Danielle veía las gotas de lluvia caer por la ventana, repiqueteando con fuerza contra el vidrio sin detenerse. En realidad, ¿desde hace cuánto no se detenía?
Desde hacía décadas, según los reportes e informes antiguos, una extraña lluvia había comenzado a caer por todo el mundo. Tras una investigación exhaustiva de semanas, científicos denotaron que las causas eran cambios en las corrientes oceánicas y en la circulación atmosférica, aumento en la temperatura y, del que más se discutía, un volcán submarino en el Océano Pacífico que entró en erupción, y todo esto lo sabía gracias a los libros digitales que usaban en la escuela y que contenían información variada del caso. Desde entonces, la lluvia jamás se detuvo; a veces bajaba, pero nunca paraba, cayendo cada día y cada noche. Tardarían décadas para restaurar, en lo que se podía, una parte de la actividad que era normal del fenómeno meteorológico.
Una fuerte voz se escuchó por el salón de Química, y Danielle supo de quién era.
—Oye, ¿qué te sucedió? ¿Por qué el resto de tu cuerpo está seco y parece que tu brazo lo metiste a una pileta de agua antes de venir?
—Ah, mientras estaba en el bus, con el brazo fuera de la ventana, uno de esos drenajes altos dejó caer una gran cantidad de agua de lluvia y aterrizó justamente en mi brazo —explicaba Hanni, encogiéndose de hombros, con su característica despreocupación—. Pero no huele mal; no se preocupen.
Todos los estudiantes alrededor se alejaron, unos haciendo bromas, otros con cara de asco, y ella, simplemente viendo con un poco de inquietud la escena. Siendo ella, Danielle Marsh, alguien alérgica desde pequeña a la lluvia por algunos componentes que tenía y teniendo que cuidarse de que ninguna gota de esta tocara su piel, se le hacía un poco extraño. Incluso, le generaba un leve malestar de solo verlo.
Danielle quitó la mirada y, en cambio, decidió centrarse en sus apuntes, cuando de pronto, sintió que algo húmedo tocaba su brazo, y fue que observó a Hanni a su lado, con una expresión divertida y ojos los cuales ni siquiera estaban puestos en ella.
—Oye, Dan…
—¡¡No me toques!!
Danielle apartó con rapidez su propio brazo, secándose temblorosa y velozmente el agua que Hanni había dejado en la zona, con preocupación, ya que sabía que eso podría traerle una reacción alérgica. Hanni la miró con el ceño fruncido, y con una mueca grande de extrañeza, le preguntó:
—Oye, ¿qué pasa? Yo solo quería preguntarte si me prestas la tarea de Química.
—P-perdón, es que… —Danielle se pasó una mano por la cara, nerviosa— tu brazo está mojado con agua de lluvia y yo… soy alérgica.
—¿Alérgica al agua? —preguntó Hanni, con asombro.
—No, no, al agua de lluvia —corrigió Danielle.
—Ah… —Hanni bajó la cabeza y se pasó una mano por el cuello de su camisa, probablemente, apenada—. Lo siento… No lo sabía, en verdad.
Danielle le dijo que estaba bien, que solo fue un error, y de todas formas, le dio su tarea a Hanni para que la terminara. Le daba la sensación de que la chica ya ni siquiera quería aceptar su cuaderno de la vergüenza, y de hecho, le resultaba exótico que no supiera de sus extrañas alergias, ya que casi todo el salón lo sabía.
Las clases pasaron normal, sin nada demasiado interesante, y a la hora de salida, Danielle se ajustó bien su abrigo impermeable, sus botas, sus guantes y su mascarilla, preparándose para abandonar la escuela. Sus padres habían insistido en llevarla y traerla en auto, pero sus horarios de trabajo eran tan apretados que eso no se podía, así que solo lo hacían un par de veces. El resto del tiempo, tenía que tomar el colectivo; eso sí, con muchísimo cuidado.
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Nuestra estrella; niniz
FanficEn un mundo donde la lluvia nunca para, Danielle es una chica alérgica a las gotas de lluvia y Hanni es alguien que apenas puede enfermarse, incluso cuando pasa horas bajo el agua. *** Espero que lo disfruten ^^