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Corre. Escapa. Huye. Todo sinónimos de la misma acción. Acción que refleja miedo. Terror en el ser de una persona. Usualmente provocado por peligro.

Rory sentía miedo. No sabía hacia donde iba, pero cualquier lugar sería mejor que aquella casa en medio de la ciudad.

En lo que el terror le invadía, se adentraba cada vez más en aquel bosque. Sus piernas se cansaban mientras recordaba las historias que le contaba su madre cuando era niño sobre los animales fantásticos que vivían dentro de los viejos árboles.

Se estaba quedando sin aire. Ya la gran esfera gigante, como a él le gustaba llamarle, reinaba en los cielos. El brillo nocturno se imponía en el lugar y la inseguridad del pobre chico aumentaba.

Unas calles atrás, un auto se dirigía hacia la gran arboleda. Parecía estar persiguiendo algo. O a alguien.

Las luces del mismo ya lograban distinguir al pequeño castaño. Él de percató de esto. Por mirar asustado atrás para ver al vehículo, terminó tropezando con una raíz. Rory cayó al suelo desmayado.

El coche morado que lo seguía se detuvo. De él bajó un señor tan delgado que parecía tener un problema alimenticio. Era alto, pálido y su mirada expresaba adrenalina, a tal punto que parecía un enfermo. Porque lo era.

El hombre tomó en brazos al niño y lo subió al coche. De todas formas, tuvo un poco de compasión y también se llevó lo que tenía el mestizo entre los brazos, objeto el cual había dejado caer: un peluche de un fantasma.

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-Ah!- Rory abrió los ojos. Se encontró dentro de una habitación. Parecía ser de un niño pequeño: estaba repleta de juguetes, el suelo era de alfombra azulada y las paredes blancas algo apagadas.

Miró confundido a su alrededor. Casi no veía nada más allá de los objetos y colores distinguibles. Temblaba tanto del miedo que casi se le cae la linterna que tenía entre sus manos. Espera, linterna?

El oji-café observó el aparato de luz y lo encendió. Pudo ver con mayor claridad con éste prendido. Logró confirmar que estaba en un dormitorio. Delante, un armario. A los lados, dos puertas. Una a la derecha y otra a la izquierda. Ambas daban al mismo pasillo. Detrás, una cama. Sobre ella, su peluche de fantasma.

-Cody!- Rory tomó su fantasmita de felpa y lo abrazó un fuerza. Era lo único que le había dejado su madre antes de morir. Cody era lo más preciado que tenía.

-Veo que ya despertaste- Se oyó una voz a través de algún tipo de parlante. El infante volteó hacia todos lados, buscando de donde provenía ese sonido. Él era el responsable de que estuviese ahí? Él lo secuestró? Para qué?

-Hola?- Preguntó mientras buscaba el parlante.

-Tranquilo. Eres Rory, verdad?-.

-C-Cómo sabes mi... Qué hago aquí?! DEJAME SALIR-.

-Tranquilo niño. Pon atención. Estarás aquí hasta que quiera liberarte. Vas a servirme para mi trabajo-.

-T-Trabajo? Qué tipo de trabajo se dedica a tomar niños- Rory apretaba fuertemente a Cody entre sus brazos.

-El mío- La voz se cortó abruptamente. Una fuerte interferencia irrumpió en la sala.

Rory se puso las manos en los oídos, intentando no quedarse sordo. Por acto reflejo, cerró sus ojos.

En eso, un gas llenó la habitación. Éste parecía ser de tipo somnífero ya que, a los pocos segundos de ser liberado, Rory cayó dormido.

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⏰ Última actualización: Jun 27 ⏰

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Five More Nights (Un fanfic de FNaF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora