33 - No puedes escapar... p.2

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Notas del cap:

¡Sorpresa, sorpresa, sorpresa! Luego de tanto tiempo sin tocar este fic, ho sorpresa! Me entro un deseo por seguir avanzando y henos aquí 7w7

El capitulo es chiquito, pero hey, al menos hay capitulo ¿Cuánto tiempo me tarde esta vez en traer actualización?... bueno, honestamente, estamos en una parte donde me está costando horrible poder avanzar... la historia no quiere avanzar y la estoy arrastrando junto a tantas mas... pero me aferro a negarme a abandonar esta historia... así que, a punta de golpes la hare avanzar

En fin, las anécdotas para después. Vamos a lo importante

¡A leer!


33 - No puedes escapar... p.2

Su pecho comenzaba a doler, su respiración se hacía cada vez más pesada, su garganta parecía cerrarse y secarse de un modo doloroso al tiempo que sus músculos, ya torpes por tanto correr, simplemente acababan por volverse mas y mas lentos, obligados por la parte asustada de su mente a seguir corriendo hasta, finalmente, no poder mas y hacerlo caer contra el suelo en un golpe por demás doloroso que ni siquiera supo detener

México jadeo, ni siquiera había puesto sus manos cuando el golpe había dado directo a su barbilla dejándolo inconsciente por algunos segundos...

Para cuando comenzó a recobrar el conocimiento, su mirada borrosa apenas le permitió entender que se encontraba en un callejón largo que apenas permitía a su borrosa mirada distinguir a lo lejos otra calle. Su cuerpo se movió, el dolor de sus músculos gritando que no podían más le hizo mella y solo pudo arrodillarse en el suelo al tiempo que trataba de ver más allá de su limitada visión

El problema era que México, quien ya se había acostumbrado a portar lentes de alta graduación, ahora no podía distinguir correctamente las cosas a su alrededor pues, había perdido la práctica y ahora, con su cuerpo lastimado y agotado, con su vista mucho más limitada de lo que nunca había estado, era una presa, se decía en su interior aun si las palabras no habían sido formuladas todavía

─Mis lentes ─susurro por lo bajo, buscando entre sus cosas, palmeando sus bolsillos y descubriendo hilos de sudor que entran en sus ojos negándole aun más la mala visión; el tricolor jadea, limpiando con su antebrazo el sudor y finalmente, luchando por calmarse, gatear hasta estar recargado en un muro mugriento y mal oliente. Suspira, intentando controlar su aun doloroso palpitar y, al mismo tiempo, subir su mirada al cielo, descubriendo un cielo lleno de espesas nubes que cubrían el sol «aun no es temporada de lluvias» deduce, aunque pronto recuerda los fríos que aun calan en el ambiente

Ahora que puede calmar su respiración, se pregunta por un instante porque es que estaba corriendo con tanta desesperación pero, como si de algún tipo de laguna mental se tratase, solo sabe que estaba corriendo guiado por su instinto más animal, el miedo. No puede llegar a un "porque" de su reacción, solo sabía que tenía que correr, que debía de escapar pues su vida corría peligro pero ¿De qué? México se sabía defender, sabia alzar los puños, sabia mantenerse a salvo... ¿Por qué había corrido entonces?

¿Ladrones armados? No sería la primera vez que se enfrentaba a ellos y sale más que victorioso ¿Delincuentes? El era mucho más fuerte que muchos de ellos, pero también, debía de recordar que así mismo, el no había alzado los puños desde más de un año... ya tal vez ¿Dos acaso? No importaba, fuera como fuera, tenía que regresar

─¿Siquiera en donde me encuentro? ─se pregunta, poniéndose en pie, descubriendo sus piernas temblando por el sobreesfuerzo y sus músculos mas gelatina que fibra, temblando, imposibilitados a correr de nuevo, solo, si bien le iba, a sostener su propio peso para avanzar como una anciana que arrastra los pies. México gruñe enfadado, necesitaba ponerse en forma otra vez

Un ataque al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora