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La tarde parecía estar bastante tranquila en la enfermería. Tome uno de los libros, necesitaba repasar de vez en cuando algunos temas que siempre se me dificultaron en la universidad, cuando un carraspeo me hizo voltear a la puerta.

Kevin tenía una sonrisa hermosa, pero de igual forma delataba sus intenciones con ella.

—¿Qué sucede? – le pregunte, regresando a mi vista al libro entre mis piernas

—voy a salir...

De nuevo, levante la cabeza para regalarle una expresión de horror.

—¿ahora? ¿de noche? – mi pánico incremento

—sí, Negan quiere que salgamos con él a ver a alguien – entró a la enfermería –. Ya sabes que no da muchos detalles

—¿no puede ir alguien más?

Salte de la camilla para acercarme a él. No tenerlo cerca, sobre todo por la noche, seguía provocándome nauseas.

Kevin me abrazo, colocando su cabeza sobre la mía.

—Negan me ordeno hacerlo, así que no... no tenemos opción – suspiró –. Deberías de decirle, él acabaría con ellos en un segundo y creo que eso mejoraría tu estancia aquí

—no creo que no sepa, luego de... ya sabes

Kevin se alejó, paso sus manos por las mangas de mi camiseta. él no había llegado al santuario cuando eso ocurrió, pero sabía exactamente toda la historia detrás de aquellas cicatrices.

—Negan a veces no se entera de nada si uno de sus hombres no va a contárselo, claro que ellos no iban a ser tan idiotas como para hablar de ello – Kevin beso mi frente –. Solo es una noche y si pasa algo, ahora ya te sabes defender, pon en práctica nuestras clases, ¿bien?

—de acuerdo, solo no tardes más días en volver

—siempre vuelvo a ti, muñeca

Me guiño, dejo un beso en mi mejilla y salió de la enfermería. Un hueco en mi estomago se instaló de inmediato, probablemente tendría que atrancar la puerta de mi habitación cuando fuera la hora de dormir.





[...]





Luego de la cena, me puse a ver opciones de donde podía meterme, en uno de los pasillos divisé a Vicente quien tenía la guardia. No teníamos mucha confianza, sin embargo, no perdía nada con intentarlo.

—¡Vicente! ¿quieres compañía en tu guardia nocturna? – corrí a alcanzar al hombre

—Hola, Adhy – el hombre sonrió –. No creo que a Negan le guste que estes conmigo

—pero él no está – le regrese la sonrisa – ¿Qué dices?

—tiene gente que le dirá...

Hice un puchero, tenía razón y no debía meter a más gente en problemas. Necesitaba otro plan de ataque, si no quería que terceros se involucraran en mi misión de no aparecerme por mi habitación.

Me despedí de Vicente, buscando otra cosa por hacer. Volvía a la enfermería, reacomode por octava vez en el día el estante de los medicamentos y apósitos, aun así, no logre que el tiempo transcurriera.

Di varias vueltas al santuario, salí a tomar aire, reorganicé la cocina y un montón de cosas más, solo necesitaba que la luz del sol hiciera su aparición, pero no iba a lograrlo. 

—bien Adhara, sabes cómo protegerte, no seas cobarde y enfréntalos – me automotive –. Kevin estará orgulloso de ti

Tome el valor suficiente de volver a mi habitación, me quede ahí unos segundos mirando el picaporte, una sensación extraña me invadió. Pensé que solo eran mis nervios, que mi mente estaba jugando conmigo y el estrés postraumático era más grande que mi poca fuerza de voluntad, sin embargo, mi instinto estaba prendiendo todas mis alertas. 

Until I found γou || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora