Perversidad ilimitada (Issei X Harem)

Capítulo 6: Murayama y Katase

La Academia Kuoh había cambiado mucho en los últimos meses. Tanto es así que incluso Issei finalmente se dio cuenta, a pesar de estar continuamente distraído por todas las mujeres en su vida. Tenía sexo todos los días, por lo que incluso un pervertido como él había tardado un poco en notar todos los cambios que se estaban produciendo en su escuela.

Todo empezó con los profesores. Como hasta hace poco la Academia Kuoh era una escuela exclusivamente femenina, todos los profesores también eran mujeres. Esto siguió siendo así, pero los profesores antes mencionados habían sido de todas las formas y tamaños... y edades. Sin embargo, en los últimos meses, todos los profesores mayores habían encontrado razones para jubilarse. También lo habían hecho todos los puritanos. Y los profesores que no estaban en la mejor forma de repente encontraron la energía y el impulso para empezar a hacer ejercicio, ¡y experimentaron transformaciones físicas espectaculares prácticamente de la noche a la mañana!

Pero ese era sólo el inicio. Además de eso, estaba la lenta transición en los uniformes escolares femeninos de la Academia Kuoh. Cada vez más, las niñas iban a la escuela con trajes cada vez más reducidos. Comenzó con sólo una o dos niñas, pero luego todo el mundo lo hacía... sobre todo porque las que no querían hacerlo se habían transferido repentinamente a otra escuela. Todos los estudiantes verdaderamente mojigatos habían seguido el mismo camino que los profesores, encontrando una manera de salir de la Academia Kuoh.

Cuando Issei finalmente les había comentado esto a sus chicas, rascándose la cabeza confundido por los cambios apreciados pero aún extraños, Rias lo había sentado y le había explicado. Era todo él. Su presencia continua en la Academia Kuoh estaba literalmente alterando el entorno en tiempo real. Las mujeres que tenían deseos internos se estaban volviendo más libres con su sexualidad, perdiendo sus inhibiciones y abrazando a sus zorras internas. Mientras tanto, las que no los tenían eran apartadas, detectando inconscientemente que la Academia Kuoh ya no era un lugar que las aceptara.

Al oír esto, Issei se sintió culpable al principio. ¡¿ÉL era la causa de todo?! Pero Rias se apresuró a convencerlo de que no era realmente su culpa... en parte poniéndose de rodillas y envolviendo sus maravillosos oppai alrededor de la palpitante y siempre lista polla de Issei. Mientras le hacía una excelente paja con las tetas, Rias le explicó que era de esperarse.

Él era así de poderoso. Durante el resto de su vida inmortal y diabólica, Issei podría esperar que sucedieran cosas así a su alrededor. No había forma de evitarlo, como tampoco era posible evitar que el sol los golpeara en los días demasiado calurosos. No fue culpa de nadie; No era algo que nadie pudiera cambiar. Simplemente FUE.

Issei había asimilado eso... y luego había planteado el punto de que siempre PODÍA irse, si era necesario. Pero, una vez más, Rias lo había desmentido. Si bien dejar atrás el mundo humano y vivir solo en el Inframundo era una opción... ella no quería eso para él, y había declarado que él tampoco debería querer eso para sí mismo.

Además, ella le había dicho que él estaba haciendo algo de la nada. Una montaña de un grano de arena, por así decirlo. Su presencia en la Academia Kuoh no estaba dañando a nadie. No era perjudicial para la salud de nadie. Todos los que odiaban la poderosa y abrumadora libertad lujuriosa que él representaba ya se habían alejado de la situación.

... Al final, Issei se corrió por toda la cara y las tetas de Rias y ella lo bebió felizmente antes de decirle que debería seguir viviendo su vida al máximo. Nadie podía decirle realmente qué hacer, ya no. Estaba tan por encima de cualquiera de ellos que pertenecía a una clase propia.

Y aunque parte de Issei todavía se sentía un poco culpable por todo esto, al final... había decidido aceptar las palabras de Rias y abrazar su nueva existencia como la encarnación del Pecado de la Lujuria.