Kim Taehyung, es un famoso escritor que estaba a punto de lanzar su obra más esperada, pero fue pospuesta. Por ello se especula que él ha caído en la locura justo cuando su libro favorito y más esperado estaba en proceso, pero era un misterio. ¿Por...
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"Libro".
Encontrandose sin salida, él escritor estaba frente a su escritorio de madera fina; con la barbilla apoyada en sus manos, mientras fruncia el ceño al ver el monitor de su ordenador sin escribir más palabras. El estrés y la frustración se apoderaron de él, incapaz de formar la siguiente parte de su exitosa novela romántica.
-Maldita sea. - Soltó para si solo dándole un fuerte golpe al escritorio.
Al leer la pequeña hoja que llevaba con apenas unos cuantos párrafos la estrujo volviéndo el papel en una forma redondeada antes de botarlo a la basura, porqué eso era, ese trabajo era una basura.
En ese momento llamaron a su puerta, escuchó los dos golpes y respiro hondo antes de responder, pues no quería que nadie lo viese tan abatido.
-Adelanté.
Tan solo dijo esa palabra y la puerta de su habitación fue abierta y su hermano mayor entró en la habitación con una expresión de preocupación en su rostro.
-¿Todo bien? - Los ojos del mayor visualizaron la habitación meticulosamente y a su hermano buscando indicios de golpes al creer que había tenido una caída.
-¿Por qué lo preguntas?
-Pude escuchar un fuerte ruido proveniente de aquí arriba. Tú, no te caíste, ¿o sí?
-Oh, no, no, no.
Taehyung negó con la cabeza y su hermano pudo notar el cansancio en sus ojos con dos grandes ojeras y su mirada afligida.
-¿Entonces qué pasó? ¿Estás bien?
-No fue nada, Namjoon. Yo solo estaba con la mente revuelta y tuve un pequeño ataque de ira, pero no hice nada grave. Mira solo pude golpear el escritorio.
Namjoon miró donde su hermano señalaba, mirando su computadora, la impresora y materiales de trabajo desordenados. Enseguida supo que algo andaba mal, pues incluso al momento de trabajar, Taehyung siempre era muy organizado.
-¿Quieres hablar?
-No. Lo siento pero debo seguir trabajando, ¿puedes dejarme solo?
Namjoon supo que no iba a ser fácil y se cruzó de brazos recargandose en el marcó de la puerta.
-Tae, llevas dos días sin comer.
-Lo sé, lo sé, pero... - Un suspiro salió de los labios del menor mientras pasaba su mano por su larga cabellera negra. - Entiéndeme yo no puedo parar ahora.
