Reencarnar en esta saga si que es lo mas perturbador que me sucedió.
Lamentablemente no hay devoluciones. O bueno no hay la inmoricion. Que triste.
Fanfic de Pecados placenteros y Dominio
Todos los derechos reservados a Eva Muñoz
Contenido +18
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Tengo miedo, mi cuerpo está muy rígido...
Little Lion va comiendo una ensalada de frutas todo despreocupadamente, hay tanta inocencia. Quiero que se siga manteniendo así un poco más, que viva bien, que paso a paso vaya creciendo y vaya viendo el mundo a su color, gris, ni todo bueno ni todo malo.
Pero con su responsabilidad de UnderBoss, tendrá que observar el mundo del infierno. Deseo que sea crezca como él quiera, no me importa si quiere ser el antihéroe o el peor villano de su era o el dios de la Destrucción pero que solo él escoja. Que no tenga odio ni rencor a su niñez, que mire que su madre lo apoyara en todo. Haré todo el jodido esfuerzo de ser mamá, Little Lion. Lo prometo.
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Estamos en camino a aquel lugar, desde un comienzo ese lugar me está dando unos estremecimientos escalofriantes por todo mi cuerpo.
Me está dando una mala espina en ir. JODER!!
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Desafortunadamente llegamos, hubiera sido genial que se haya pinchado una llanta del auto y no llegar nunca a este lugar.
Estoy frente a la puerta junto con Little Lion, a dos pasos atrás se encuentran los guardias. Oh. ... Recién las llego a ver las chicas que me ayudaron a cambiarme.
¿Qué tan inconsciente de mi alrededor estoy?
Entonces somos cinco y medio presentes frente a la puerta de las pesadillas, del que aún no llegó a tocar porque no me apetece.
Me están esperando, maldición.
------Mi Señora ¿ocurre algo?------- me pregunta Zmeya con voz neutra, cansado de estar parado frente a la puerta.
-----Nada ocurre... ve buscando un lugar donde iremos luego, que sea lejos de aquí... me gustaría que sea decorado al gusto de Vlad------- llegó a responder de manera rápida y nerviosa.
----Entendido mi Señora----- contesta y agarra su móvil para estar supongo buscando las casas o departamentos donde iremos luego.
La puerta se abre, llegó a sobresaltarme. QUÉ SUSTO DE MIERDA.
De allí salen dos mujeres de unos 35 y 45 años y un señor de 55 años.
Me miraron y me recorrió un escalofrío atroz.
...
Mi mente se encuentra en alerta, en todo el camino adentro mis manos no dejaron de temblar, llega a ser un movimiento inconsciente del cuerpo. Jodidamente algo pasa a este cuerpo.
