Abandono.

4 1 0
                                    

Eventualmente, empieza a llover. Las gotas de agua se cuelan por la ventana, al igual que algunas empiezan a caer del techo generando pequeños charcos en el suelo desgastado. Me fijo que el agua empieza a reflejar algunos destellos provenientes de las lejanas luces y como también crea bellas ondulaciones a causa de las goteras. Veo como con el pasar de los minutos, las nubes de tormenta conquistan el cielo. Por el fondo se escuchan algunos truenos e incluso se ven algunos destellos de los relámpagos.

Siento como la lluvia hace que la temperatura baje bruscamente. La mujer intenta taparlo con su cuerpo, mientras que, noto como cada vez el hombre actúa de una manera más nerviosa. De repente, todas esas palabras que había guardado pesan demasiado para él, y con tono brusco parece iniciar una discusión. No entiendo las palabras que se entrecruzan, pero se nota esa guerra entre ambos. Como si fuera en cámara lenta, y de alguna manera, es como si esas palabras pudieran atravesarme. Noto como cada una va pesando cada vez más y más. Al mirar de nuevo, la mujer se levanta y vuelven a discutir, pero el hombre grita algo muy fuertemente, y deja la sala en silencio unos segundos, hasta que el bebé vuelve a llorar. Entre sus lloros, la lluvia y la tempestad parecieran acompañar el sentimiento. Noto como también, por el rostro de la mujer empiezan a caer lágrimas.

Tras un breve silencio, el hombre con un tono de voz más calmado empieza a volver hablar y abraza a la mujer. Ella con su ropa aprovecha a limpiarse su cara, pero se mantiene en silencio, mientras que intenta calmar al bebé.

Me fijo, como la mujer mientras intenta no llorar, mira y guarda una ligera sonrisa para el bebé. No he entendido ninguna de las palabras que se han ido diciendo, aunque lo intente, parecen como si fueran de otro idioma. No consigo nunca entender esas palabras, pero, es como si pudieran afectarme emocionalmente. Es como si pudiera sentir todo eso. Como si no fuera un mero espectador sino algo más.

Al levantar la vista, veo como el hombre prepara en la sala una pequeña caja de cartón y con un movimiento muy delicado coge el bebé. Mientras, por la puerta del salón, se asoma de nuevo el niño pequeño. La mujer, llorando, con un gesto lo llama, lo acerca y lo abraza. Un abrazo que, aunque el niño no lo comprenda, parece que ella lo necesitara. Un abrazo que se siente incluso desde la distancia. Las lágrimas empiezan a aparecer de nuevo y caen ligeramente por la ropa del niño hasta chocar con el suelo. Noto, como la mujer intenta de alguna manera esconder la vista... Noto esa rara sensación, como si estuviera intentando perdonarse.

Al ver ese abrazo, mi corazón empieza a palpitar fuertemente como si pudiera comprender ese aparente dolor. Es un abrazo tierno, y agradable. Cálido y dulce. Sin embargo, para la mujer, noto que es un abrazo triste, como si no pudiera evitar su pena. Un abrazo que intenta sostenerla en medio de ese dolor.

La mujer empieza a meter algunas cosas a esa caja de cartón. Entre toda esa penumbra, distingo algunas pequeñas sábanas sucias. Me fijo como el niño le mira con ojos de estar preguntándose "¿Qué está pasando?" y ella también parece notar esto, y le responde con una mirada como si estuviera diciendo: "No te preocupes, todo está bien." Sin embardo, por su forma de apartar la mirada, creo que oculta algo más, sentimientos que, aunque no se ven, se sienten.

Noto como los fuertes truenos penetran por las finas paredes de la clase e incluso como la tormenta se había apoderado de todo el cielo. Solo se podían ver nubes de colores oscuros, hasta el límite del horizonte. Las gotas del agua parecen reflejar algunos destellos, hasta chocar con el suelo de la sala. El viento sopla intensamente, haciendo mover bruscamente las ropas.

El hombre, se había puesto un viejo chubasquero además de un pantalón mientras que vuelve a revisar las cosas en la caja. Con un ligero movimiento, voltea su cabeza, y asienta tristemente la cabeza. Con el bebé en brazos, lo reposa muy cuidadosamente y lo deja dentro de la caja. Rápidamente, vuelve a abrazar a la mujer, y se une el niño pequeño a ese abrazo familiar. Me fijo en que ella está muy afectada, y rompe a llorar.

