1

276 11 1
                                    

La verdad, sigo sin creer en la situación en la que llegamos. No tengo idea que fue lo que pasó. Simplemente estoy mirando el mar ignorando los escombros que están detrás de mí y a mi lado lo que una vez fue Mina. Debí haber venido antes. Debí haberlo hablado con él. Debí estar con él. 

--- Kenji... 

Debí estar con ellos.

Caí sobre mis piernas y dejé salir todas aquellas lágrimas que contenía durante tanto tiempo. Años, para ser exacta. 

Varios Años Atrás

La casa era grande, siempre estaba asombrada al verla. Bajé rápidamente del carro cuando mi padre ya lo había estacionado. 

--- Mia, recuerda comportante. --- gritó mi madre.

En realidad me llamo Mio, pero por un acuerdo que mis padres tuvieron antes de que naciera, y al ser latina mi madre, escogieron un nombre que no cambiara tanto y quedara entre sus dos culturas. A mi siempre me agradó su idea. 

---¡Vamos, Kenji!

Podía escucharlos desde la entrada. 

--- Gracias por venir. Mio, están jugando béisbol atrás, puedes unirte. 

Mi padre es amigo cercano del señor Sato y mi madre de Emi, así que era común las visitas entre nuestras familias ya que además eran compañeros de trabajo. 

Fui corriendo hasta la parte trasera de la casa y pude ver que estaban practicando en una simulación que hizo Mina. 

---¡Mio! Que gusto volver a verte. --- Dijo Emi cuando estaba a su lado, tocó mi cabeza con cariño, le sonreí para después sentir un peso encima de mí chocando contra el suelo. 

---¡Llegaste! --- Dijo Kenji abrazándome. 

Siempre era lo mismo. Estábamos siempre jugando o ayudándolo en practicar. Amábamos hablar sobre Ultraman. Recuerdo que siempre le decía que me gustaría ser como él, amaría poder hacer todo lo que hace y ayudar a las personas, me llamaría "Ultragirl" y siempre lo llevaría conmigo a volar por todo Japón. 

Pero aquel día llegó. Un Kaiju atravesó las defensas dejando un caos a su paso. Lo ví en el aeropuerto para despedirme de él y su madre, pues se irían de japón. 

--- Promete que seguiremos juntos. --- colocó una pelota de béisbol en mi mano. 

--- Lo prometo. 

De ahí hablábamos por mensaje, lo visité a Los Ángeles solamente cuando obtuvo su guante de oro y le mandé felicitaciones por su bate de plata, pero con el pasar del tiempo, las conversación se volvía más escasa a tal punto que ninguno de los dos mandara. 


20 años después


La alarma sonaba frenéticamente dando aviso que debía continuar con esta horrible vida de adulto. 

---Buenos días, Mia. ---Dijo mi roomie, Yui, mientras preparaba su café de todos los días. Yo la saludé mientras arrastraba mis pies a dirección al baño.

Compartía departamento con mi amiga de la universidad. Trabajábamos en la misma empresa, pero en diferentes áreas. Yo había seguido los pasos de mi padre, si bien era pésima en los deportes, cualquier cosa que tuviera que ver con números era simplemente buena. Había decidido enfocarme en la robótica. 

Pasó rápido el tiempo y estábamos en la hora del almuerzo. Había muchas personas rodeando la televisión del comedor. 

--- ¿Qué estará pasando que es tan interesante?

---No tengo idea, ni siquiera dejan escuchar. --- Mencioné mientras mordía un pedazo de mi sándwich. En eso, vibró mi celular viendo que era papá. Él no era de llamar, así que hice una seña a Yui y fui a un lugar con menos ruido. ---¿Todo bien, Otōsan?

"--- ¿Te enteraste?" --- era la voz de mi madre. Dí un suspiro, se me había olvidado que su celular estaba dañado y se negaba en tener otro. Además que no dejaba que mi padre o yo lo revisara. 

---No, ma'. ---Le dí otro mordisco a mi sandwich. 

"---Kenji regresó a Japón". 

Comencé a toser. Si no fuera por el ruido que había en el comedor, varias personas estarían observándome en este momento. 

---Ah, genial.

"---Deberías llamarlo. Estoy segura que querrá verte, además de tener cerca a amigos, estár aquí le traerá recuerdos de su madre". 

Cierto, no había pasado mucho desde la noticia de la desaparición o muerte de Emi. El señor Sato al enterarse de ello, se ausentó por varios días. Fue una noticia dolorosa, la quería demasiado. 

Me quedé en silencio unos segundos. ---Veré. Hace mucho que no hablamos, pero podría darle un mensaje de bienvenida. 

"---¿Cuál pinche mensaje de bienvenida? ¡Ve a visitarlo! Es tu amigo, Mia. ¿Verdad, yeo-bo?".

Solo escuché el "ujum" de mi papá. 

---Está bien, lo intentaré. Me tengo que ir, tengo que volver al trabajo. 

"---Está bien, recuerda comer bien y no estar tanto tiempo encorvada, por eso te duele la espalda".

---Sí madre, adiós. Los amo. --- Finalicé la llamada e inmediatamente Yui se acercó a mí. 

---¡Ken Sato regresó a Japón! 

Me limité a sonreír y miré la televisión donde estaba él dando una rueda de prensa. Tarde o temprano iba a regresar, pero yo no estaba lista para esto. 


°°°


Are You Falling in Love? °| Ken SatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora