DIA DE LA MADRE

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Meses después.

Emma.

Estiro la mano apagando la radio de Death, la cual lleva semanas repitiendo lo mismo. Han pasado semanas y todo sigue en la mierda; los Romanov están siendo cazados, el ruso sigue desaparecido, Rachel está con los italianos, papá sigue preso y hasta en las noticias locales se sabe lo del "Diario del cazador".

Mi caso es algo que ha impactado al mundo, los curiosos quieren saber dónde estoy y oír mi versión de los hechos. No sé nada de Sam, ni de mamá y en este estado me siento algo sola, a decir verdad.

Me trago una bocanada de aire concentrándome en mis tareas, cada que me entra la idiotez prefiero estudiar. La universidad local me ayuda a ocultar mi nombre, ya que el director es un viejo amigo de Death.

Repaso, me preparo para los exámenes y me levanto de la silla acomodándome la blusa que se me pega al vientre reluciendo mis veinticuatro semanas de gestación.

Salir a la luz es tener que dar explicaciones y por ello trato de depender de mí misma.
Saldré, pero en su momento y no es ahora.
Tomo mis vitaminas prenatales y al día siguiente me baño como todos los días.

El almuerzo de Tyler y Death lo dejé empacado en la noche, el lugar de comidas donde trabajo abre antes y el que esté embarazada ha logrado que saquen cualquier excusa para querer despedirme, sin embargo, necesito el empleo y por ello estoy tratando de llegar una hora antes para que vean que tengo la voluntad de trabajar.

Salgo con mi mochila cruzada en el pecho, el kiosco está abriendo y ayudo a acomodar las sillas. La propina es buena, de seis a dos y treinta trabajos aquí y de tres a siete limpio el negocio de tablas de surf donde me gano un par de billetes más.

Lo que viene en camino es mi responsabilidad, no la de otros. El parto no puede tomarme con las manos vacías y por ello todos los días compro una cosa, así sea pañales, una toalla y ropa que me permita estar preparada.

Me esmero por la propina porque gracias a ella tengo la pañalera llena y el frasco de ahorros por la mitad. Debo tener un respaldo financiero y este debe aumentar, por ello, evito los gastos innecesarios como los antojos que he tenido que evadir, ya que cada moneda cuenta y sé que voy a necesitar el dinero más adelante.

Las citas médicas, las ecografías y el medicamento las pago con mi trabajo.

-La mesa cuatro pidió un café hace dos minutos -me regaña el dueño- iMuévete!

-Un segundo -dejo los platos yendo por el otro cliente al cual me esmero por atender para que no coloque la queja, pero de nada me sirve, porque la coloca y en la tarde el dueño del establecimiento me pide que no vuelva.

Obviamente es un problema para ellos el tenerme aquí sin seguro social. El puesto de las tablas es lo único que me queda y me esmero en la limpieza del kiosco. Acomodo las tablas como todos los días y después de terminar me voy a casa no sin antes preguntar en los kioscos si tienen vacantes.

-Yo puedo encargarme de los gastos -me anima Death- Ya quédate aquí en la casa.

No puedo hacer eso, le digo que lo pensaré para que se tranquilice y minutos después Tyler entra a reiterarme lo mismo, pero no les hago caso y me paso la madrugada ideando cómo invertir los ahorros para sacar dinero.

Madrugo como todos los días yendo al mercado y compro accesorios para revender.
Empiezo con pañuelos que luzco como estrategia de ventas, no me va mal y sumo lentes, pulseras y tobilleras que me hacen recorrer la playa. No paro hasta que me quedo sin nada.

La caminata me cansa, pero lo bueno es que conozco gente nueva. Llenar la despensa no me sale tan costoso, ya que los vendedores al conocerme me dan la comida a un precio más económico.

ESCENAS Y EXTRAS DE DOMINIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora