Capitulo 3

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Lisa corría por el lado izquierdo del campo; sus pies rápidos estaban manejando perfectamente la pelota y dribló al primer defensor

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Lisa corría por el lado izquierdo del campo; sus pies rápidos estaban manejando perfectamente la pelota y dribló al primer defensor. Parecía imposible, pero ella era aún más rápida de lo que había sido en la Sub-17. Incluso nuestra defensora más experimentada no podía detenerla y fue parte de la lista de las personas que no se le podían atravesar en su camino. Si no estuviera tan enojada con ella, sin duda le temería como todos los demás. Todas mis compañeras observaron el talento de la joven que con habilidad hizo su camino hacia la meta antes de que ella le pasara el balón a nuestro delantero para que hiciera el golpe.

"!Buen trabajo!" 

Nuestro entrenador gritó desde la banca y quería golpear a alguien en estos momentos. Este era mi terreno. Mi equipo. ¿Quién demonios Lalisa se creía que era? Ella no podía bailar el vals de nuevo en mi vida y reclamar lo único que significa más que cualquier otra cosa en mi vida. Si ya no podía disfrutar del fútbol ¿Qué era lo que me esperaba? Mi enojo fue alimentado por mis compañeros de equipo aplaudiendo y animando a la novata en sus impresionantes esfuerzos. 

Ella sería parte del equipo. No había ninguna duda en mi mente acerca de eso. Era demasiado buena y cualquiera sería un idiota si no la incluía en el juego, a pesar de que necesitaba un poco de entrenamiento. La práctica del partido continuó y la próxima vez que la novata a prueba tuvo la pelota, corrí y traté de detenerla por primera vez, a pesar de que ese no era mi trabajo. La conocía mejor que los otros. Hubo al menos una posibilidad de anticiparme en su próximo movimiento para obstruirle el paso. Ella dudó un poco y me fui sobre ella, pero de alguna manera se las arregló para pasar la pelota encima de mí. Sus habilidades eran una locura para alguien que no había jugado en años. Pero yo estaba furiosa y terminé yéndome hacia su espalda para que no pudiera pasar. Lisa cayó al suelo y oí a algunos jugadores jadear a causa de mi falta.

-!Roseanne, tranquilízate! La podrías haber lastimado.-Nuestro capitán corrió hacia la chica más joven que se sentó con dolor. Me miró con una mezcla de incredulidad y enojo.

-Ya no estamos en los años de la Sub-17, Si ella no puede manejar un bloqueo entonces no debería postular para las grandes ligas.-Escupí y sentí unos ojos marrones penetrantes mirarme. 

Se puso de pie rápidamente y sabía que ella estaba cerca de soplar un fusible pero se contuvo. Alguien tiró de mi camiseta y me di cuenta que era Joan arrastrándome hacia atrás.

-Detente.- me regañó, pero oí que el entrenador que gritó mi nombre. Eso no era bueno. Corrí hacia el hombre de pelo gris y vino a mi memoria un caso similar de hace unos años.

-¿Tenemos un problema, Roseanne?.- preguntó con firmeza.

-No, entrenador.

-¿Estás segura? ¿Quieres explicarme entonces por qué casi rompiste el tobillo de tu ex compañera de equipo?.

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