Preparándose para marcharse, antes de cruzar esa puerta, parece que de alguna manera nota mi presencia, y noto esa mirada de tristeza, de culpa, como si se estuviera despidiendo. Gira su cabeza una última vez, y a la vez, me fijo como nuevamente, la mujer se reposa en su hijo llorando desconsoladamente.

Sin embargo, tras cruzar esa puerta, empiezo a moverme sin darme cuenta. Es como si ese recién nacido tuviera una conexión conmigo y me hace seguirlo. Noto como mi cuerpo no tiene consciencia al andar.

Intento mirar hacia todas partes me doy cuenta, que incluso fuera de la casa, sigue estando todo de color gris, puedo ver como los grandes rascacielos sobre pasan las nubes de tormenta. Me fijo en los restos de basura que hay por todas partes, y como vuelan a causa del fuerte viento. En la calle percibo solo ese sonido de la lluvia, como si estuviéramos en el medio de la nada. A mi alrededor solo veo oscuras calles vacías, llenas de penumbra. Veo las gotas de agua cayéndose hasta acumularse en charcos en los surcos del suelo, y como mi piel siente ese frío. Un frío interno.

Mientras, me doy cuenta de que el padre se mueve rápidamente entre los estrechos huecos de las casas. A veces, mueve la cabeza de lado a lado, como si estuviera pendiente o vigilando, pero no me alcanza la vista para poder ver más allá, sin embargo, puedo distinguir el sonido de coches y sirenas.

Entre toda esa tormenta, empiezo a escuchar los lloros del bebé, y los noto como si se me desgarrara la piel. Mi corazón palpita con mucha fuerza mientras que veo como el hombre mientras correr, intenta calmarlo. Siento como mi fría sangre recorre todo mi cuerpo. Siento como si todas las gotas de agua me pesaran. Siento como si esas lágrimas procedieran de mi corazón. Me duele. Me duele mucho.

Pero, ¿por qué? ¿No era solo un sueño? ¿Por qué se siente como si estuviera despierto? ¿Por qué lo siento tan internamente? ¿No solo es un mal pensamiento? ¿Por qué demonios me duele?

Me fijo en la lejanía, de repente, el hombre se detiene por completo. Su sombra se alarga a través de las pocas luces de las farolas. Sin poderme mover, me detengo abruptamente, casi en frente, a escasos metros. Intento hacer algún tipo de esfuerzo, pero soy incapaz, es como si, estuviera atado, que incluso, noto por mi cuerpo, como si tuviera cadenas.

El hombre lentamente reposa la caja en el suelo. Intento fijarme detalladamente, y veo que él abre la caja, y parece decir unos susurros que no logro entender. Aunque la tormenta es incluso mayor que antes, parece que todo se había quedado en un frío silencio. Él se acerca, y parece alargar su mano hacia dentro de la caja y noto como de su rostro empiezan a caer lágrimas. Se vuelve a alejarse, y con delicadeza cierra las aberturas de la caja.

Por un segundo voltea la cabeza hacia mí, y siento esa profunda mirada como si pudiera verme. Se acerca un poco, y parece decirme algunas palabras. En un simple pestañeo, el hombre había desaparecido entre la oscuridad de la noche.

De repente, esa fuerza que me mantenía, la siento desvanecerse, y finalmente puedo moverme con libertad. Miro hacia el cielo, y las gotas de agua caen sobre mi piel. Miro al suelo, y mis pies reposan sobre un charco de agua. Justo, en frente, en un rincón, ahí estaba esa caja. Me acerco muy lentamente, mientras por las calles empiezan aparecer algunas tenebrosas sombras, que no puedo distinguir con claridad. Mientras sigo avanzando metros, esos lloros me seguían doliendo mi interior, pero noto como si intentaran atraerme.

Alcanzo finalmente y me siento al lado de la caja. Me fijo como la caja está casi mojada por completo y un tanto aboyada. Al acercarme, las lágrimas suenan entre el silencio de la oscura tormenta. Noto como mi corazón se acelera mientras la abro con cuidado y me empiezo a asomar. Solo una pequeña luz me deja ver lo que estaba ahí dentro.  

Ahí, en medio de la nada, en medio del vacío. Ahí, entre la lluvia y la tormenta. 

Ahí estabas tú.

Un extraño en CHONGQING - Carlos X. GómezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora