. - Valentino... Sé que él no te agrada mucho, y lo entiendo. Hay momentos en los que siento que lo amo, pero también hay momentos en donde lo siento como alguien insoportable... A lo que quiero llegar es... Lo siento por no haberte defendido el día de la pelea, debí estar para ti tal y como tú has estado para mi. -

- Anthony, no tienes que decidir nada ahora. - dijo suavemente pero sintiendo cierta amargura. - Lo importante es que te cuides y hagas lo que sientas que es mejor para ti. Yo estaré aquí, pase lo que pase. -

El más alto sonrió tristemente y se inclinó para apoyarse en el hombro de Husk.

- Gracias, Husker. No sé qué haría sin ti. -

Ambos se quedaron en silencio, con el sonido de la ciudad de fondo. Aquel joven de ojos ámbar sintió que, a pesar de todo, este era un pequeño momento de paz y conexión genuina entre ellos.

Tulipanes || Huskerdust AngstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora