Ben 10: El depredador definitivo

Capítulo 1: Un nuevo comienzo (E1)

Capítulo 1: Un nuevo comienzo (E1)

(N/A: Consulte los capítulos auxiliares para ver las imágenes de los extraterrestres y depredadores).

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"Daños en el casco: 20%". En una batalla épica en el espacio entre dos naves espaciales, una enorme en comparación con la otra, un robot controla la nave espacial atacante: "Pero el sistema sigue funcionando".

Sentado en un trono en su residencia principal, el señor de la guerra, el conquistador intergaláctico, la Quimera Sui Generis más temida del universo, la amenaza misma, Vilgax golpeó su puño en el apoyabrazos: "¡He llegado demasiado lejos para que me nieguen! ¡El Omnitrix será mío, junto con el poder del Nemetrix, y no hay un ser en la galaxia que se atreva a interponerse en mi camino!"

Después de horas de perseguir a la nave espacial azul y verde, finalmente pudieron alcanzar una parte vital: "Sus sistemas de propulsión han sido destruidos". El robot informó, y Vilgax se sentó al borde de su asiento por la impaciencia y la anticipación: "¡Prepárense para abordar! Quiero el Omnitrix AHORA".

*¡AUGE!*

Pero justo cuando dejó de hablar, un rayo láser impactó la sala del trono, enviándolo a volar lejos de la explosión. Pero siendo Vilgax, el ser más amenazante del universo (N/A: al menos en el original, antes de que lo degradaran como a una mierda), por supuesto que no murió.

Su nave espacial, el Martillo Quimérico, disparó un haz de luz concentrado que hizo estallar la nave de Xylene. De los restos de la nave espacial se desprendieron dos cápsulas, cada una con poderes inimaginables.

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"¡Ay, tío, estas van a ser las peores vacaciones de mi vida!" En un bosque tranquilo, un niño se quejaba de mal humor: "¡Me habría ido a la escuela de verano!". No era otro que Benjamin Kirby "Ben" Tennyson, el protagonista de la franquicia Ben 10, el héroe amado por todos y la infancia legendaria de todos los que nacieron en la mejor era de los dibujos animados.

En cuanto a la razón de su mal humor, durante todo el año había estado emocionado por el viaje con su abuelo, Magister Maxwell "Max" Tennyson, pero toda su emoción se había derrumbado como lo que se le iba a derrumbar cuando se enteró de que su prima, Gwendolyn "Gwen" Tennyson, vendría con ellos.

(N/A: ¡MALDICIÓN! ¡Incluso su nombre completo da mucha energía!)

Pero al oír algo en el aire, miró hacia arriba y vio dos estrellas fugaces: "¡Vaya, estrellas fugaces!". El problema era que no eran estrellas fugaces. O, técnicamente, lo eran, ya que se dispararon hacia él en el aire.

"¡AHH!" Jadeando, se dio la vuelta para salir corriendo gritando y logró no ser aplastado por lo que fuera que se le venía encima. Aunque el aterrizaje lo hizo volar un poco, salió ileso. Curioso, se acercó al pequeño cráter.

"Parece un satélite o algo así". Miró lo que casi lo había matado, pero no pudo ver qué era debido al humo que lo cubría. De repente, el suelo tembló (gracias a cierta persona) y el borde del cráter en el que se encontraba se derrumbó. Esto hizo que se deslizara por el pequeño cráter con otro grito.

Cuando el humo se disipó, vio dos cápsulas metálicas que, al desplegarse, revelaron tres cosas sorprendentes: un reloj alienígena en una cápsula que brillaba con un color verde y otro reloj alienígena en la otra, este último con un color rojo. Pero lo más sorprendente fue lo que venía junto con la segunda cápsula que contenía el reloj rojo.

Un niño.

—¿Qué demonios...? Ben se quedó mirando en estado de shock. De todo lo que había pensado ver dentro de las cápsulas que literalmente venían del espacio, un niño no era uno de ellos. Uno que pareciera tener la misma edad que él también. Y un tipo muy guapo, además.