Prologo.

19 3 0
                                    

ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡

Sólo veo pequeñas gotas cayendo de alguna parte de mi cara, una capa roja cubre mis ojos, ¿Estoy llorando o es sangre?

Dejé de sentir dolor hace un momento, todos mis sentidos se han apagado, que extraña forma de morir.

—Lamento llegar tarde. —Se disculpa frente a mi la extraña figura, siendo iluminada por los primeros rayos de sol.

La veo borrosa, pero sé que es una chica por su suave voz y aquel olor a flores.

—Tranquila, ya estás a salvo. —Murmuró.

࿐࿐࿐

La misma escena sucede frente a mí una vez más; Un demonio había interrumpido por la noche.

Mamá era coleccionista de arte, así que supongo que no sabía que aquel jarrón que había comprado, escondía una horrible criatura dentro.

No sé si fue suerte, o una simple coincidencia que aquel demonio creyera que había muerto ante el primer golpe que me lanzó, haciéndome caer al otro extremo de la habitación.

Por alguna razón, sólo parecía interesarse en mi madre "una buena catadora de arte no debería desperdiciarse" fue lo que dijo antes de comenzar a desmembrarla frente a mí.

Lamenté ese día, Lamenté haber sido tan débil para pelear, lamenté que mi madre muriera frente a mí.

Quizás, si hubiera sido de más ayuda, las cosas habrían sido diferentes.

—¿Estás bien? Aún no has comido nada. —Dijo la chica de ojos morados a un lado de mí.

—Lo siento, Kocho-Dono, no tengo hambre.

—Aunque sea toma la medicina, seguro te hará sentir mejor.

Tomé aquella pequeña botella transparente, dando un trago rápido del líquido más desagradable que haya pasado por mi garganta.

—Que buena chica eres. —Agregó dando palmadas suaves sobre mí.

—¿Cuándo podré ir a casa? —Solté.

La verdad, ya ni siquiera tenía un lugar para llamar "casa", misma razón por la que la señorita Kocho me miró con pena.

—Sólo quiero que descanses y te recuperes.

—Gracias, señorita kocho. Pero, quisiera moverme, llevo dos semanas aquí.

—Termina tus onigiris para que puedas dar una vuelta por el patio.

No me la pensé dos veces, haciendo que terminara aquella bola de arroz de tres bocados. Estaba ansiosa por volver a sentir el sol en mi piel.

Tenía ya casi dos semanas dentro del lugar, pero nunca me había dado el lujo de recorrerlo y explorarlo, la finca de las mariposas era un lugar realmente lindo, con un suelo de madera tan limpio y brillante que uno podría sentarse a comer en los pasillos que dan al jardín, tal como lo hacía un extraño chico frente a mí.

—Hola. —Me limité a saludar.

No respondió.

—Me llamo Ichigoki, Minako.

Sigue sin responder.

—Llegue aquí hace dos semanas porque un demonio atacó mi casa. Él estaba dentro de un jarrón que mi mamá compró, así que no sabíamos que había entrado a nuestro hogar, entonces fui herida pero la señorita Kocho, Kanae me trajo a este lugar... —Callé un poco al darme cuenta de la situación-. Discúlpame, a veces hablo demasiado.

¿Te conozco? ۵ Muichiro TokitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora