Capitulo 1

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Estaba corriendo por el campo como una loca, pero ese era mi trabajo como medio campista central. Si mis compañeros me veían tocando mi barriga ellos iban a hacer lo mismo. Pero si lo daba todo, ellos harían lo mismo. Ajusté rápidamente mis pantalones cortos después de ser abordada por Yuna cerca de la línea de medio campo. Ella me ayudó a ponerme de pie antes de ver a Lisa corriendo por la línea lateral izquierda. Con una precisión perfecta, incliné la pelota para que la chica más joven la recibiera. Lisa, o L-75 como algunas de nosotras la llamábamos, fue de lejos una de las futbolistas jóvenes más talentosas del país. Todas los éramos. Después de todo, estábamos en el Campeonato Mundial Sub-17 y estábamos jugando para ser el equipo número uno. Pero Lisa era la pequeña estrella debido a su impecable técnica y su destreza por la aplicación de los trucos más difíciles en el juego. No mencionando que era increíblemente rápida. Tan rápida, que tuve problemas para mantenerme al día con ella cuando corrí hacia la meta."! Lisa!" grité, porque no había nadie alrededor y tenía una oportunidad perfecta para anotar si ella me pasaba el balón. Pero la chica que llevaba el número 75 en su espalda estaba tratando de botar a varios defensores que estaban en su camino y finalmente perdió la pelota. 

Suspiré con frustración. Esta no era la primera vez que ella había hecho eso hoy y no estaba segura de por qué estaba siendo tan egoísta. Por lo general, hemos jugado juntas y nadie habría tenido una oportunidad de quitarnos el balón. Entendíamos las jugadas del otro sin mucha comunicación. Siempre supe lo que ella pensaba, hacia donde iba a correr o lo que iba a hacer y viceversa. Por alguna razón, Lisa se mostró inflexible acerca de no querer jugar conmigo. Me mordí la lengua durante un buen rato hasta que ella lo hizo otra vez; y otra vez. Corrí hacia el lado izquierdo del campo, tenía que enfrentarla. 

 -¿Qué está pasando contigo hoy? ¿Por qué no me pasaste la pelota? Le pregunté con severidad  y obviamente enojada. 

-Nada. La pelinegra simplemente se dio la vuelta y quiso salir corriendo, de vuelta a suposición, pero agarré su muñeca. 

-! Quítame tus putas manos de encima! Replicó Lisa y me sorprendí por su fuerte reacción.

-¿Cuál es tu problema? le solté la muñeca pero no podía creer porque ella estaba enojada cuando yo tenía muchísimas razones para estar enojada con ella. 

-Tú eres mi puto problema. Exclamó en un tono que yo sólo había oído cuando se dirigía a nuestros oponentes o tal vez al árbitro, pero no cuando se trataba de mí. 

-! Cuida tu boca, Manobal! ¡Sigo siendo el puto capitán de este equipo! Dije entre dientes y sentí mis ojos casi ardiendo de furia ahora. 

-¿Qué vas hacer, eh? ¿Mandarme a la banca? espetó, a sabiendas de que el quipo la necesitaba para el próximo martes más que nunca y nuestro entrenador jamás la mandaría a la banca. 

-Te sientes toda alta y poderosa hoy? le respondí y sentí de pronto como empujó mi hombro tan fuerte que me caí en la hierba verde. Me quedé muy sorprendida, pero mis impulsos eran más rápidos que mi cerebro tratando de procesar porque ella me había hecho eso. En una fracción de segundo, me levanté de un salto y quise enfrentarla, pero varios compañeros del equipo me sostuvieron hacia atrás y alejaron a Lisa. 

L-75Donde viven las historias. Descúbrelo ahora