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Soy Angie Wolff, llevo veinticuatro años pisando esta tierra

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Soy Angie Wolff, llevo veinticuatro años pisando esta tierra. Mi vida ha sido una serie de retos desde pequeña, he vivido circunstancias difíciles y dolorosas que he tratado de superar con el pasar del tiempo o simplemente aprender a vivir y a lidiar con el dolor que causan.

Mi vida hace un par de años ha mantenido la estabilidad gracias a mi novio Dante y nuestra hermosa hija Alaia, una pequeña de ojos miel casi verdes, mejillas rosadas y amplia sonrisa que nos llena de amor y felicidad cada despertar.

A Dante lo conocí una noche de fiesta en Mónaco, él estaba ahí por trabajo y yo estaba celebrando que mi cumpleaños se acercaba con mis amigos. Mi mejor amiga Maia y yo teníamos una alocada tradición que se trataba de besar a desconocidos en el club, hace tiempo no lo hacíamos porque yo estaba en una relación, pero justo esa semana la había terminado, así que mi amiga creyó que era una buena idea traer la tradición de vuelta justo esa noche.

Analizamos a los chicos de la discoteca, descartamos a los que tenían novia y elegimos dos, uno de ellos era Dante y el otro su mejor amigo, Íker. Con la excusa de que "sólo era un simple beso" nos acercamos a ambos, Maia besó a Íker y yo a Dante.

Y sí, todo había quedado ahí, hasta que tuve un desafortunado encuentro con mi ex, él sabía que estábamos ahí, nuestros amigos eran los mismos y lo habían invitado porque no tenían ni idea que habíamos terminado, o más bien, que me había sido infiel. No tuvo cara para declinar la invitación y no joderme la noche.

Me tenía sujetada por los brazos hasta que Dante intervino e hizo que me soltara, yo desde ese momento lo vi como un ángel que mi madre, fallecida cuando apenas tenía seis, mandó para cuidarme a mi y al bebé que llevaba dentro.

Es verdad, Dante no había engendrado a Alaia pero para nosotros y para ella, él era su padre, uno que me ha respetado y amado desde el principio y la ha cuidado, amado y protegido con todo su ser desde que supo que estaba dentro de mi. Él supo de mi embarazo antes de que comenzáramos una relación y aún así decidió quedarse y aceptar que nuestra relación no sería tan normal como las otras.

Hasta ahora hemos llevado bien nuestra vida de padres, Alaia es una bebé muy inteligente y despierta que ama aprender algo nuevo cada día. En definitiva, mi vida pasada no se conoce con esta, excepto por algunas personas que aún mantuve en ella.

Tampoco había vuelto a mi trabajo de ingeniera en Mercedes, primero abandoné el puesto porque estaba embarazada y no podía viajar tanto como el trabajo te exige, después, llegó la pandemia y a mitad de ella mi hija nació y no planeaba arriesgarla. Ahora que todo parece tener forma, sólo quiero estar tranquila y en casa con los dos amores de mi vida.

Estábamos por acabar el 2021, un año lleno de retos, como familia, mismos que poco a poco aprendimos a superar juntos, eso sí, siempre contamos con una lucecita que nos alumbró de principio a fin.

Pasaríamos la noche de año nuevo en Monte-Carlo y sí, estaba nerviosísima porque no había vuelto a pisar aquel país desde que lo abandoné con Ally aún en mi vientre, pero estaba con ellos y tenía que ser fuerte y enfrentarme a aquellos fantasmas que tanto me atormentaron.

Él lo tiene todo | F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora